Escribe: Dante Bobadilla Ramírez
Justo un día después de que el progresismo se mofara de los defensores del cardenal Cipriani que apelaban a toda clase de escusas ridículas para lavar la falta del purpurado, hicieron público el contenido de las agendas de Nadine. Entonces fue cuando la tortilla se volteó y nos tocó ver al progresismo en pleno lanzado sobre el teclado para armar una campaña en defensa de Nadine, apelando a las más ridículas escusas para salvarla de polvo y paja. Es hora de mofarnos de los defensores de la moral y del periodismo amarillento y mermelero que se practica en la izquierda, desde el rojerío hasta la caviarada, incluyendo las fujiconversas.
Al día siguiente del reportaje los medios concentrados del progresismo -y sus anexos blogueros y twiteros- dejaron completamente de lado las agendas de Nadine y sus anotaciones de puño y letra sobre los millones que manejaba en la campaña, y se dedicaron -para variar- a perseguir al Apra. El tema para la izquierda no son las agendas ni los millones ni la primera dama. El tema de la progrería siempre será el Apra y el fujimorismo. Todo lo demás se pasa por agua tibia o se recubre sin pudor. Así fue como el tema principal pasó a ser el mensajero y el que está detrás del mensajero. De la agenda nada, las baterías del progresismo se enfilaron a demoler a Alvaro Gutiérrez y al Apra.
Leo en La República, un medio que ya ni siquiera merece llamarse "de prensa", una afirmación insólita: "Aun en ese caso (que sean agendas de Nadine), no toda la información tiene que ser veraz. En una libreta uno puede escribir sueños. Ideas hasta de la propia fortuna personal". A este nivel de encubrimiento vergonzoso llega la izquierda cucufata defensora de la moral y luchadora contra la corrupción, pero solo cuando se trata de sus enemigos políticos. Para los demás, campañas de desinformación y apañamiento servil. ¿Algo nuevo que comentar? No. Nada nuevo. Esa es y ha sido siempre la izquierda parásita y comechada del Perú.
Lo que nos muestran las agendas de Nadine ni siquiera es algo nuevo o extraordinario. No pasa de ser una prueba más de la millonaria campaña del 2006, cuando los millones llegaban desde Venezuela en efectivo y por valija diplomática. Todo el Perú fue testigo de cómo esta parejita de trepadores sin escrúpulos, apelando a la demagogia patriotera del más barato estilo izquierdista, engatuzó a muchos que decidieron apoyarlo en su demencial proyecto. El más interesado fue primero Hugo Chávez, que andaba en el proyecto diseñado por el Foro de Sao Paulo, de colocar presidentes de izquierda en todos los países. Ya sabemos que Hugo Chávez puso en el poder a varios presidentes mediante millonarios aportes de campaña. Es no es novedad. Y en el Perú Hugo Chávez apostó por Ollanta Humala. Eso tampoco es noticia. Así que plata vino.
Por otro lado tampoco se puede negar la vida de nuevos ricos que se daban Nadine y Ollanta. Claro que aparecieron otros mecenas, como Alvaro Gutiérez, que los mantenían a cambio de meterlos en sus listas para el Congreso. En buena cuenta, Nadine y Ollanta fundaron una PYME familiar de la política beneficiándose económicamente para llevar al Congreso a mucha gente, incluyendo narcococaleras y otras inmundicias. Una vez que esto diera resultados en el 2006, toda la costra infectada de la izquierda peruana se trepó al ollantismo en el 2011, con el apoyo de la mafia brasilera en ausencia de Chávez. Por todo eso la izquierda convirtió esa campaña en la más sucia de la historia. Los millones siguieron llegando y la tesorera y dueña del negocio era Nadine Heredia. Pruebas sobran. Otra cosa es que cuadren dentro del esquema legal. Porque acá son muy buenos para utilizar la ley a favor del delincuente.
Ahora no nos sorprende en lo absoluto que Nadine apele a toda las artimañas que antes ella y el progresismo criticaban en Alan García y el Apra, como los amparos legales, y que la izquierda rabona aplauda esas medidas que antes condenó. Es hora de ver en acción a toda esa logia de mermeleros del progresismo en las redes. Rosa María Palacios, confinada en su cueva del blog personal, no descansa y se bate a duelo todos los días en defensa de Nadine. Pero es solo la punta del iceberg de la progrería, que en un pestilente mar de blogueros y escribas se dedica a la defensa cerrada del régimen que se hunde en corrupción. Es hora de ver cómo los defensores de la moral y luchadores contra la corrupción se hunden en su propia miasma.
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