Escribe: Dante Bobadilla Ramírez
El Congreso de la República
eligió a su nueva presidenta haciendo un esfuerzo genuino por reforzar su
imagen pública de otorongos vendidos que solo obedecen los dictados de Nadine.
No hay otro mérito reconocible en Ana María Solórzano que su absoluta sumisión
a la jefa de facto del gobierno. Solórzano es una guapa jovencita que carece de
cualquier mérito siquiera para estar en el Congreso. Pero como al Congreso
llega cualquiera, sin importar si sabe leer y escribir (y los partidos
políticos aprovechan al máximo esta licencia para meter a la peor escoria en
sus listas) tampoco hay mucho que elegir, es cierto.
La candidata de Nadine ganó
apenas por dos votos en segunda vuelta, ya que en la primera perdió. Lo curioso
es que justo habían dos otorongos que habían decidido irse de vacaciones. ¿Qué
clase de idiota es un congresista que se va de vacaciones en julio? ¿Acaso no
sabe lo que ocurre en este mes? Pero allí estaban gozando del sol en otros
lares Renzo Reggiardo y Leyla Chihuán, los dos votos que faltaron para pulsear
a los otorongos del nacionalismo y del peruposibilismo infeccioso. Una falta
grave de lesa estupidez por parte de este par de inútiles que solo sirven para
votar y para nada más, ya que su aporte parlamentario es nulo. Asi que por lo
menos deberían estar a la hora de votar.
Tras la derrota en primera vuelta
los celulares empezaron a sonar. Llamaban de Palacio de Gobierno para convencer
a los indecisos y torcer la voluntad de los otros, pero no con razones sino con
prebendas. Ollanta carece de recursos oratorios y no es capaz de convencer ni a
un niño, a menos que le ofrezcas algo. Nadine y Ollanta tuvieron que apelar
directamente a la compra de votos, es decir, al soborno. No había de otra. ¿Y
dónde están ahora los defensores de la ética y la democracia que criticaban
estos métodos en la era de Fujimori? ¿No eran los payasos del peruposibilismo,
entre otros?
Los argumentos que se escucharon
en todos lados sonaban más a trauma y disculpa. Por ejemplo el oficialismo
copió la excusa de Susana Villarán: "si no me reeligen todas las reformas
peligran". Por su lado los piojos de AP que solo piensan con la hiel en el
cerebro vomitaban su antiaprismo y antifujimorismo para justificar su apoyo al
oficialismo. Los chakanos que inicialmente aseguraron no votar por Ana María
Solórzano por ser una incapaz, al final fueron conminados por el borracho de
Cabana quien negoció directamente con el cachaco mediocre el blindaje al asunto
de ECOTEVA a cambio de los votos. Luego apareció León con su cara de ratón repitiendo
la patética y ya trillada excusa de que PP votó contra el aprismo y el
fujimorismo, único mérito político que parece exhibir en estos tiempos la lacra
de mediocres trepadores angurrientos y defensores del lavador de activos.
Así es como funciona el relleno
sanitario de la Plaza Bolívar. Al menos en el mes de julio deberían colocarle
una carpa gigante de colores a rayas para que los ciudadanos sepan dónde están
los payasos de la democracia. Al final el Perú se ha convertido en un
matriarcado dictatorial al mando de Nadine Heredia, quien ya dispuso a su
personal doméstico en los principales cargos: la presidencia del Congreso y la
PCM. O sea, tiene el poder de facto sobre el Ejecutivo y el Legislativo. Si le
sumamos al primo en la Fiscalía y al chupe sin pelos que dirige el Ministerio
de Defensa, se puede decir que Nadine maneja todo.
La historia tendrá que registrar
esta novedosa dictadura que se ha apoderado ya del Perú. Una dictadura femenina
sustentada en una plaga de incapaces y chupamedias que se hacen llamar
congresistas.
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