Escribe: Dante Bobadilla Ramírez
Con las nuevas ministras nombradas Ollanta Humala ratifica una vez más que no tiene ni la menor idea de lo que significa gobernar un país hacia el desarrollo. Ya bastante teníamos con un pasmoso gabinete dirigido por nada menos que un "especialista en derechos humanos", quien ha resultado más opaco e intrascendente que una pelusa en el ombligo. Ahora, con un gobierno desgastado y con todas las cifras de bajada, Ollanta tenía la oportunidad de lavarle la cara de mediocridad a su gabinete, pero nada. Al parecer ha preferido, una vez más, el gesto cursi para las galerías nombrando a tres mujeres que solo le servirán para una pose progre y supuestamente vanguardista.
Personalmente me resulta indiferente si se nombra a un hombre, mujer o gay como ministro. Todo lo que importa es que sea la persona idónea para el cargo. Y para ser más precisos, me importa poco a quién nombren en ministerios decorativos como Cultura e Inclusión Social, que no aportan nada al desarrollo del país, aunque el de Cultura más bien ha significado un verdadero lastre últimamente. Pero lo que me llama la atención es que en un ministerio clave como el de Comercio Exterior se nombre a alguien que no sea una empresaria exportadora sino a una auténtica burócrata de escritorio. Es obvio que Ollanta ha preferido experimentos sexistas de "equidad de género" en su gabinete antes que dirigir la nave del país por buen rumbo.
Por lo que se sabe, la señora Magali Silva es una economista que ha venido desempeñándose como viceministra de pymes y que antes laboró en el BCR. Puede tener méritos académico, pero estos sirven poco en el mundo real donde hay que tomar decisiones fundadas en conocimiento cabal de los problemas que competen a un sector. Y se trata de un sector vital para la economía del país. En un momento en que las exportaciones han empezado a caer, lo más razonable hubiese sido sacar a alguien del sector exportador que tenga experiencia directa y perspectiva global de lo que es hoy el comercio mundial.
Tal parece que Ollanta Humala será un gobernante destinado a capear el temporal con el piloto automático pero con una tripulación cada vez más inexperta, compuesta por puros burócratas acartonados. El Perú está en manos de un incompetente que ya se ha ganado el triste apelativo de "Cosito" y de un abogadillo de derechos humanos que no pinta nada para nadie, pues está comprobado que los ministros no le preguntan a él ni la hora. Triste futuro el que nos depara este gabinete y este gobierno.
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