lunes, 28 de agosto de 2017

El día del caviar


Escribe: Dante Bobadilla Ramírez

Hoy, 28 de agosto, la caviarada está de fiesta porque celebran un aniversario de su máxima proeza histórica: la entrega del informe final de la Comisión de la Verdad y Reconciliación, más conocida como CVR. En esta ocasión han tenido el cuajo de irse al "Ojo que llora" para conmemorarlo. Por eso también se ha designado merecidamente esta fecha como el "Día del caviar". 

Habría que hacer un poco de memoria para que los jóvenes que cada año se integran al mundo se enteren de la historia y no sean presa fácil de los cuentos rojos. Lamentablemente las universidades están plagadas de profesores de izquierda que les lavan el cerebro a los jóvenes. Es un mal que no hemos podido corregir en nuestro país, pues siempre fue así. De las universidades salieron los contingentes juveniles que se sumaban a las guerrillas de los 60 y al terrorismo en los 80. 

Lo primero que cabe advertir es que la caída de un régimen deja un vacío que inmediatamente es llenado por otro que es igual o peor. Siempre ha sido así a lo largo de la historia. La caída de la monarquía francesa dio paso a la llegada de un régimen de terror que llenó de sangre el Sena. La caída de la monarquía rusa dio cabida a la llegada del comunismo que dejó millones de muertos. La caída de Batista fue seguida de la llegada de los hermanos Castro, el Che y su banda de comunistas que se quedaron en el poder por ya casi seis décadas. La caída de Somoza permitió la llegada del sandinismo y la instauración de una nueva dinastía en el poder, conformada ahora por Daniel Ortega y su esposa. Y así podríamos seguir a lo largo de la historia.

Del mismo modo la caída de Alberto Fujimori no significó ningún resurgimiento ni nuevo amanecer, aunque los trepadores que saltaron al poder se hayan llenado la boca con falsos discursos de dignidad, moral y democracia. El fujimorismo salió del poder pero llegó la casta de los caviares a ocupar ese vacío. El resultado no fue nada mejor de lo que hubo antes. La corrupción solo cambió de caras y de mañas, incluso creció como nunca antes; la manipulación política solo cambió de signo y de personajes, el control de los medios fue más descarado y perverso que nunca. 

El personaje símbolo de la caviarada posfujimorista fue Diego García-Sayán, quien aprovechando su cargo en un gobierno de transición, se apresuró a conformar una Comisión de la Verdad para contar la historia del período de violencia vivido por el Perú entre 1980 y 2000. ¿Cuál era su apuro? ¿Por qué no propuso la idea a la clase política en vez de tramarlo en la sombra? Luego hubo denuncias de que solo habría hecho consultas con Abimael Guzmán. El caso es que DGS era dueño de una ONG que se dedica precisamente a estos casos de DDHH y que estaba detrás de un cargo en la CIDH. 

Cuando Alejandro Toledo llegó al poder con el apoyo de toda la caviarada, no solo mantuvo a Diego García Sayán en su gabinete sino que le dio su visto bueno al proyecto de la Comisión de la Verdad, el cual amplió y le añadió el nombrecito de "Reconciliación". Luego nombraron a sus comisionados y quedó conformado por una casta de caviares dirigidos por Salomón Lerner, ex rector de la PUCP. La CVR no fue más que un gran negociado de oenegés caviares y de la PUCP. Fue la comisión más numerosa y costosa de cuantas se han formado en el mundo. 

En su momento publiqué mis comentarios al informe de la CVR que se pueden ubicar en la web. Solo recordaré como resumen que su capítulo central justifica el terrorismo apelando a la pobreza. Claro que jamás llama terroristas a los terroristas, trata con mucho respeto a Abimael Guzmán, mientras que a Alberto Fujimori lo llena de calificativos desde la primera página hasta la última. No es nada difícil descubrir su lenguaje cargado de antifujimorismo y su enfoque sesgado. Saltan a la vista.

Pero la máxima proeza de la caviarada no fue la CVR sino la cacería de brujas que desató en contra de todo aquel que haya servido en el régimen de los 90, a menos que haya sido caviar, claro está, porque hasta Diego García Sayán hizo negocios con el Estado bajo el gobierno de Fujimori. Fue el inicio del mito antifujimorista y la estigmatización de los noventa como la década más funesta de la historia del Perú. Fue la consagración del cuento caviar de que había que odiar todo lo que fuera de los noventas y culpar de todos los males a Fujimori. 

