Escribe: Dante Bobadilla Ramírez
El referendum convocado por el presidente Vizcarra acabó tal como estaba previsto. El triunfo de la fórmula presidencial no tuvo mayores inconvenientes, habida cuenta de que tuvo masiva propaganda y casi nula competencia. Es decir, la gente fue convocada para marcar una fórmula sin mayores explicaciones. Gastamos 250 millones de dólares en ese capricho presidencial. Sin embargo, hubo poco entusiasmo y gran ausentismo. El 25% no acudió a votar. Esto significa que si el voto no fuera obligatorio posiblemente el 90% de los ciudadanos se hubiera abstenido de participar en esa farsa.
Ha sido bastante jocoso ver al presidente Vizcarra con todo su séquito, esperando el flash electoral para luego aplaudir jubilosos, pararse emocionados y darse de abrazos como si hubieran triunfado. Una imagen que deja en evidencia lo extraviado que anda Vizcarra en la realidad. A menos que haya asumido que este resultado signifique un aval para su gobierno. Muchos han lo han considerado así pero es una falsa idea. La gente fue convocada a la mala para marcar por algo que no entendían.
Acabado el espectáculo queda esperar el siguiente capítulo de la serie "Gobernando sin brújula". Hasta ahora Vizcarra se ha dedicado a dar espectáculos para la chusma. Su guión ha sido el de la confrontación con el Congreso y poco más. Parece que tiene de asesores a cómicos ambulantes, expertos en mantener la atención de un público barato con un show estrafalario pero improductivo. Habría que ver qué otro show del mismo estilo pueden preparar.
En lo que respecta a las reformas aprobadas, al menos tres de ellas ya habían sido aprobadas por el Congreso y el referendum estaba demás. Se ha perdido tiempo en la conformación de la Junta Nacional de Justicia que será la tarea que sigue para nombrar jueces. La financiación de los partidos políticos ya estaba legislado y es ridículo meter eso en la Constitución.
La no reelección de los congresistas es la medida más criticada por ser un abuso de un totalitarismo antidemocrático propio de una dictadura ignorante. Nadie puede estar impedido de participar en política ni de votar por quiere quiere votar. Cualquier congresista podría y debería presentar un recurso de nulidad al TC y llegar hasta la CIDH para revertir esta absurda medida. Y no se trata solo de congresistas sino de cualquier otra autoridad elegible. En una democracia nadie puede estar impedido de ser candidato. Así de simple.
Todavía le queda la mitad de la gestión a este gobierno y no se le ve rumbo alguno. El gabinete se desgrana como un choclo podrido y la prensa prostituta no se ocupa del tema. Las obras públicas están paralizadas y la economía está frenada. No hay ideas. Todo es discurso, floro y pose. Vamos a ver hasta cuándo puede Vizcarra seguir engañando al pueblo con su rollo de "estamos luchando contra la corrupción" cuando en realidad nada está haciendo por este asunto. Sus ministerios rebosan en corruptos y si no saltan más escándalos es porque controla a los medios.
Mientras la prensa prostituta siga apañando al gobierno y dándole con palo al Congreso y al fujimorismo, mientras los chacales de IDL sigan persiguiendo a la oposición, con show televisado, las masas ignorantes seguirán entretenidas en el circo romano. Pero eso no puede durar para siempre. Tarde o temprano la gente sentirá que después del show no hay nada. El empleo disminuye y los ingresos también. Es un misterio saber hasta cuándo se le puede engañar a la gente solo con circo.
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