Por: Juan Carlos Vasquez Peña
Cada nueva revelación que llega de Brasil o EEUU (porque en Perú todo el aparato del Estado parece haber renunciado a investigarlo por sus propios medios) sobre el caso Odebrecht, demuestra una vez más cómo nuestra sociedad aún sigue teniendo gente que parece blindada contra la justicia, sea esto por un tema de linaje, nivel socio-económico, amistades en puestos clave del gobierno y medios o simplemente porque son “demasiado grandes para caer”.
Los casos paradigmáticos los vienen dando los funcionarios de rango medio y bajo (viceministros y gobernadores regionales para abajo) sin apellido ilustre y con una red de contactos intermedia a nivel del estado y la prensa, en ese perfil se encuentra el ex viceministro de transportes Cuba o el gobernador regional Moreno, ambos fueron intervenidos rápidamente, sus cuentas congeladas y protagonizaron muchos reportajes dominicales.
En cambio, los ex – líderes de entes estatales o privados vinculados muy cercanamente al escándalo como José Graña, Susana Villarán, Alejandro Toledo o la ex parejita presidencial Humala-Heredia, siguen felices gozando en libertad, viven relativamente tranquilos, no son tocados por la prensa más que en lo mínimo para salvar apariencias y, lo que es realmente el colmo, hasta son defendidos por el presidente del Poder Judicial en persona, un pobre sujeto llamado Duberlí y de pasado rojo.
Esta división de clases políticas que nos ha traído el caso Odebrecht puede ser un detonante a futuro si de verdad el gobierno no se decide a, por lo menos, tratar de dar la apariencia de que la ley se aplica igual a todos. Ya es muy rochoso ver que Ollanta resulte siempre fuera del alcance de la justicia, bien por el locumbazo golpista, o por el andahuaylazo del que fue autor mediato, o por los asesinatos de Madre Mia, o por la plata de Venezuela en su campaña del 2006 o por los US$ 3 millones de Brasil en el 2011, ni por los demás enjuagues con Odebrecht. Tal parece que a Ollanta humala lo bañaron con teflón al nacer. Qué tal suerte de este trepador, y de su mujercita la usurpadora.
¿Habrá justicia en este país? ¿Algún día seremos iguales ante la ley? ¿O seguirán investigando y juzgando a los mismos de siempre? Es decir, al fujimorismo y a las FFAA. Ya es el colmo que vuelvan a abrir ese refrito del Frontón, por ejemplo. ¿Hasta cuándo? Y mientras tanto, otros se matan de la risa de la justicia. A ver si esto cambia algún día.
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