¿Cuánto odio, encono y miseria se requiere para buscarle más juicios a alguien que ya está preso, con una larga condena en la fase final de su vida y además padeciendo un cáncer incurable? Es difícil adivinar el grado de indolencia de las élites caviares, las ONGs de DDHH y de la supuesta justicia que parece haber pervertido sus prioridades para satisfacer el morbo que late en las entrañas de esta secta infame. Por un lado se tiende el mantel para recibir a los terroristas que serán prontamente liberados, se les busca reparaciones a los terroristas, se busca justicia para el terrorista Tito, se premia a la terrorista Mónica Feria, se le abre las puertas de la prensa mundial a la terrorista Elena Iparraguire para declarar que no se arrepiente de nada, mientras MOVADEF anuncia que la lucha armada sigue siendo una alternativa, mientras el CONARE sitia Lima a pedradas, el hombre que liberó al Perú de toda esa lacra de izquierda terrorista hoy padece el acoso de los gallinazos de la justicia y los derechos humanos. ¿Ese es el Perú?
¿A qué grado de estupidez debe rebajarse una sociedad para permitir que una élite miserable haga negocio con los valores, la verdad, la justicia y la moral, utilizados únicamente para vengarse de quien derrotó a la izquierda en su magna obra de la lucha armada? Los hipersensibles de la caviarada y la izquierda limeña que nos hacen llorar con sus columnas repletas de sensiblería cursi cada vez que hay una frase de discriminación que ofende a los homosexuales, nos muestran rápidamente sus fauces babeantes y sus filudos colmillos cada vez que se pide un indulto para Alberto Fujimori. Nada se le concede al hombre que salvó al Perú no solo del desastre económico sino del infierno terrorista a la que nos condujo la prédica nefasta de la izquierda delirante durante treinta años. La izquierda nunca perdonará a Alberto Fujimori. Eso es claro.
Me parece que la sociedad debería reaccionar. Un buen síntoma de que la sociedad no ha perdido su memoria y sabe lo que significa el retorno de la izquierda terrorista, tal como se ve, sería confrontar a esta secta despreciable de parásitos oenegientos y traficantes de la moral. Alberto Fujimori ha sido juzgado ya por una justicia amañada y rencorosa, dirigida por quienes fueron desaforados por Alberto Fujimori y volvieron para juzgarlo, ha sido sentenciado ya y ha cumplido cárcel. ¿Qué más quieren?
Rescatemos la dignidad de los peruanos. Mostremos nuestra repulsa a los traficantes de la moral, nuestro desprecio a las ONGs que defienden y recompensan a terroristas. Hay que exigir que de una vez el gobierno dicte el indulto humanitario para Alberto Fujimori. El presidente tiene la facultad para hacerlo y no tiene que pedirle permiso a nadie. No es verdad que Fujimori tenga que estar en los estertores de la agonía para recibir un indulto humanitario. Eso ya no sería un indulto sino una burla, porque solo se le permitiría salir para que suelte su último aliento en un hospital. Eso es lo que quieren las perversas alimañas de las ONGs. El indulto presidencial no requiere nada. Solo voluntad. Una voluntad que debe estar en sintonía con la gran mayoría de los ciudadanos, en especial con los del interior del país, y no con la elite caviar.
Exijamos al gobierno el indulto para Alberto Fujimori porque el hombre que salvó al Perú no merece padecer en la cárcel sus últimos días. Hay que recuperar la dignidad y la moral del pueblo. Nuestra moral no le pertenece a las ONGs parásitas sino a los ciudadanos de buen corazón y a todos los peruanos bien nacidos que amamos la paz y la vida en democracia, a los que rechazamos la violencia que predica y defiende la izquierda.
Estoy de acuerdo, Fujimori debe salir si o sí para que acabe con el caviarismo que invade nuestro pais
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