En mis tiempos la política era más sencilla que hoy, y creo que la vida en general. Se sabía claramente lo que significaba ser de izquierda. Un izquierdista soñaba con tomar el poder mediante la lucha armada para imponer una dictadura comunista. Así de simple. Lo demás es retórica. La izquierda se dividía en mil facciones pero al final todos querían lo mismo. La gran mayoría de la izquierda estaba conformada por jóvenes ilusos engañados por la utopía socialista del mundo perfecto. Recitaban de memoria sus textos sagrados conformados por esa palabrería insufrible de Marx y Lennin. Los que no eran jóvenes estaban en un estado visible de deterioro mental, porque la ideología de izquierda es exactamente igual que la cocaína.
Tras la caída del muro de Berlín, el desplome del bloque socialista, el fracaso absoluto de las tesis de izquierda en todo el mundo y la derrota en el Perú de Sendero Luminoso y el MRTA, el panorama cambió radicalmente para las generaciones de los 90. A partir de allí ser de izquierda se convirtió en un penoso experimento mental que combina la sensiblería social con la nostalgia del pasado comunista. Ser hoy de izquierda apenas se justifica desde el plano ideológico. De aquellos textos sagrados que ya reposan en el basurero de la historia solo se han rescatado algunas consignas que se resumen en dogmas abstractos como "justicia social". La izquierda se reduce hoy al uso de conceptos en los que cabe cualquier cosa, desde la histeria anti discriminación hasta la defensa de los animales y el medio ambiente. Así que cualquiera que hoy se sienta un defensor de causas justas y nobles levanta la bandera de la izquierda.
Si a ese sancochado mental resultante le añadimos los problemas de la educación y las gravísimas crisis sociales vividas en el Perú a fines del siglo pasado, lo que hoy tenemos es una generación de jóvenes y no tan jóvenes francamente confundidos en el escenario político. Una generación que además se ha forjado en la debacle de los medios y del periodismo, absorviendo TV basura, jugando al Play Station y descubriendo la Internet como nuevo juguete. Si tuviera que elegir a un personaje que represente a esa generación mentalmente extraviada, que hoy es parte de una izquierda progresista sin ideología ni programa, sustentada apenas en una sensibilidad social que le sirve de brújula, y que vive improvisando sus odios y afectos cada día, señalaría a Marco Sifuentes, también conocido como Ocram, que es su nombre al revés.
Marco Sifuentes es una especie de Mark Zuckerberg peruano cuyo único mérito en la vida es haber iniciado el periodismo en la web, mediante un blog de nombre estúpido llamado "El útero de Marita". Hace poco nos reveló las características de su mediocre educación en un colegio de Pueblo Libre donde los profesores tenían el perfil mental de los Humala. Eso ya explica muchas cosas. Estudió periodismo en la PUCP en un programa de novedosa creación, y luego fue parte del equipo de "La Ventana Indiscreta", programa político que dirigió Cecilia Valenzuela hasta el 2008. A partir de allí empieza su discurrir en la web siendo finalmente pionero del periodismo ejercido en la Internet. Más allá de eso es un personaje que destila un izquierdismo desorientado y sin rumbo. Representa pues a la auténtica generación de la izquierda perdida.
Una revisión de su blog confirma nuestras sospechas, pues solo a un desubicado se le puede ocurrir mezclar un artículo que condena al Partido Comunista del Perú, Sendero Luminoso y a los jóvenes que hoy prestan oídos al discruso del MOVADEF, junto a otro artículo donde declara su amor por Camila Vallejo, la líder comunista chilena que es admiradora de la dictadura comunista cubana, dictadura que a su vez sustentó las masacres de la guerrilla comunista de Latinoamérica en los 70 y 80, como el MRTA y de pasada Sendero Luminoso. Es decir, el comunismo latinoamericano es todo un mismo saco de basura. ¡No se puede condenar al PCP- SL y a los jóvenes que hoy escuchan la prédica de Movadef y luego admirar a Camila Vallejo! Si este sujeto resulta incapaz de ver el absurdo es por su falta de visión histórica y por su ignorancia política. Es evidente que hoy la política, desde el Congreso hasta los medios, se ha llenado de ignorantes e improvisados.
