A la intensa campaña de desprestigio montada por la izquierda contra los operadores de la revocatoria, hay que sumar una vergonzosa estrategia que pretende confundir al electorado haciéndole marcar su voto en forma equivocada. Los antirevocadores en su desesperación, admitiendo en sus fueros internos que ya la revocatoria es un caso perdido, se han visto obligados a recurrir al engaño. Ahora han transformado el NO en un "No a Susana Villarán". Algo que ha sido aplaudido y difundido de inmediato por el webmaster progrenerd Ocram pero que hasta la propia alcaldesa debe estar deplorando con vergüenza.
De este modo la izquierda suma una perla más a su extenso collar de sucias estrategias de campaña. No ha sido suficiente desprestigiar a los revocadores apelando incluso a su aspecto físico: "parecen de la baja policía" decía César Hildebrandt, sin que la progresía desate sus iras antidiscriminatorias. "Basta mirar sus caras", añadía hace poco Sinesio López, quien de hecho no se mira al espejo. A estas muestras de racismo dichas a plena conciencia, hay que sumar las expresiones de estupidez de los artistas contratados para apoyar a la alcaldesa: "los nuevos ricos son horrorosos" soltaba Claudia Dammert defendiendo la alcurnia de su amix Susana Villarán, quien siendo rica, dejó Miraflores para irse a vivir a Caja de Agua y conocer la pobreza.
Para completar la huachafería racista de la progresía se hizo presente la desubicada Magaly Solier, quien de tanto servir de paje al progresismo cinematográfico, salió en defensa de Susana Villarán, de quien dijo que será defendida por los "verdaderos limeños y no por los provincianos que se creen limeños". Asquerosa frase en toda su extensión. Pero este es el nivel al que ha llevado el "debate" la progresía villaranista.
Ni siquiera la prensa mermelera caviar concentrada en Radio Capital, (llamada hoy "Radio Villarán"), ha podido mejorar en algo la campaña. El día entero es empleado por Augusto Álvarez Ródrich, Rosa María Palacios, Juan Carlos Tafur, Carlos Carlín y hasta Guillermo Giacosa para sobonear a la alcaldesa Villarán y hablar pestes de los revocadores. De paso confrontan, maltratan y hasta se burlan de quienes llaman para opinar en contra de Susana Villarán, demostrando que en realidad "tu opinión importa" solo si conviene a la campaña del progresismo villaranista. Mención aparte merece el maltrato que un energúmeno como Juan Carlos Tafur le propinó a su "invitado" William Luna. Una actitud que debería ser al menos condenada por la Sociedad Nacional de Radio y Televisión.
Pero el mayor esfuerzo de la prensa mermelera caviar es montar el psicosocial de "¿quiénes están detrás de la revocatoria?". Ese es el gran mito que pretenden develar mediante sesudos análisis en los que desfilan Alan García, Luis Castañeda y Keiko Fujimori. Esta vez no pueden echar mano de los empresarios, ni de los grandes intereses, ni de los poderes ocultos, ni de las transnacionales, porque todos ellos están con Susana Villarán. Pero aun con todo siempre sacan a relucir los fantasmas de "las mafias" y de "quienes no desean las reformas".
Cada día se aprecia mayor desesperación en quienes apoyan la mala gestión de Susana Villarán. Su apoyo se sustenta solo en cuestiones como "ella es honesta" o porque "no hay razón para revocarla". Hasta PPK ha dicho equivocadamente que la revocatoria solo procede en casos de corrupción, lo cual es falso, pues para eso está la Fiscalía y la Ley. La revocatoria es un instrumento político de rechazo a una feria de improvisados que nada saben de gestión pública, y que han entrado al Municipio con las prioridades cambiadas y con la mente en el delirio de la repartija social.
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