Escribe: Dante Bobadilla Ramírez
Las facilidades que ofrece Internet han hecho posible la aparición de miles de grupos en las redes sociales, algunos con muy buenas causas, además de grandes y rápidos efectos, como el que se dirigió contra las fotopapeletas, pero también otras que se crean por las causas más insólitas, incluyendo el simple ciberbullying, como el que se hizo con las personas que protagonizaban bochornosos incidentes en estado etílico, o las que buscan apoyo o rechazo a algún político o alguna causa supuestamente importante como la lucha antitaurina. Las causas y motivaciones son diversas y no siempre muy sensatas que digamos. El hecho es que las redes sociales están plagadas de grupos y la mayoría, de jóvenes.
Incursionar por estas redes juveniles puede resultar desde perturbador hasta peligroso. Muchos de ellos andan en búsqueda de darle un sentido a su existencia y están prestos a abrazar cualquier causa que les parezca valiosa. Hoy las causa nobles y justas sobran. Hay para todos los gustos. Agarre usted cualquier causa desde la antidiscriminación hasta el ambientalismo, pasando por el animalismo y el antitaurinismo. Y todo lo que vea sospechoso adóptelo como causa. Todo vale. Lo que importa es tener una causa por la que poder luchar, dar batalla, gritar y, si se puede, linchar. Lo cual es muy fácil mediante el ciberbullying.
Una buena causa es sin duda combatir la agresión a la mujer. Claro que cuando me hablan de agresión a la mujer yo me imagino violencia física como golpes, violación, etc., o maltrato psicológico como insultos, humillación, maltrato, etc. Pero que alguien me diga que el hecho de que un chico pasando en auto le grite "mamacita" a una chica sea "agresión a la mujer" y motivo de escándalo mayúsculo, al punto de que esta chica persiga el auto, lo insulte, le saque a toda su familia, le tome una foto y la cuelgue en las redes solicitando el ciberbullying para el "agresor" francamente me parece un poquito exagerado, por decir lo menos. Creo que acá ya se ha perdido el sentido tanto del concepto como de las proporciones.
Pero así es como se mueve el mundo de estos chicos del ciberespacio, donde algunos ejercen de ronderos urbanos de las buenas costumbres, manejando criterios sacados del cajón de los juguetes, pues la mayoría tiene conceptos bastante pobres y están incapacitados para cualquier debate. Su interacción en las redes no pasa del insulto. Atreverse a contradecirles es arriesgarse a sufrir el ataque masivo de un enjambre de abejas salvajes que te aguijonearán con toda clase de epítetos, rebuscarán tu cuenta, hurtarán tus fotos y se mofarán de todo lo que encuentren sin medir ningún límite de ponderación. Son chicos jugando a ser los superamigos de la justicia cibernética.
Una chica me lanza este mensaje: "Cuida tu chamba, huevón". Reviso su perfil y descubro lo más parecido a un cuarto infantil, con posters de muñequitos de anime y frasecitas cursis. Ese es más o menos el perfil y nivel mental de la mayoría de estos chicos que pululan en las redes sociales tratando de hacer justicia social a punta de escupitajos. Casi ninguno tiene buena ortografía. Son los que alimentan su mente viendo "Esto es guerra" y "Combate". Pero lo más triste es que no están solos. Hay algunos mayores que guían sus pasos dándoles cuerda. Se trata de los nerds de las redes, adultos que siguen pensando que la lucha por la justicia social no debe perdonar el más leve gesto y andan prestos a denunciar cualquier cosa como discriminación o agresión, sin mayor análisis.
Sin duda hay gente que está más cerca de la histeria emocional que de la razón y que valora más el activismo que el debate. Están convencidos de su verdad y tratan de imponerlo, ya sea con las marchas callejeras o con el ciberbullying de enjambre en las redes sociales. Frente a esto no me cabe duda que el aporte de la tecnología de la Internet ha servido de poco a la sociedad. Para lo único que ha servido es para masificar y amplificar la estupidez a niveles peligrosos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario