viernes, 27 de marzo de 2020

La segunda pandemia


Escribe: Dante Bobadilla Ramírez

La pandemia del Covid-19 nos ha cogido con los pantalones abajo. Es decir, con una sistema de sanidad pública en añicos. Y esto por la desidia de los gobiernos que han preferido gastar miles de millones en frivolidades ideológicas como la inútil refinería de Talara, el rascacielos del Banco de la Nación, el Centro de Convenciones, el mafioso gasoducto del sur y toda la infraestructura para los Juegos Panamericanos que ahora están en total abandono, para no seguir mencionando más. En todas esas barbaridades hemos despilfarrado más de US$ 15 mil millones de dólares que podrían haber servido para reconstruir los hospitales destartalados de Lima y provincias.

A ese gasto oneroso habría que sumarle las esqusiteces de los últimos gobiernos que decidieron agrandar el Estado para cobijar más burocracia inútil, creando ministerios pomposos como el de Cultura, Ambiente y Desarrollo. Otros ministerios fueron ampliados para cobijar más oficinas que se encarguen de los derechos humanos, el diálogo nacional o la lucha contra la corrupción, entre muchas otras perlas de la burocracia que han duplicado el presupuesto público en los últimos diez años. 

El asunto es que ahora el Estado maneja un presupuesto de S/. 177 mil millones de soles aunque en muchos ministerios y gobiernos regionales son tan ineptos que ni siquiera gastar saben. Pero si pagan sus planillas y gastos corrientes aunque no aporten nada a la sociedad. A todo eso sumémosle el gasto en campañas ideológicas como la lucha por la igualdad, el enfoque de género, la guerra contra el machismo y contra la violencia familiar, que no es más que propaganda, activismo y adoctrinamiento que al final no sirven de nada. Todavía quedan por sumar los gastos de publicidad del Estado que cada años crecen como la espuma para mantener a la prensa prostituta, los contratos por asesorías truchas para mantener a la argolla caviar contenta, etc.

El Estado es un enorme monstruo que se alimenta de lo que le roba a todo el pueblo, en especial las empresas. Todos nosotros tenemos que mantener a ese monstruo. Cada vez que pagamos algo ese monstruo mete las manos en nuestros bolsillos y nos quita el 18%. Incluso si pagamos la cuenta de bienes tan esenciales como agua potable, la luz eléctrica o alimentos. Todos los días alimentamos al monstruo del Estado. ¿Y qué recibimos a cambio? Inseguridad, hospitales en abandono, malas carreteras, pésima educación pública y escuelas precarias, entre otros desastres estatales.

La pregunta es ¿por qué lo permitimos? Ahora que se viene inevitablemente la crisis económica a causa de la parálisis de la economía por culpa de la pandemia ¿cómo se reactivará la economía? Los primeros reflejos del Estado han sido mirar a los bancos, AFP y empresas privadas, para variar. Los charlatanes de izquierda y populistas de otros bandos han empezado nuevamente su guerra contra las AFP. Los primeros odian el sistema privado de pensiones por razones ideológicas, los segundos solo quieren ganar aplausos por cada sol que le arrebatan a los fondos de pensiones, perforando el sistema en perjuicio de los futuros jubilados. 

Como ha ocurrido en otros países dominados por el progresismo, especialmente en Argentina, donde el Estado engulló a las AFP y dilapidó sus fondos, afectando a millones de afiliados que vieron evaporarse su dinero en manos del corrupto gobierno de Cristina Kirchner, también en el Perú la izquierda sueña con traerse abajo las AFP. En estos momentos las AFP en el Perú manejan un fondo equivalente a todo el presupuesto anual del Estado peruano, es decir, casi unos S/. 170 mil millones de soles. Por supuesto, el Estado está desesperado por echarle mano a ese dinero, que felizmente está protegido por la Constitución. Pero los enemigos del SPP no desaparecen. 

Hay gente desesperada en estos días porque ve que los fondos de pensiones han caído, pero no es culpa de las AFP sino de la economía. Además esos fondos son ahorros a largo plazo y siempre se recuperan. Ya ha ocurrido en otras ocasiones. Por lo demás, hay fondos que están seguros ante la volatilidad de la economía. No hay que desesperarse y menos sumarse a la guerra contra el sistema privado de pensiones que sería una desgracia para casi seis millones de personas. 

Hay políticos que están sugiriendo cambiar el modelo de las AFP y obligarlas a invertir el 100% del dinero en el Perú "por solidaridad". ¿Quién les ha dado autoridad para decidir sobre dineros ajenos? Esos fondos no son para solidaridad sino para asegurar las pensiones futuras de sus ahorristas, y es obligación de las AFP invertir en mercados seguros y de alta rentabilidad. Eso es lo que quieren los que tienen su dinero depositado en las AFP. Hay que impedir que los politiqueros y demagogos de todos los colores metan la mano en esos fondos. 

Si quieren solidaridad, lo que el Estado debe hacer es reducirse. Es momento de que el Estado pode sus ramas y deje de gastar dinero en oficinas, organismos y ministerios inútiles. Todo ese dinero ahorrado puede servir para devolvérselo a las empresas y reactivar la economía. Si no quieren dar el paso revolucionario de reducir el Estado, al menos podrían suspender el funcionamiento de todas las oficinas no indispensables por unos seis meses y usar ese dinero ahorrado para ayudas sociales directas. En resumen, lo que un verdadero estadista haría en los tiempos de crisis económica que se nos viene, es reducir el tamaño del Estado y usar el dinero para fines productivos. Que dejen de seguir mirando al sector privado y buscando la forma de seguir robándole a los ciudadanos.    

1 comentario:

  1. Estoy de acuerdo contigo en casi todo lo expuesto en tu artículo, el despilfarro, un estado burocrático, ineficiente, hay q reducirlo, etc pero referente al manejo de los fondos del SPP por parte de estas 4 AFP que manejan fondos equivalentes al presupuesto de la República de ninguna manera, creo q es escueto tu comentario y/o no conoces bien el tema.

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