Lamentablemente la campaña caviar tuvo sus frutos. Mucha gente inocente acabó injustamente en la cárcel durante años, incluso sin juicio ni condena. La máxima felonía caviar fue, sin duda, el juicio a Alberto Fujimori, a quien debieron condenar a ocho años, pero se valieron de un sucio ardid para condenarlo sin pruebas a 35 años, cargándole encima gratuitamente las masacres de La Cantuta y Barrios Altos. De este modo, la izquierda se cobraba la venganza por la derrota del terrorismo. Lo más perverso es que se montó una campaña permanente de desprestigio y de odio.

Como verán, el Perú no ha sido mejor en los últimos 17 años. Se han levantado el país en peso y ahora se pide cárcel para Toledo y Ollanta, los dos candidatos de la izquierda. ¿Qué cambió? Nada. Salvo que hoy los caviares son más ricos de lo que eran al inicio de este siglo. Diego García Sayan llegó a ser presidente de la CIDH y hoy es un personaje internacional. Muchos integrantes de la CVR, no los comisionados sino la gente que trabajó en el proceso, se acomodaron en comisiones iguales en otros países. Las ONGs de izquierda se hicieron más poderosas y hoy son grupos de poder y lobistas. 

jueves, 24 de agosto de 2017

El derrame magisterial


Escribe: Dante Bobadilla Ramírez

Nada es más fácil que apelar al populismo y apoyar la "justa lucha" de los maestros por un "sueldo justo" que les alcance para una "vida digna", y por "condiciones decentes" de trabajo, entre otras muchas cosas que se dicen en medio de los reclamos y las marchas. Pero populismo no es lo que resuelve los problemas. Al contrario, es lo que nos ha llevado a la situación crítica en que se encuentra hoy el Estado y gran parte del empleo público y privado en nuestro país.

En toda esa palabrería que se repite con suma facilidad hay varios conceptos errados que deberíamos examinar. El problema de los políticos es que se dejan llevar por la emoción y la demagogia, antes que sentarse a reflexionar sobre las cosas que ofrecen. Por ejemplo, ¿qué es eso de "sueldo justo"? Un sueldo no es ni justo ni digno, y ni siquiera tiene que ser lo que les alcance para "vivir dignamente". Cada persona tiene una forma de vida y cierto número de necesidades en función a su realidad personal. El sueldo no tiene nada que ver con esas condiciones. El sueldo no es lo que "le alcanza para vivir" sino lo que vale su trabajo en el mercado laboral. Eso y nada más es el sueldo.

Si a alguien no le alcanza el sueldo del magisterio tiene dos opciones: a) renuncia y se busca otra ocupación que sea más rentable, o b) se busca un empleo o ingreso adicional, como hacen muchos. Lo que no se puede hacer es organizar una huelga para chantajear al Estado tomando de rehenes a los niños. Eso no solo es indigno de un maestro sino que debería ser ilegal y proscrito.

Esta huelga de maestros no es justa sino indigna y abusiva. El sentido de una huelga es afectar al patrón, pero una huelga de maestros no afecta al patrón, que es el Estado, sino a los niños que nada tienen que con el sueldo de los maestros ni con sus temores a la evaluación y el eventual despido. Tampoco la huelga es justa porque afecta a terceros ajenos al problema como son los ciudadanos que trabajan y transitan por Lima, Cusco, Puno y otras ciudades afectadas por los huelguistas. La huelga consiste en dejar de trabajar y punto. Con que dejen de ir a la escuela dejando a los niños sin clases, es más que suficiente para que el gobierno los llame al diálogo. 

Pero la huelga se ha desatado en la violencia y el acoso callejero que impide a los demás el ejercicio de sus derechos al libre tránsito y al trabajo. De modo que esta huelga por ningún lado es justa. Es un abuso por donde se le mire. Si no les gusta el magisterio pueden renunciar y buscar otro empleo. Es así de simple y fácil. Por desgracia, prefieren servir de tontos útiles a los agitadores de izquierda, y en los últimos tiempos a los senderistas. 

