Escribe: Dante Bobadilla Ramírez
Lo único que le faltaba al corrupto ambiente político para convertirse en una letrina de farsantes engañando al pueblo con el circo de "la lucha anticorrupción" mientras encubren todo lo que pueden, era resucitar el macartismo antifujimorista que a mucha gente le encanta. Para tapar el mal olor de Odebrecht que amenaza con embarrar a este gobierno y a varios personajes ilustres protegidos por la caviarada, nada mejor que volver a la época de la cacería de brujas antifujimorista, desatada como una suerte de crisis de histeria por parte de medios progres, fiscales y procuradores de poca monta ansiosos por hacerse famosos, o simplemente para servir a los intereses subalternos de malvivientes de la política, en lugar de enfrentar la corrupción que se desata frente a sus ojos.
¿De qué otra manera podemos calificar esta payasada de la Fiscalía de involucrar a Keiko Fujimori en una "investigación preliminar" sobre lavado de activos, tomando como referencia el psicosocial montado por "Cuarto Poder", justo el domingo anterior a las elecciones, con el único propósito de bajarse la candidatura de Keiko? Ese psicosocial marcó un hito de vergüenza en la historia del periodismo peruano, pues no fue más que un montón de humo sucio. Presentaron a un personaje del lumpen sacado de algún basurero, y al que seguramente le pagaron algo para difamar a Keiko diciendo que había escuchado que a su amigo le dijeron que Keiko le habría dado US$ 15 millones a Joaquín Ramírez para lavarlos. Un montaje tan burdo que solo a un perfecto imbécil podría engañar.
El irresponsable y malévolo psicosocial de Cuarto Poder dio resultado, pues en toda esa última semana pre electoral no se habló de otra cosa, llegándose incluso a afirmar que la DEA estaba investigando a Keiko. Mas tarde, los monigotes de Cuarto Poder se limitaron a decir que ellos no lo afirmaban, pero esa era justamente la idea que quisieron dejar en el público y lo lograron. Si hubiera algo de decencia en el periodismo ese reportaje de Cuarto Poder tendría que haber sido sancionado por vil y miserable. Al final lograron que Keiko perdiera por un puñado de votos. Habrìa que sospechar que esos miserables recibieron algún suculento premio por su esfuerzo y abnegación en la práctica de la prostitución periodística.
Que ese infame reportaje de Cuarto Poder se haya montado para bajarse a Keiko mediante una jugada de la más sucia, se puede asumir como gajes de campaña, pero que ahora la Fiscalía recoja del basurero ese informe canallesco para tomarlo como referente y montar una "investigación preliminar" a Keiko Fujimori por lavado de activos, solo se puede explicar como un desesperado intento por tapar el maloliente buzón del caso Odebrecht que está salpicando a este gobierno. Los papanatas de la fiscalía saben perfectamente que no tienen nada ni dónde investigar pero como tienen el poder para montar el show, simplemente lo hacen, en un acto que revela los vínculos estrechos entre el gobierno y el Ministerio Público. Ahora resulta que los medios dejaron de lado el caso Odebrecht, se olvidaron de Toledo y de sus ex ministros hoy en el poder, y todos los titulares se ocupan de Keiko y Joaquín Ramírez. Magistral jugada de esta mafia que controla los poderes del país.
Esto no es una defensa de Keiko Fujimori. No hace falta. Es solo una nota de protesta por la forma en que esta mafia nos trata, como si todos fuéramos cretinos antifujimoristas que nos regocijamos con este circo. Estamos asqueados de que los mafiosos y corruptos se tomen al fujimorismo como el eterno chivo expiatorio de la "lucha anticorrupción" mientras roban y encubren a los delincuentes. Acá no se trata de oponerse a las investigaciones de la fiscalìa, sino de decir basta ya al cuento antifujimorista. ¿Hasta cuándo? Estos fiscales no han sido capaces de investigar a Toledo ni a Ollanta ni a Alan en todos estos años, pero son muy buenos para abrir casos contra el fujimorismo. Ni siquiera han sido capaces de hacer una buena acusación fiscal contra Toledo, a quien le han imputado el delito más leve, luego del destape en la justicia de Brasil. Hasta ahora no le dan curso al caso Ecoteva tras más de tres años de idas y venidas. No se han molestado en investigar nada sobre el corrupto régimen de los Humala-Heredia. Nada de nada, pero de pronto abren un caso alucinante contra Keiko. Ya basta, señores. No somos bobos. Está bien que los enfermitos mentales del antifujimorismo patológico salten de alegría, pero este país está más allá de estas lacras descerebradas que solo viven del odio.
Incluso el caso de Joaquìn Ramirez surgió hace casi cuatro años de una denuncia anónima sin aporte de pruebas, y luego de encarpetarlo lo han mantenido en situación de "investigación preliminar", es decir, sin tener siquiera un caso real. ¿Por qué no investigan de una vez o lo archivan? Porque no les conviene. Lo que quieren es tener siempre pendiente este caso para usarlo como espada de Damocles sobre la cabeza del fujimorismo. Mientras tanto, los perros rabiosos del antifujimorismo pueden seguir llenándose el hocico babeante con ester rollo y seguir ladrando que "la fiscalía los está investigando". Tener un caso abierto en la fiscalía es muy útil para seguir echando sombras al fujimorismo. De eso se trata.
Hay muchas piezas sueltas que tenemos que juntar para obtener el panorama completo de lo que está ocurriendo en nuestro país en estos días. Hay que aguantar la respiración y abrir bien los ojos para mirar detrás de todas las cortinas de humo. Los verdaderos corruptos les arrojan huesos a la jauría salvaje del antifujimorismo para que sus ladridos de felicidad acallen el escándalo de corrupción y los esfuerzos macabros que hacen por encubrir a los mega corruptos del siglo XXI. Eso es lo que hay en estos días mientras pretenden seguir contándonos los mismos viejos cuentos de lucha anticorrupción. Hay que decirles a estos megacorruptos y sus amigos fiscales que no pueden seguir viéndonos la cara de cojudos. Tarde o temprano caerán, aunque sea solo por el peso de la justicia exterior.
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