martes, 12 de diciembre de 2017

La megacorrupción progre-caviar saca antorchas de humo


Escribe: Dante Bobadilla Ramírez

Empecemos pintando el escenario general. Hace 17 años que nos gobiernan los famosos "luchadores anticorrupción" que aparecieron como plaga de cucarachas después del fujimorato. Hoy son ellos los que están embarrados en el más grande escándalo de megacorrupción de nuestra historia. Los tres últimos gobiernos están directamente implicados en la corrupción. De ellos hay dos en los que el mismo presidente está metido en la coima: Toledo y Humala. A ellos hay que sumar a la ex alcaldesa caviar Susana Villarán. Y como si esto fuera poco, toda la prensa prostituida por el Estado y aceitada por la mafia de Odebrecht, también está salpicada por la corrupción. A todo eso hay que sumarle todavía varias instituciones del Estado infiltradas por la corrupción, artistas no tan inocentes y los siempre tontos útiles del progresismo.

Este panorama tenebroso significa que el establishment del Perú está corrupto. Nuestras principales instituciones y personajes renombrados son por lo menos sospechosas. Toda esta megacorrupción avalada por la izquierda y, en especial, por la caviarada, no podría haber sido posible sin implicar en el juego a instituciones como la Contraloría, la Fiscalía de la Nación y la Procuraduría, entre otras. Hoy parece que nadie vio nada mientras se levantaban el país en peso. Es cierto que de vez en cuando se escucharon voces de alerta pero que eran acalladas rápidamente y sacadas de circulación. Ni el Congreso vio nada mientras los gobiernos de Toledo y Humala sacaban leyes para beneficiar a sus amigos. Todo este panorama descrito significa que la corrupción es parte del establishment. Por lo tanto, enfrentar a esa corrupción que tiene la sartén por el mango no será nada fácil. 

Por algo estamos viendo el renacer furioso del antifujimorismo. En realidad es el mismo antifujimorismo patológico que vivimos desde hace 17 años, pero hoy parece recargado. Por increíble que parezca, los medios no se ocupan del gobierno ni de la mafia sino del fujimorismo. Y es que el fujimorismo es el que tiene prácticamente el control del Congreso y, sobre todo, de la comisión Lava Jato que es donde se investiga a los implicados. ¿Cuál es la estrategia de la mafia? Veamos.

En primer lugar quieren implicar a Fuerza Popular y a Keiko Fujimori en la mafia de Odebrecht a como dé lugar. Han hecho lo posible para que el escándalo de corrupción salpique a Keiko y FP. Se han agarrado de una anotación en el celular de Marcelo Odebrecht que data del 2011, es decir, de la campaña en que Odebrecht apoyó con todo a Ollanta Humala. El circo que armó la Fiscalía fue de lo más curioso porque viajaron hasta Brasil a interrogar nuevamente a Marcelo Odebrecht, para que responda lo mismo que había dicho antes y que obra en manos de la Fiscalía. Es obvio que todo el show tuvo como objetivo crear la cortina de humo alimentando nuevamente el antifujimorismo. 

Nada nuevo obtuvo la Fiscalía de su periplo por Brasil. Solo sirvió para que la prensa corrupta arme el escándalo contra Keiko en portadas indignantes. Marcelo Odebrecht solo había repetido lo mismo que ya se sabía: ordenó apoyar a los principales candidatos, pero que las decisiones finales las tomaba Barata. Misteriosamente es a Barata a quien nadie quiere interrogar. En buena cuenta, nada había de claro ni de nuevo tras el famoso y costoso viaje de los fiscales a Brasil. Regresaron solo con humo. Mucho humo para las portadas de la prensa corrupta y para la jauría de perros rabiosos del antifujimorismo en las cloacas de las redes sociales y blogs de la progrería.

Lo cierto y concreto es que hasta ahora nada hay contra Keiko más que humo. Pero la Fiscalía no se cansa de crear más humo y circo. Han llegado al atrevimiento de allanar locales de Fuerza Popular en busca de información que tenían y que, en todo caso, no entendían porque nunca se tomaron la molestia de contratar peritos. Armaron el circo del allanamiento convencidos de contar con la complacencia del establishment y, sobre todo, de la prensa corrupta, además de los demás partidos que aun quieren seguir jugando a "luchadores anticorrupción" dedicados a combatir al fujimorismo, en lugar de ocuparse de los últimos tres gobiernos nacionales más el municipal de Villarán, que es donde está la verdadera corrupción. Pero como todos tienen rabo de paja, prefieren no meterse.

Así las cosas, queda claro que Fuerza Popular es el único partido disponible para investigar, desenmascarar, desarticular y procesar a la mafia progre-caviar dominante en nuestro país. No hay otro. Por eso han vuelto a la carga contra todo lo que sea fujimorismo, empezando por combatir la comisión Lava Jato y tratar de bajarse a su presidenta Rosa Bartra. Han creado todas las cortinas de humo posibles. Hasta han usado el allanamiento de los fiscales prevaricadores para combatir a las congresistas fujimoristas, en lugar de cuestionar el proceder fiscal. Para el establishment el único enemigo a combatir es el fujimorismo. 

En este juego de supervivencia, la mafia y la corrupción cuentan con un aliado inesperado: no es la prensa prostituida por la mafia, son los tontos útiles de siempre, los enfermitos mentales del antifujimorismo patológico que viven odiando al fujimorismo por adoctrinamiento progresista. Ellos ya ni saben por qué odian al fujimorismo. Solo se han tragado los cuentos y mitos de los rojos y cacarean consignas ridículas. Ahora, luego de haber apoyado sucesivamente a las mafias que nos han gobernado desde Toledo hasta PPK y su argolla toledista-caviar, vuelven a jugar a favor de la mafia de Odebrecht. Así están las cosas en este país. Veremos si el fujimorismo es capaz de resistir el vendaval y acometer la lucha frontal contra la corrupción progre-caviar que nos envenena hace 17 años.

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