Encima tienen el cuajo de oponerse a ser evaluados o a poner condiciones a esa evaluación. O sea, ellos son los empleados y quieren imponer las condiciones laborales al empleador. ¿Dónde se ha visto eso? Estos señores creen que por la fuerza de sus acciones vandálicas y por su número van a poder imponer sus caprichos. Está fuera de la realidad. La mayoría del país los rechaza. Sabemos bien el paupérrimo nivel que tiene la mayoría de estos huelguistas. Sabemos bien que el 95% de los maestros desaprueban las evaluaciones y que hay regiones donde no ha habido ni un solo aprobado, como ocurre en Puno, por mencionar un ejemplo. No es raro pues que haya tanto rojo en esas regiones.

Esperamos que el gobierno no ceda al chantaje de estos revoltosos que quieren imponer su mediocridad a base del chantaje. Esperemos que los congresistas no se presten al juego y no salgan a declarar con su habitual demagogia en apoyo a los huelguistas. Ya es tiempo de ponerle un pare a estos agitadores y hacer una verdadera reforma educativa que empiece a preocuparse por la calidad de los maestros. No debemos ceder ante la mediocridad y la violencia.

sábado, 12 de agosto de 2017

MAS OCHENTERO IMPOSIBLE



Escrito por: Elvis Occ


*Yo no sé ustedes pero la Ministra Martens parece otra pieza del mobiliario en MINEDU. Está pintada en la pared pues! En esta huelga de profesores se notó más que nunca, eh? Si ella dice algo, viene el chupamedias del asesor del asistente del huelepedo del Premier y la “corrige”. Ella dijo que despedirá a todo profesor que no asista a su centro de labores pero en menos de 24 horas el propio PPK la desautoriza llamando a un dialogo. Para terminarla de joder, al dialogo no fueron todos los que eran, ni eran todos los que fueron. Tan es así que los huelguistas a los que dizque representaban los dirigentes siguen marchando por las calles de Lima. Hasta los opinologos de izquierda antifuji (se dividen en dos: antifujis y proterrucos) no sabían que apoyar o contra que disparar sus diatribas. El colmo fue cuando Patricia del Rio amenazo con cambiar de rubro y dedicarse a la docencia. Si, la misma que sugirió el coito anal como materia escolar. It’s the end!

*Es una delicia ver a los antifujimoristas revolcarse en su bilis, parir el hígado, botar espuma y todo porque su ídolos son comprobados corruptos y sus némesis, no. Gorriti y su IDL hacen piruetas lingüísticas de antología, para hacer quedar a Keiko como una sobornada más de Odebrecht. Un sector fujifobico de la prensa local descerraja la artillería pesada contra la lideresa de Fuerza Popular, inmisericordemente por enésima vez. Pero nada! La quieren ver en Santa Mónica al lado de Nadine, comiendo pan con queso a como de lugar. Alan Garcia padece otro tanto, eh? Al no poder tumbarse al grandulón aprista, hurgan en la ONG que dirige Pilar Nores, la ex esposa. Es que para esas pobres almas, bastante acostumbradas a chapotear en la miasma de sus “valores”, el matrimonio de Alan García y Pilar Nores fue una simbiosis delincuencial. ¿Acaso estos creen que todas las parejas son como los Humala-Heredia? Excuse me?

*Yo escuche al vice Ministro de Educación -bien cool- decir que ser de MOVADEF o compartir el pensamiento Gonzalo no es ilegal en RPP y me queme con el quaker. Ese es el gobierno de lujo, estimados lectores.  Gano Sendero carajo! El último en salir se lleva la bandera por favor! Peor aún! No faltan los mongolos o ingenuos que lo apoyan. Si pe, eres libre de pensar lo que quieras pe! Dicen los babas. Los profesores (5mil ya firmaron por MOVADEF) pueden adoptar el pensamiento Nazi si eso les hace tan felices como un perro con dos colas. Who cares? El problema radica en que el Pensamiento Gonzalo es usado como estrategia y arma política para tomar por asalto los sindicatos, entre otras instituciones. MOVADEF tiene como objetivo desbancar a Patria Roja de la Derrama Magisterial, para ellos administrar esa minita de oro. Así las cosas, Sendero Luminoso terminaría siendo financiado por el estado peruano. Va de retro pa' los ochentas! 

viernes, 11 de agosto de 2017

El rey Salomón de los caviares


Escribe: Dante Bobadilla Ramírez

Entre los numerosos artículos aparecidos esta semana en los predios de la caviarada y la progresía, en torno al famoso libro de María Cecilia Villegas, "La verdad de una mentira", que fulmina el mito de las esterilizaciones forzadas tantas veces cacareado por la izquierda, rescataremos el aparecido hoy en La República, firmada por Salomón Lerner Febres, ex presidente de la CVR.

