Ya empezaron a aparecer los columnistas de izquierda deplorando, como era de esperar, el proyecto de ley de negacionismo, que simplemente busca penalizar a quien niegue los actos de terror cometidos por los grupos terroristas Sendero Luminoso y el MRTA, algo muy conveniente cuando vemos gente educando a los niños y jóvenes en ese sentido (CONARE y MOVADEF). Nuevamente la izquierda le hace el juego al terrorismo senderista, le juega de taquito para cogerle la mano al Estado e impedir que este actúe contra el terror y sus secuaces, tal como lo hizo la izquierda durante los años 80.
En un artículo que lleva el asqueroso título de "Sendero es marca Perú", lo cual ya es deplorable, el periodista Alexandro Saco, quien no brilla precisamente por su lucidez mental, expresa unas ideas de lo más aberrantes que merecen aclaración inmediata para que los jóvenes no se dejen engañar.
Dice este sujeto que Sendero Luminoso es marca Perú. ¿De dónde saca esta aseveración? ¿Del hecho de que surgió en suelo peruano? Pues eso no basta. Sendero Luminoso, como lo confirma su bandera roja con la hoz y el martillo, nada tiene que ver con el Perú. Es producto de una ideología importada desde China. Al punto que los delirantes senderistas iniciaron su lucha armada "combatiendo" a Deng Xiao Ping en las calles de Lima. Eran pues unos perfectos enfermos mentales.
Luego Alexandro Saco, que parece carecer de preparación académica, se hace preguntas de adolescente. ¿Por qué el Perú, dice Saco, es el único país de la región que incubó el fundamentalismo de izquierda? En primer lugar hay que informarle a este tipo que el Perú no fue el único país donde se incubó la lacra de la izquierda. Hoy todavía podemos ver en Colombia los últimos rezagos de esa escoria izquierdista que contaminó toda Latinoamérica a partir de los años 60, luego del triunfo de la revolución cubana y contando con el entrenamiento y el apoyo financiero de potencias comunistas como la URSS, RDA y China, entre otros.
En casi toda Latinoamérica florecieron estas agrupaciones guerrilleras y terroristas. Alguien que pretende escribir en un medio, aunque sea tan informal como La Mula, tratando de hacer periodismo, debería interesarse más por educarse y leer algo de historia. Tal parece que Saco pasó su juventud en la Luna o en las cantinas, sin ver lo que ocurría a su rededor. Ya debería saber que hubo tupamaros en Uruguay, montoneros en Argentina, los Alfaro Vive Carajo (AVC) en Ecuador, el MIR en Chile y una gran variedad de grupos en Colombia que luego fueron desarmándose, como el M19. Pero todavía subsisten facciones de las FARC. Hubo pues una infección generalizada de escoria izquierdista en toda Latinoamérica y no solo en el Perú. Algo que se debió básicamente, como ya se dijo, al apoyo del comunismo mundial. En buena cuenta, los izquierdistas del Perú y Latinoamérica fueron los tontos útiles del comunismo mundial, y quedaron como perfectos idiotas cuando este desapareció. Hoy viven del ambientalismo oenegiento.
En el Perú también sufrimos la demencia de los grupos de izquierda durante los 60 y 70. Eran muchos, todos delirantes y fanáticos de Marx, Lennin, Mao, Trotsky, y hasta Hoxa y el Che formaban parte de su vitrina de dioses. De ese basurero ideológico que floreció en las universidades es que surgió Sendero Luminoso. Y si este grupo llegó a cometer tantos crímenes fue porque el Estado no supo responder con eficacia. Y una de las razones fue porque Sendero tenía a la izquierda parlamentaria metida en Lima como una quinta columna que los respaldaba. Su misión era suavizar las leyes con el cuento de los DDHH. Allí fue cuando descubrieron las grandes ventajas de meterse a la defensa de los DDHH. La izquierda parlamentarista de los 80 tuvo como misión maniatar al Estado y las FFAA. Todo su trabajo consistió en cuestionar la actividad de los militares y enjuiciar a sus generales. Hoy es tarea de las ONGs.
Otra barbaridad que expresa Alexandro Saco es que la prédica de Sendero Luminoso "encajó" en la realidad nacional. Si lo que trata de decir es que tuvo acogida en la población es falso. Los senderistas jamás tuvieron una respuesta favorable de la población. Al contrario, nadie los entendía y fueron rechazados. Esta fue precisamente la razón por la que Abimael Guzmán ordenó a sus huestes a ejercer una fuerza brutal contra la población campesina para convencerlos mediante el miedo y el terror a obedecerlos. El Perú nunca le dio cabida al comunismo. La izquierda siempre ha sido una minoría de delirantes muy activos y ruidosos, pero una minoría. Hoy son una plaga que solo conoce crear el caos social.
Como se ve, es imposible decir que Sendero Luminoso, esa inmundicia surgida del adoctrinamiento del comunismo mundial de los 60 y 70, sea una "marca Perú". Es un insulto al país que debemos rechazar con indignación y contundencia. ¿Qué se han creído los rojos?
No hay comentarios:
Publicar un comentario