Escribe: Dante Bobadilla Ramírez
Diversos presidentes de Latinoamérica y el Caribe concurren hoy a la intrascendente y burocrática cumbre de la CELAC, otro de esos organismos que Hugo Chávez se dedicó a crear para combatir a los EEUU y la OEA, tratando de introducir a Cuba y sus monigotes del Caribe en busca de construir su ansiado imperio continental de la Patria Grande Bolivariana, para mandonear a su antojo en la región. Muerto Hugo Chávez y con Venezuela en grave crisis económica, tanto el ALBA como la CELAC, la UNASUR y otros adefesios similares carecen ya de valor y sentido. Pero como en este mundo los políticos solo saben crear organismos pero nunca tirarlos al tacho, seguimos llenándonos de de cumbres inútiles que solo sirven para la foto y una declaración delirante.
Lo inusual de esta cumbre es que se desarrolla en Cuba, la isla prisión de los hermanos Castro, cuna de la más longeva dictadura del mundo, que acaba de celebrar 55 años de oprobio y miseria sin que nadie diga nada. Allí es adonde los papanatas de la región irán a hablar de democracia y desarrollo, entre otras paparruchadas, sin que nadie se atreva a decir absolutamente nada de la vergonzosa situación del pueblo cubano. Acá los únicos que roncaban, gritaban y vociferaban eran los matones del socialismo, en particular Fidel Castro y Hugo Chávez, aunque este ya partió al más allá y el otro está con un pie. Por su parte los que se creen líderes de la democracia jamás han tenido los cojones para enfrentarse a la dictadura. Muy por el contrario, han agachado la cabeza y callado vergonzosamente.
Y es que la hipocresía manda en la región. El evento ha empezado con la presidencia del dictador Raul Castro, hermano y heredero de la dinastía de los Castro desde que se apoderaron del poder hace la friolera de 55 años. Nadie los ha sacado. Hoy encabezan la CELAC y se dan el lujo de poner sobre la mesa temas como la democracia, la pobreza y la desigualdad. Exigen respeto a las políticas internas de cada país para que nadie cuestione a la dictadura cubana, pero no dicen nada de la forma descarada en que Cuba alentaba la subversión guerrillera en toda la región. Exigen no intervención en los asuntos internos de cada país para que no se cuestione la salvaje opresión del pueblo cubano, pero se meten en Puerto Rico para apoyar el movimiento independentista, nueva forma de apoyo a la subversión en estos días.
Sin duda los monigotes del chavismo, los huérfanos y viudas de Hugo Chávez, llorarán y elevarán plegarias al ex matón de barrio que ya no está acá para seguir insultando a gritos a los EEUU, haciéndose el valentón mientras le vendía todo su petroleo y cobraba al contado para mantener sus delirios de grandeza. Será una cumbre para el olvido, en la que una vez más el pueblo cubano verá como todos los líderes demócratas se largan sin haberse detenido un instante a contemplar su situación, sin hablar con la oposición, sin escuchar a las Damas de Blanco que siguen siendo brutalmente reprimidas. Una cumbre que será otra muestra de la hipocresía de la política regional dominada por el progresismo de doble moral.
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