Lo primero que salta a la vista en este artículo titulado " Esterilizaciones forzadas: algunas verdades" es la absoluta desinformación del autor, así como su marcado sesgo. Y no es que nos sorprenda, pues se trata del mismo que firmó el informe de la CVR, donde el enemigo público número uno es Alberto Fujimori y la peor época de nuestra historia es el gobierno de los noventa. Es el mismo informe que justifica el terrorismo por las condiciones de pobreza y marginación de la sierra ayacuchana, aunque nunca llama terroristas a los terroristas ni se refiere al terrorismo. En fin, volvamos al artículo de marras. Ya sabemos quién es el autor y de qué pata cojea.

Salomón Lerner intenta refutar un libro que a todas luces no ha leído, y pretende pontificar, muy a su estilo, sobre un caso que evidentemente desconoce de cabo a rabo. En ningún momento se refiere al programa de planificación familiar y salud reproductiva implementado en los noventa porque simplemente no lo conoce. Todo lo que cita y sabe es el testimonio de unas víctimas que acudieron a un misterioso "Tribunal de Conciencia", que debe ser otro de esos circos progresistas donde hacen desfilar a supuestas víctimas llevadas de todos lados por las ONGs, al estilo de la CVR.

Una cosa es desarrollar la investigación de los hechos, partiendo de las fuentes mismas del programa, que son los proyectos internacionales promovidos por organizaciones de nivel mundial, como la OMS, y el Plan Nacional de Salud Reproductiva y Planificación Familiar, tal como fue diseñado por el Estado, en coordinación con estos organismos internacionales y las ONGs feministas locales, sustentado en los protocolos de acción médica empleados por el MINSA, como lo hace María Cecilia Villegas; y otras cosa es hacerse una idea de lo que podría haber ocurrido a partir de unos cuantos testimonios de víctimas recogidas por ONGs de DDHH. Y esto es en realidad todo lo que tiene en la cabeza el Dr. Salomón Lerner: una mera sospecha a partir de dichos.

Lo más cojonudo es que Salomón Lerner cita como sus fuentes "investigaciones periodísticas". Es decir, los psicosociales antifujimoristas publicados por diarios como La República y otros medios de la prensa basura de izquierda, cuyo propósito no es descubrir la verdad sino calumniar hasta donde se pueda a Alberto Fujimori, a ver si logran añadirle más cargos judiciales. No hay pues una sola fuente válida que sustente el punto de vista de Salomón Lerner. Sigue siendo tan sesgado como cuando firmó el mamotreto calumniador de la CVR.

Y como para corroborar lo hasta acá dicho, Salomón Lerner tiene la desfachatez de afirmar: 
"no se ha podido justificar las razones por las cuales el régimen de la década de 1990 decidió aplicar a personas pobres un programa masivo de esterilizaciones quirúrgicas. Se trataba de una política diferenciada frente a otras clases sociales".
¿Se puede tener un título de filósofo con ese nivel mental? Primero: nunca hubo un "programa masivo de esterilizaciones". ¿Quién le contó ese cuento? Segundo: los programas asistenciales del Estado están dirigidos a los sectores más pobres. ¡Obvio! No se hacen para los ricos. Lo único que revela esta frase es la profunda ignorancia de este sujeto que para mayores luces ha sido rector de la PUCP. ¿No sabe que había en esa época un interés mundial por mejorar las condiciones de la mujer? ¿Nunca se enteró que se desarrollaban conferencias mundiales para abordar la problemática de la mujer? ¿En qué planeta vivió durante los años en que todos los países implementaban políticas de apoyo a la mujer, como la creación de los ministerios de la mujer, que también se cumplió en el Perú? ¿Hasta ahora no se ha tomado la molestia de leer algo sobre el tema para no ventilar en público su ignorancia?

En serio: ¿este tipo es el referente intelectual de la caviarada? Realmente es una lástima comprobar que se halla al mismo nivel mental de Yonhy Lescano. Si este es el ex rector de la PUCP ¿qué podemos esperar de los pulpines que egresan de esa academia del progresismo?

