miércoles, 13 de septiembre de 2017

A 25 años de la captura del genocida


Escribe: Dante Bobadilla Ramírez

Cumplida la fecha en que se celebran los 25 años de la captura de Abimael Guzmán, mucha tinta ha corrido por las redacciones de los medios y las redes. Por un lado hay una abierta sensación de júbilo y celebración, pero por otro, se notan caras largas que, aunque señalan de la boca para afuera su festejo por la captura, se apresuran a indicar que fue un logro del GEIN y no de Fujimori.

De hecho, esta fecha a servido para que el antifujimorismo, ese sentimiento tan abyecto que se ha cultivado en muchos peruanos sin memoria, salga a cacarear sus consignas de odio, y a regar sus mitos y mentiras para descalificar al gobierno de Alberto Fujimori restándole todo mérito en la lucha contra el terrorismo. Hemos escuchado toda clase de barbaridades repetidas en boquitas pintadas de reporteras histéricas, que se han comprado el disfraz del antifujimorismo para posar como divas de lo "políticamente correcto", según moda impuesta por la caviarada y la TV.

Lo más alucinante que he escuchado en esta ocasión estuvo a cargo de la calabaza de medios Juliana Oxenford, que tiene la boca más grande y las ideas. Parece sufrir de incontinencia oral, pues dijo sin desparpajo que Fujimori se enteró de la captura de Abimael Guzmán gracias a una llamada del presidente Bush. No pude aguantar la risotada. Hasta creí que estaba en un programa cómico. Esta es la clase de estupideces que tenemos que oír en los medios, de boca de cada calabaza que cacarea los mitos y mentiras que año a año van inventando los enfermitos del rojerío antifujimorista.

Nadie duda que fue el GEIN el que capturó a Abimael Guzmán. Esa era su función y su objetivo. Para eso fueron creados. Es ridículo pues que haya indigentes mentales diciendo que no fue Alberto Fujimori el que capturó a Abimael sino el GEIN. ¿Y qué querían? ¿Que el presidente estuviera en los operativos policiales? ¿Han visto a algún presidente persiguiendo rateros o terroristas? Solo a los discapacitados mentales de izquierda se les ocurre tantas babosadas.

Nadie puede regatearle méritos a Fujimori en la lucha contra el terrorismo. Desde el primer momento tomó el liderazgo y se comprometió en carne y hueso en esa lucha, como nunca antes hizo ningún presidente. Fujimori se compró el pleito. Lo hizo personal. Se metió a las universidades y enfrentó a los terroristas en su feudo, aguantó los insultos y pedradas. Acto seguido ordenó a las FFAA a entrar a los recintos universitarios para capturar a los sediciosos e imponer el orden en los campus. Todas la universidades públicas fueron retomadas y desinfectadas de terroristas. Después de 30 años pudimos ver limpias las paredes de las universidades, sin los lemas estúpidos que los diferentes grupos rojos pintarrajeaban por todos lados. Se recuperó el orden y el control de la universidad y por fin podían estudiar sin peligro. Eso solo fue un duro golpe para el terrorismo.

Adicionalmente se tomó el control de los penales convertidos por Sendero Luminoso en cuarteles generales, donde escenificaban su teatro revolucionario y adoctrinaban militantes. Luego se dio la amplia legislación contraterrorista, creando jueces sin rostro en el fuero militar para juzgar los casos de terrorismo, ya que el PJ era una coladera de terroristas. En suma, no se puede negar que el gobierno de Fujimori haya emprendido la lucha más feroz contra el terrorismo. Algo que mostró con creces al develar la toma de la residencia del embajador japonés de manos del MRTA.

Lo importantes es no caer en el juego del antifujimorismo patológico generado tras la caída del régimen y que pretende cambiar la historia y la verdad, mostrando a Fujimori como el malo de la película y a las ONGs de izquierda y al rojerío en pleno como los buenos. Así es como cuenta la historia la CVR, creada para lavarle la cara a la izquierda y culpar al Estado. No debemos mentir a las nuevas generaciones. A Fujimori pueden decirle lo que quieran, pero nunca se le puede regatear el liderazgo más firme en la lucha contra el terrorismo de la izquierda.

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