Por Nelson Bocaranda
El "histórico" discurso dejó cuatro cosas muy claras. La primera, que el Presidente de la República Bolivariana de Venezuela es un preso de las coyunturas políticas y de los asesores e intereses que conforman tales coyunturas. Las encuestas, estudios de opinión y "focus group" que lleva a cabo el aparatick de propaganda del régimen, construyeron el evento del martes y, por si fuera poco, escribieron la línea gruesa de lo que dijo. Ese no es el discurso de Nicolás Maduro, ese es el discurso de los que lo tienen arrinconado.
La segunda, los asesores extranjeros, coordinados desde la "Isla de la felicidad", alcanzaron el cénit de la genialidad al ofrecerle a Maduro por un buen tiempo la estrategia mediática de que todo lo que sea mercado, liberalismo, empresa, iniciativa privada, banca, finanzas, sea calificado como el verdadero origen de toda corrupción (y en Cuba van al revés). El Chavismo, el Socialismo del Siglo XXI, la Revolución Bonita, nada tienen que ver con corrupción. Corrupción viene del pasado. En el presente no hay corrupción.
En 14 años de régimen chavista, no hay un solo venezolano, ni civil ni militar, ni funcionario ni amigo del Gobierno, tampoco un diputado, mucho menos un juez, que sea corrupto. La falta de divisas, de insumos, de abastecimiento, la escasez, la falta de servicios, los incendios en la petroquímicas, las caídas de puentes, las valijas, las tomas de los bancos y empresas de seguro, las compras militares, las viviendas que nunca se hacen, todo eso viene de 1998 hacia atrás. Eso nada tiene que ver con nosotros, con el Socialismo del siglo XXI.
Tercero, este no es solo un discurso para el señor Presidente. Este debe ser el discurso de todos los ministros, de todos los diputados, del último enchufado de cualquier nómina, legal o ilegal, abierta u oculta que viva y dependa de nuestro rentismo petrolero. Y eso es lo venimos viendo desde que Maduro regresó de Cuba recientemente. Es lo que hicieron todos, y repito, todos los diputados que salieron por TV haciéndole antesala a la preparada presentación de Maduro. Lo que hizo el lector del texto (¿copy&paste del anciano general mayor Pérez Arcay y el Monje con guión isleño?) fue reposicionar la culpa cargándosela a otros.
En cuarto lugar, esas mismas encuestas soportan otra instrucción cubana como es poner en tela de juicio las municipales de diciembre. Por eso ni las mencionó. Si se transforman en plebiscito, quien dice haberle ganado todas las batallas al Imperio, hoy las pierde. Y eso la robolución no puede aceptarlo. Como me señalara un distinguido embajador latinoamericano que ante los medios debe presentarse como amigo de este régimen, pero que tras bastidores su misión es defender los interese de los nacionales de su país: "Con este encuadre, con esta propuesta, desde el sector privado de mi país, ni un céntimo, mucho menos un dólar. Pedí a mi colega y paisano en Beijing que hablara con la dirigencia china que exigió cuentas claras a Maduro y Ramírez en su viaje, a pedir 'emprestado'. Los vieron desesperados y lograron que cambiaran a funcionarios del Fondo Chino y otros organismos, acusándolos de guisadores. Giordani fue clave, le contaron".
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