El "dato duro" que presenta el Dr. Salomón Febres son las "2,074 denuncias presentadas al Ministerio Público". ¿En serio? ¿No sabe que cualquier idiota puede ir a presentar denuncias al Ministerio Público? De hecho lo hacen. Lo único que importa es cuántas de esas denuncias están fundamentadas y pasan a formar casos judiciales que acaban en condenas. ¿Y saben cuantas hay? ¡Ninguna!

Otro "dato duro" que menciona el Dr. Lerner es "el registro de víctimas (es decir, testimonios) que hay en el MINJUS y que dice superan los 10,000 casos. Nuevamente son testimonios de gente que las ONGs de DDHH ha recogido y llevado en combi a declarar. Esos testimonios carecen de validez y credibilidad porque nunca han sido investigados ni corroborados. Solo han sido registrados. Y ya sabemos cómo son de astutos los rojos de las ONGs de DDHH. Lo único cierto que dice Salomón Lerner en su artículo es esto:
"Sin embargo, hasta el momento, el sistema de justicia no ha brindado una adecuada respuesta a las víctimas, pues el caso ha sido archivado en varias oportunidades, al considerarse que no existen pruebas"
Si pues. Se necesitan pruebas. No se puede seguir utilizando la patraña de la "autoría mediata" como hizo el tremendo juez César San Martín para condenar a Fujimori sin pruebas. La justicia necesita pruebas para condenar. Salomón Lerner quiere hacernos pasar de contrabando toda la farsa montada por la izquierda en los últimos 17 años en torno al mito de las "300,000 esterilizaciones forzadas" y seguir calumniando al régimen de Alberto Fujimori como "genocida". Para eso son buenos los rojos.

Pero la perla de todo el artículo de Lerner viene al final y es la cereza de la torta, pues redondea la faena con una muestra de la más perversa falta de moral, tan digno de un caviar PUCP:
"Bajo este panorama, ¿resulta ético que se publique una investigación con pretensiones académicas que pretenda minimizar estos acontecimientos? La respuesta, sin duda, es negativa. Y lo es más cuando se pretende concluir que el Programa Nacional de Salud Reproductiva y Planificación Familiar tenía un buen diseño. Como hemos podido demostrar en estas líneas, se aplicó una política con severas deficiencias desde su inicio". 
¿Perdón? ¿Demostrar, dijo? Lo único que ha demostrado es que no sabe nada del tema y ni siquiera ha leído el libro que pretende refutar. Es cierto que hay unas cuantas víctimas del programa, lo dice el libro, pero no porque haya sido un programa nazi de exterminio masivo de pobres mediante esterilizaciones forzadas, que es lo que pretenden hacerle creer a la gente. Estos caviares deben tener una idea bien pobre de la gente para creer que todos son capaces de tragarse semejante sapo. El Dr. Lerner ni siquiera se ha ocupado del diseño del programa como para decir que tuvo "severas deficiencias desde su inicio". ¿Cuándo se ocupó de eso? ¡Si solo ha hablado de testimonios de víctimas! No todos somos tan imbéciles como supone, Dr. Lerner. 

Pero el puntillazo final es la última frase de su artículo que revela su verdadera intención y toda la perversión mental que domina a este sujeto, cuando se refiere al libro y al programa de este modo:
"¿No se busca defenderla para, en el fondo, exculpar al principal responsable de la misma?"
Ahí está. Saltó la liebre. Todo lo que buscan estos enfermos mentales es seguir arrojando más basura sobre Alberto Fujimori porque lo detestan a un nivel patológico. Lo único que falta es que pidan condenarlo por la autoría mediata de las 300,000 esterilizaciones forzadas. A eso apuntan. Y si no fuera por personas probas y valientes como María Cecilia Villegas, quien se ha expuesto a ser lapidada por toda la izquierda con la publicación de su libro, los mitos de la izquierda contra el régimen de Alberto Fujimori no tendrían fin. 

