Por: Felipe Cortijo
“Hay crímenes
de pasión y crímenes de lógica. La frontera que los separa es incierta. Pero el
código penal los distingue, bastante cómodamente, por la premeditación. Estamos
en la época de la premeditación y el crimen perfecto…”. Así empezaba la
introducción al libro “El hombre rebelde” de Albert Camus. Desde ese entonces se
intentó desmitificar su vida y sus escritos, ponerlo a un segundo plano, como
un autor “curioso” y “bajo la sombra” del gran Sartre. Sartre, el Mandarín de las ideas
en Francia. La razón? Al Sr. Camus le interesaba muy poco o casi nada el marxismo,
no lo estudiaba.
La lógica todo
poderosa del marxismo creó un texto de divulgación masiva titulado “El origen
de la familia, la propiedad privada y el estado”. Su autor fue Federico Engels,
y es un estudio pormenorizado sobre antropología, con citas incluso de autores
norteamericanos, que termina concluyendo en la necesidad imperiosa de la
abolición de la familia, tal como la conocemos. Es el paso fundamental para el
surgimiento del comunismo. La familia, origen de la sociedad, la civilización y
el estado, se constituye como el principal obstáculo para “recuperar” los
medios de producción, y se instiga al proletariado a comprender eso. Inclusive antes de iniciar cualquier revolución.
Pero esto ya
no es óbice para que muchos de nuestros liberales ahora apoyen la famosa Ley de
Unión Civil, porque según ellos no se vulnera a la familia, tal como la
conocemos, no se pretende formar familias gays, incluso no se van a casar por
la iglesia (por amor de Dios, la sola insinuación ya es un sacrilegio), no van
a adoptar niños. “Solo es una unión ante la ley que salvaguarda los derechos
iguales para todos”. No quiero dudar de la buena fe de mis amigos liberales,
pero quiero advertirles que pecan de ingenuidad ante el embate marxista.
Francamente no creo que se trate de una simple reivindicación de derechos, esto
es tan sólo el comienzo de una escalada muy bien programada para el inicio de
la decadencia de la familia heterosexual. Sus mejores intentos provienen del
“progresismo” marxista, implantando una moda de pensar receptiva a nivel mundial.
Compréndase bien, no deja de ser una estrategia.
Permitanme terminar citando nuevamente a Camus en su “Hombre rebelde”, quiero intentar convencerlos
de lo equivocados que están cuando hablan de libertad: “La libertad, este
nombre terrible escrito en el carro de las tempestades, está en el principio de
todas las revoluciones. Sin ella, la justicia parece inimaginable a los
rebeldes. Sin embargo, llega un tiempo en que la justicia exige la suspensión
de la libertad…Cada rebelión es nostalgia de inocencia y apelación al ser. Pero
la nostalgia toma un día las armas y asume la culpabilidad total, es decir, el
asesinato y la violencia”.
Creo que estamos
al inicio de una revolución silenciosa, no habrá asesinatos ni violencia, pero
las ideas entran lentamente, efectivamente, premeditadamente…
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