viernes, 18 de mayo de 2018

Memoria y engaño


Escribe: Dante Bobadilla Ramírez

Una vez más pillamos al progresismo en posición adelantada. Esta vez, para variar, en el museo del terrorismo cursimente llamado por la caviarada "Lugar de la Memoria, la Tolerancia y la Inclusión Social" (LUM), donde una guía explicaba todo sobre el "terrorismo de Estado" contando cuentos como que las Fuerzas Armadas habían masacrado campesinos en Uchuracay, además de exigir que los terroristas ya deberían ser liberados por el exceso de carcelería y que Abimael Guzmán también merece un indulto porque está anciano y enfermo, entre otras perlas del más puro progresismo pro terruco.

La guía del LUM fue filmada por el general en retiro y congresista Edwin Donayre, quien ahora está siendo hostigado por las jaurías del rojerío y del progresismo webero. En lugar de indignarse por la tira de mentiras que repite la guía del LUM, el progretariado está indignado por la forma en que el general Donayre la puso en evidencia. Si serán de frescos estos pro terrucos.

Nadie debería sorprenderse de lo que hemos visto. En realidad para eso es que fue creado el LUM, siguiendo el pensamiento guía de la CVR. Todo es parte del plan maestro caviar puesto en marcha para lavarle la cara a la izquierda y convertir al Estado y al gobierno de Fujimori en terroristas. De eso trata el informe de la CVR y los planes posteriores a ese informe buscan asegurar esta visión. Para eso es que fue requerido el Lugar de la Memoria. De hecho, desde la creación del LUM se exige que todo el contenido siga la perspectiva de la CVR. 

Desgraciadamente los políticos que siguieron al toledato nada hicieron por cambiar esa situación. En la época de Alan García hubo amplia complacencia con la caviarada, al punto de que le crearon como regalo los ministerios de Cultura y Ambiente. Luego vino la era de Ollanta y los caviares ganaron más poder copando todos los ministerios. Desde el Congreso el fujimorismo nunca fue capaz de dar la batalla ideológica. Al contrario, Keyko se caviarizó para postular a la presidencia. Frente a este panorama, la caviarada simplemente afianzó su predominio en todos los escenarios, y muy en especial en aquellos espacios destinados a fortalecer la visión caviar de la historia, como el Ministerio de Educación y el de Cultura, a la que pertenece el LUM.

Desde un punto de vista racional y objetivo, carecía de sentido montar el circo del LUM. ¿Para qué crear un santuario destinado a recordar la época más dolorosa de nuestra historia? El verdadero propósito encubierto de la izquierda es glorificar sus hechos. Nadie les explica a los jóvenes que tras la derrota de Sendero Luminoso, la izquierda trazó una nueva estrategia post conflicto, basado en el mantenimiento de la guerra política e ideológica, junto a la batalla legal contra el enemigo, que siempre siguió siendo el Estado y el gobierno de Fujimori. 

Si bien la izquierda fue derrotada militarmente, nunca renunciaron a la guerra política. ideológica y legal. Por eso crearon varios frentes. Primero las ONG de izquierda como IDL, Aprodeh y la CNDDHH se concentraron en la batalla legal enjuiciando a todos los militares y funcionarios del régimen de Fujimori por todas las causas posibles, apelando a su aliada la CIDH, a sabiendas que el Estado peruano no se iba a defender, pues el Ministerio de Justicia ya había sido tomado desde los días de Toledo, cuando Diego García Sayán se hizo cargo. Por eso el Estado perdía todos los casos en la CIDH y se dedicó a resarcir terroristas sin objeciones, como fue el caso de la familia Huilca, cuyo padre fue asesinado por Sendero Luminoso pero lo hicieron pasar como víctima del Estado.

La batalla política se dio mediante los frentes de defensa dedicados a combatir la minería, el principal recurso económico del país. Si antes los terroristas de Sendero Luminoso se dedicaron a derribar torres de alta tensión y sabotear las instalaciones productivas tratando de poner en jaque la economía del país, sus continuadores fueron los antimineros que se ocuparon de la tarea de sabotear la principal  fuente de ingresos del país, para cortarle la racha de crecimiento. El otro frente político se organizó alrededor de Ollanta Humala con dinero del Foro de Sao Paulo ante la muerte de Chávez.

Pero la guerra ideológica de la izquierda fue aun más fina. En realidad nunca dejó de adoctrinar a los jóvenes en las escuelas a cargo del Sutep, y en las universidades a cargo de profesores marxistas. La captura del Ministerio de Educación fue muy importante para introducir los cambios requeridos en el currículo escolar, contando la historia según la CVR y privilegiando autores de izquierda como referentes de lectura obligada. Esa tarea fue emprendida muy temprano, cuando el rojo Nicolás Lynch fue hecho ministro de Educación por el pusilánime Toledo, quien les regaló el país a la izquierda. 

Nadie en los partidos de derecha (si es que existen) se preocupó de hacer frente a esta arremetida de la izquierda. Se quedaron estúpidamente enfocados en el terrorismo de Sendero Luminoso y en el cargamontón a los viejos terroristas ya conocidos y presos. Nunca vieron más allá. Nunca se percataron de la infiltración caviar ni del cambio de estrategia de la izquierda. Tan inocentes fueron que hasta posaron en el Ojo que Llora y aplaudieron el Lugar de la Memoria. Y es que a los políticos les gana el afán de la pose correcta. Son los tontos útiles del neo terrorismo del siglo XXI.

La izquierda no ha cambiado ideológicamente. Siguen siendo los mismos, aunque hayan dejado de lado la guerra popular y la lucha armada, tal como lo planteaban el siglo pasado. No han renunciado a la violencia y la practican en sus asonadas regionales contra la minería. También en sus marchas por la ciudad los vemos mezclándose con terroristas y causando desmanes, aunque siempre salen con su típica excusa de los "infiltrados". Y hasta tienen el cuajo de culpar a la policía. Es el mismo cuento de siempre. La izquierda no cree en el sistema y busca su destrucción. Han dejado el terrorismo como acción pero su lucha ideológica pasa siempre por reivindicar su pasado violento, lavarle la cara a la izquierda y culpar de todo al Estado y a Fujimori. Tienen su chivo expiatorio y la historia oficial de la CVR. 

La gran pregunta es si los partidos de derecha existen y si están dispuestos a enfrentar la guerra política, ideológica y legal contra la izquierda pro terruca, que hasta ahora sigue copando más espacios en el Estado y ganando más fuerza en los medios. Hagamos algo. Al menos despertemos.

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