Nunca en la historia de la república ha habido un hombre más odiado por la izquierda que Alberto Fujimori. Por eso no me cabe duda que algo grande y bueno tuvo que haber hecho. No solo derrotó a los criminales terroristas sino que envió al basurero a la izquierda al desmontar el esquema socialista del Estado. Así nos evitó ser una Venezuela. Lástima que haya tantos traidores a la patria que hayan terminado aliados de estos pro terrucos en sus odios y miserias.

jueves, 10 de agosto de 2017

El desplome de un mito izquierdista


Escribe: Dante Bobadilla Ramírez

Esta semana se ha alborotado el gallinero de las izquierdas. Rojos, progres, caviares, hueveras y weberos del progresismo han perdido el sueño y el apetito tras la publicación del libro de María Cecilia Villegas "La verdad de una mentira", basada en una prolija investigación académica sobre las políticas públicas de los noventa, que tira una vez más a la basura, por si hiciera falta, el gran mito de las "300 mil esterilizaciones forzadas" realizadas en el gobierno de Fujimori.

En realidad no haría falta un libro tan bien documentado para rebatir una estupidez de ese tamaño, apto solo para idiotas y perturbados mentales del antifujimorismo. Cualquier persona con dos dedos de frente tendría que darse cuenta de la tamaña estupidez que encierra ese mito de las "300 mil esterilizaciones forzadas". Hay mentiras que solo son aptas para idiotas, y esta es una de ellas. Pero así son los mitos: cuanto más absurdos, mejor. Y así de idiotas son los antifujimoristas. En especial esa plaga de pulpines tontos de las ligas infantiles del progresismo.

Por algo el Ministerio Público tiró a la basura la denuncia presentada por colectivos progresistas en relación a este mito absurdo. Y no lo hizo una vez sino cinco, porque los perturbados mentales de la izquierda resucitaban el refrito en cada campaña, como si fuera un circo de fiestas patrias, y el show incluía la famosa denuncia ante la fiscalía, con marchita y todo. No hay pues fundamento real para sustentar denuncia alguna porque todo es una falsedad, un cuento infantil de terror antifujimorista.

Ha resultado gracioso ver la reacción del progresismo ante el libro. Desde luego ni siquiera lo han leído. Es como un libro maldito para ellos. No quieren leerlo. Prefieren condenarlo y quemarlo. No les importa la verdad. Temen que su mito reviente como una pompa de jabón. Lo único que les interesa es mantener viva su ilusión en el mito. Por eso atacaron el libro desde el primer día y le armaron el clásico bullying progre a la autora, usando todas las redes incluyendo un HT de lo más ridículo: #LaVerdadEsUnaSola El problema es que esos tontos ignoran la verdad. Siempre han vivido de mitos. 

Lo penoso del asunto no es ver a toda esa lacra social del progresismo webero infantil que se pasa la vida en las redes fregando con el asunto, sino incluso a destacados personajes de los medios y hasta de la academia, empeñados en desprestigiar a la autora y menospreciar su trabajo. Han tenido incluso el cuajo de admitir con orgullo que no han leído el libro ni necesitan leerlo. En resumen, toda la inmundicia de la izquierda de todos los colores y clases sociales ha dado pena esta semana.

No me voy a ocupar del contenido del libro porque ya se ha comentado bastante. El tema de fondo son las políticas públicas de población ejecutadas en los noventa, en coordinación y bajo supervisión de organismos internacionales. Toda la onda a favor de la mujer empezó en los noventa, así como la onda gay está en pleno furor en estos tiempos. Las políticas a favor de la mujer empezaron en los noventa y su primer paso fue crear el famoso Ministerio de la Mujer. Dentro de esa política se diseñó una política pública destinada a mejorar las condiciones de vida de las mujeres, y en especial de las más pobres, permitiéndoles decidir sobre su sexualidad y función reproductiva con toda clase de elementos y recursos. Los protocolos y manuales de esa política son públicos. 

Pero todo eso lo sabe bien la izquierda porque ellos estuvieron a favor de estas políticas, en especial las ONGs feministas, como no podía ser de otra forma. Lo que pasa es que tras la caída de Fujimori y la aparición del virus mental del antifujimorismo, prefirieron montar el mito ridículo de que hubo una tenebrosa política de exterminio de pobres mediante esterilizaciones forzadas. Ayudaron bastante los ministros de salud de Alejandro Toledo, extraídos de la más rancia cucufatería religiosa como Carbone y Solari, quienes eliminaron el programa y siempre se han negado a implementar políticas públicas de control de la natalidad. Todos ellos alimentaron el mito de las esterilizaciones forzadas y una supuesta política de exterminio de pobres. Semejante estupidez fue rápidamente acogida por la plaga de dementes de la izquierda odiadora del régimen fujimorista. En el colmo del cinismo, las mismas ONGs feministas formaron parte de la farsa. 