Pero los socialconfusos de la izquierda moderna son inmunes a la racionalidad. Tan solo se apoyan en sus emociones, añoranzas y nostalgias. No se dan cuenta de las conexiones estrechas que hay entre lo que dicen rechazar y lo que apoyan fervientemente. Ocram es la prueba viviente del absurdo político de la izquierda del siglo XXI. Pongamos otro ejemplo. Este desubicado lanza una advertencia a los jóvenes para que no presten oídos al Movadef citando un texto de la CVR: "El PCP-SL instrumentalizó, para su inicial crecimiento partidario en las diferentes regiones del país, instituciones del sistema educativo, expandiendo a través de ellas su prédica para captar núcleos minoritarios de jóvenes a quienes ofrecía una ideología de ruptura total con el orden establecido..".
Parece muy apropiado. Sin embargo, el post anterior es una apología de Javier Heraud, poeta y guerrillero comunista muerto a tiros en el río Madre de Dios. ¡Precisamente uno de esos jóvenes captados por el comunismo a través del adoctrinamiento en las instituciones educativas! Entonces uno que conoce la historia de la política peruana y mundial, no llega a comprender qué hace un idiota condenando en un post al comunismo y ¡elogiándolo en los otros!
Me parece bien admirar al poeta Javier Heraud. Yo también lo admiro. Sus poemas son bellos. No me canso de leer "El rio". Pero no se puede decir de él: "Me gustó la muestra porque es un intento de explotar al máximo el potencial iconográfico de Heraud, que debería estar al nivel del Che —con toda la carga, para bien y para mal, que eso implica— en el imaginario colectivo de la juventud peruana...". Solo un auténtico imbécil de la izquierda confusa de hoy se le puede ocurrir colocar la imagen de Javier Heraud como iconografía comunista para la juventud peruana. Si hay algo que rescatar de Javier Heraud es tan solo su poemario y más nada. El resto es mejor ocultarlo. Y no lo digo yo solamente. Se lo está diciendo la CVR en su propia cita.
Javier Heraud fue una víctima del comunismo. Si queremos ponerlo como icono para la juventud habría que hacerlo señalando este carácter esencial de su figura: víctima del comunismo. Y habría que hacerlo como una advertencia a los jóvenes para que no desperdicien su juventud prestando oídos a mensajes celestiales que vienen desde la izquierda. Pero hacerlo como una apología del comunismo criminal colocándolo al nivel del Che, es algo que, repito, solo a un perfecto imbécil se le puede ocurrir.
Lástima que no hayamos emprendido en el Perú un programa educativo apropiado luego de vivir toda esa época nefasta de la izquierda violenta y criminal en las últimas décadas del siglo pasado. Debimos haberlo hecho. Así podríamos quizá haber evitado el surgimiento de esta generación de socialconfusos e idiotas de la política que hoy se proclaman como abanderados de una posición política correcta, incluyendo en sus mensajes las semillas del mal. Tenemos un trabajo que emprender. No solo hay que corregir esta clase de mensajes aberrantes sino que debemos señalar a estos idiotas con carteles de peligro, para que quienes se atrevan a leerlos tengan la debida precaución de no pisar sus minas ideológicas.
DOY FE DEL CONFISIONISMO DE ESTE SECTOR SOCIALCONFUSO PARA LEER ADECUADAMENTE LA REALIDAD NACIONAL DEL PERÚ CON SENTIDO CRÍTICO. FELICITACIONES POR EL ARTÍCULO MUY ILUSTRAIVO
ResponderEliminarGENERAL EP WILSON BARRANTES
No puede catalogarse a toda una generación de socialconfusa, solo porque un batracio lo sea. Hay muchos jovenes a los que les han lavado el cerebro, y otros desubicados, por igual motivo, que al tratar de ser correctos, políticamente, terminan siendo unos pobres diablos políticos, sin opinión definida.
ResponderEliminarEsta gente no tiene principios, sino tienen en su cabecita cuantos likes o twits generan, y esa sí es parte de una generación de una manga de losers que creen que son importantes porque escriben pavadas en la internet.
en el clavo. lo peor es que estos socialconfusos de izquierd se venden ante los incautos como los nuevos "liberales", puro contrabando.
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