Por: Mauricio Múlder
El creciente descrédito del presidente de la República y del gobierno en su conjunto es única y exclusivamente culpa de la pareja presidencial. Pocas veces he visto un presidente más apoyado por la prensa y menos hostigado por la oposición. Los temas relativos a la reelección conyugal, las corruptelas de su entorno familiar, el secretismo de sus compras militares, el uso abusivo de los medios del Estado -TV, diarios, aviones, helicópteros, etc.- para la cónyuge presidencial, la complacencia de fiscales y jueces con los casos Madre Mía y, sobre todo, la acusación directa del narcotráfico de haberle dado 20 mil dólares mensuales a entonces capitán Humala, hubieran merecido, de tratarse de otro presidente, una ola de reclamos por la vacancia presidencial, alentada desde los medios.
Pero no. Pasa piola. No hace absolutamente nada, es decir, no conduce el carro. Es solo un pasajero que va viendo la ruta, pero sin comprometerse en la conducción. En el volante no hay nadie, el carro va por inercia. Lo poco que hace, por ejemplo Qali Warma, es un desastre. Todos los días, literalmente, hay niños intoxicados en todo el Perú. Tantos, que ya no son noticia de primera plana, como cuando Sendero mataba todos los días en el Ande y la prensa nacional se cansaba de dar cuenta en páginas interiores.
La derecha lo aplaude porque justamente no hace nada. Ollanta Humala se convierte así en el presidente más reaccionario y pro-oligárquico de la historia del Perú, porque practica como nadie el sustento del capitalismo salvaje: laissez faire, laissez passer (dejar hacer, dejar pasar). Y claro, peor fuese que se le ocurriese ejecutar el sancochado infame del velasquismo rentista y bonapartista para asaltar la economía a la mala y hundir al país 30 años, como lo hicieron en los años 70.
Pero como ha probado las mermeladas del poder, sueña con conservarlo. Seríamos ingenuos si creyésemos que porque la señora Heredia dijo que no estaba pensando ser candidata en el 2016, esa posibilidad no se esté cocinando. Días después de esa declaración su esposo salió al mundo a decir que su señora "estaba preparada" para mandar. Y tal como lo ha señalado ayer un informe de El Comercio, la maquinaria propagandística del Estado se ha multiplicado en ese proceso de nadinizacion de la sociedad a través de los medios y las redes sociales.
Fiel reflejo además, de un gobierno en velocidad cero, es su gabinete. Presidido por la banalidad insípida de quien ostenta el cargo, todos saben que está solo para presidir los tatachines protocolares y un par de asuntos más, pero que no se le toma en cuenta para nada. "Estamos evaluando técnicamente" la compra del avión presidencial revela que fue una respuesta improvisada dada por quien no teniendo la menor idea de si el tema era cierto o no, no quería quedar mal arriba, con aquella que lo nombró. Su torpeza lo lleva a desnudar la estrategia secreta del gobierno, que a como dé lugar busca despejar el camino del 2016 para la señora. Y sin que viniera a cuento terminó diciendo que el afamado "Brasil" es un pobre diablo y el congresista Tejada era un santo varón digno de los más encumbrados altares. Lo que era una estrategia oculta, la convirtió en pública y ostensible, por lo que ya sabemos cómo viene la mano en la partida.
Si sumamos los casos de los otros potenciales candidatos y los avatares que van pasando, ¿cree usted que van a gastar tanto dinero público sin que realmente quieran quedarse a la mala en el poder? ¿Cree usted que quienes no tuvieron escrúpulos en recibir a manos llenas, los envíos secretos de Venezuela, en la campaña del 2006, ahora se van a andar con remilgos?
No hay comentarios:
Publicar un comentario