Por Mancebo
Intento entender el razonamiento del presidente Humala al decir que el proselitismo político es válido con bienes incautados por la SUNAT, y que si son entregados por los congresistas de su partido está bien. Pero cuando pienso en bienes incautados, pienso en algún delito involucrado, y por lo tanto, la frase de mi abuela que “ladrón que roba a ladrón tiene 100 años de perdón” me aparece en la cabeza. Y es que no se puede justificar este descaro con decir que no lo prohíbe la ley. Cuando una autoridad es elegida, se elige por su capacidad de liderazgo, por su ejemplo, por la inspiración hacia los demás, por su ética. Pero esto es algo que parece no entenderse en el país, y pongo un ejemplo de lo que es sacar partido con la buena fe de los otros, y ya no con bienes incautados. Una cadena de supermercados tiene por costumbre no entregar el vuelto completo de las compras sino pedirle a sus clientes que lo donen con fines filantrópicos. Obviamente sientes que el corazón se te estruja si dijeras que no. Sin embargo con cada centavo donado este supermercado se ahorra mucho en impuestos, ya que al presentar un cheque enorme a fin de año, como si lo hubiera donado él y no sus clientes, la SUNAT se lo descuenta. Como si de pronto un congresista invirtiera con plata ajena para su campaña de reelección.
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