viernes, 23 de octubre de 2015

El reality show de Ollanta y Nadine


Escribe: Dante Bobadilla Ramírez

La verdad es que ya no sabemos si lo que hay en palacio es un gobierno o un reality show. La pareja Humala-Heredia es más digna de un programa cómico lleno de errores y estupideces, salpicado de frases estridentes, antes que de un gobierno nacional. Esto se veía venir desde el mismo día en que Ollanta juró por el fantasma de la Constitución de 1979. En verdad, conociendo el nivel mental de Ollanta Humala, se esperaba algo mucho peor. Que este gobierno haya llegado al nivel de una simple comedia de errores todavía es algo que debemos agradecer aliviados. Nunca hubo un gobierno tan patético, al punto que está acabando sus días en absoluta descomposición. Su partido y su bancada se desmoronan cual castillo de arena, los expedientes de investigación en su contra se acumulan mientras la primera dama se sigue creyendo la reina Letizia.

Hablando en términos psicológicos, no me cabe duda de que se trata de una pareja psicótica. Ambos tienen un lazo psicótico que los mantiene unidos y se dependen mutuamente para subsistir de un modo curioso. Para la ciencia, el caso de Nadine y Ollanta debería merecer interés, pues se trata de un parasitismo mental similar a los observados en otras especies. Nadine ha convertido a su marido en un zombie a través del cual actúa dictando su voluntad y haciéndole creer a Ollanta que él toma las decisiones. Y esto ocurre desde el locumbazo, según ha narrado la misma Nadine en COSAS. Eso explica la omnipresencia de Nadine en el entorno inmediato de Ollanta. Aunque ella alega que solo apoya a su marido, no es verdad. Ella actúa a través de su marido, quien es apenas un cascarón hueco donde resuena el eco de la voz de Nadine. Ella maneja los hilos de Ollanta y siempre fue así. Es una forma de simbiosis perversa.

Desde otro lado, el caso de Nadine se aprecia como una obsesión desmedida por el figuretismo y la ambición de poder que la lleva a sentirse emperatriz. Detrás de ella está su marido, el presidente en apariencia, luego tiene su corte de vasallos y chupamedias que la ensalzan y glorifican. Su aparición reciente dando un mensaje a la nación para hablar de ella misma, da muestras claras del grado de narcisismo que padece, es decir la soblevaloración de su propia persona. Lo curioso es que se paró ante las cámaras que transmitían en vivo sus palabras en cadena nacional, para decir que ella era una simple "ciudadana de a pie". Con eso deja en claro que es una cínica o considera a todos una tira de imbéciles. Ella sabe muy bien que no es una "ciudadana de a pie", en primer lugar porque nunca camina más que de la camioneta 4X4 a su casa o a palacio, y siempre escoltada por seguridad. 

Y precisamente porque no se considera una ciudadana de a pie, Nadine Heredia ha tenido la desfachatez de salir a pechar al Tribunal Constitucional, una de las instituciones pilares de la nación. Esto solo revela el grado de su delirio. Su mensaje fue una parodia de victimización donde escenificó una farsa patética. O bien la señora ha cruzado el umbral de la demencia y ya no se da cuenta de su verdadera condición y de la realidad que la rodea, o en su defecto, se trata de una grandísima cínica que pretende manipular a toda una nación con sus embustes. Y yo creo esto último. Nadine Heredia se mostró indignada porque el TC no la blindó, como sus amigos del PJ. Dijo estar decepcionada y en el tono más achorado la emprendió contra todo el mundo, empezando por el TC y, para variar, contra el fujimorismo, en especial contra Keiko Fujimori, a quién, nuevamente para variar, le recordó los años 90, el lugar común de todos los politiqueros mediocres que creen que con ese simple recurso gastado basta para respondele cualquier cosa a Keiko. 

Después del show de su crisis histérica, Nadine Heredia ha dado finalmente evidencias de culpabilidad. ¿Porque a qué viene tanto alboroto si es inocente? Todo lo que ha hecho el TC es permitir que ella sea investigada. ¿Tiene algo que ocultar Nadine? ¿A qué le teme? Nadie la ha declarado culpable ni la ha mandado a prisión. Todo lo que ha hecho el TC es permitir que una institución pueda hacer su labor, desatándola porque un corrupto Poder Judicial la había maniatado para impedir que investigaran. Es decir, lo que Nadine esperaba era consolidar el escenario de la mafia existente entre fiscales archivadores y jueces comprados, que es lo que ha venido imperando en este país durante los últimos años, convirtiendo a todas las instituciones en fachadas de cartón.

Y todo esto ocurre en un gobierno que hizo campaña con la cantaleta de la lucha contra la corrupción, que es el común denominador de todos los politiqueros en campaña desde hace 30 años. La novedad es que acá tenemos un presidente zombie, una primera dama que ha usurpado el poder y que además se cree la reina de Perusalén. Ya llega la hora de su final, el carruaje pronto se convertirá en calabaza y sus pajes en ratones. Veremos cómo enfrenta sus juicios cuando ya no tengan amigos jueces que los vean como futuros aliados en el poder y cuando ni los caviares se interesen por ellos. En unos meses Nadine Heredia sabrá realmente lo que es ser una ciudadana de a pie.

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