Pero lo bueno es que la patraña se cayó por completo. Ya debería haberse caído hace tiempo tras las publicaciones de diversos estudios, como la de la Defensoría del Pueblo, que no encontró ni 80 casos mal fundamentados. O por el archivamiento de las denuncias en la fiscalía. Por todos lados era evidente que detrás de esa campaña de la izquierda delirante había una patraña. Con el libro de María Cecilia Villegas parece que al fin se cierra el círculo y podemos arrojar al tacho de la basura ese mito idiota que tantas veces ha cacareado la izquierda en las calles. No solo han quedado en ridículo sino que deberían a salir a pedir disculpas si tienen algo de decencia. Pero eso no sucederá. No solo porque decencia es algo que no conoce la izquierda, sino porque jamás han pedido perdón por todas sus fechorías, violencia y terrorismo.

lunes, 7 de agosto de 2017

Lecciones de Ollanta y Nadine


Escribe: Dante Bobadilla Ramírez

Ollanta Humala y Nadine Heredia esperan su juicio en la cárcel. Un juicio en donde seguramente serán condenados por algún delito. No importa cuál sea el delito que el fiscal haya logrado imputarles al fin. Lo cierto es que merecen la cárcel por utilizar la política para engañar al pueblo y enriquecerse. Ese es exactamente el delito que han cometido, aunque no figure así en el Código Penal. Es un delito complejo y muy bien enmascarado, pero que ya dejó de ser un caso aislado, puesto que Alejandro Toledo y Eliane Karp, otra pareja de felones trepadores de la misma calaña, esperan igual tratamiento judicial. De manera que es preciso reflexionar en estos casos y tomar algunas medidas para evitar que otros trepadores sigan aprovechándose de una democracia débil y de una justicia llena de agujeros.

Cada vez que ocurren hechos escandalosos que afectan la sensibilidad popular, saltan los políticos a proponer nuevas penas o mayores sanciones. ¿Por qué no ocurre lo mismo luego de comprobar el gran timo colectivo protagonizado por Alejandro Toledo y Ollanta Humala? Se trata claramente de personajes inescrupulosos que se disfrazaron de políticos para llegar al poder con el exclusivo propósito de enriquecerse. Ambos asumieron posturas y discursos ajustados al sentir popular para asegurarse los votos necesarios. Supieron aprovechar la coyuntura política y se colocaron la vincha del antifujimorismo y la camiseta de la honestidad para atraer incautos. Sus partidos eran en realidad un club de trepadores que acabó convertido en organización ilícita para delinquir.

¿Por qué los políticos no están promoviendo nuevas leyes que impidan estos hechos? ¿Por qué no hay nadie proponiendo penas y castigos a esta clase de delitos contra la fe pública? ¿No es sospechoso que nada de esto ocurra y que nadie diga nada? Se habla de reforma electoral porque siempre se está hablando de reforma electoral, pero hasta la fecha no hay medidas concretas destinadas a frenar a esta clase de saltimbanquis y trepadores de la política que aparecen en cada elección. ¿No es raro?

Es hora de hacer reformas que impidan la aparición de estos improvisados salidos de la nada, que se trepan a un estrado y convencen a la gente con los típicos discursos baratos de la lucha contra la corrupción y el antifujimorismo, ofreciendo el oro y el moro como si la plata del Estado fuera suya. Para esto no se necesita ninguna ley de partidos políticos. Basta la ley electoral. 

En primer lugar habría que poner condiciones mínimas para presentarse a las elecciones generales. No se puede permitir que de la noche a la mañana armen una combi electoral o un club de amigos para postular un candidato a la presidencia. Eso no es serio. Si quieren fortalecer partidos no hace falta ninguna ley de partidos sino exigir requisitos para postular candidatos a la presidencia, como por ejemplo, que el partido tenga una antigüedad mayor de diez años y haya participado en elecciones regionales y municipales. De este modo se pone freno a la formación de partiduchos de última hora que solo tienen como fin asaltar el poder aprovechando una coyuntura.

Desde luego que habría que cerrarle el padrón a cualquier partido que no reciba una votación superior al 5% del padrón electoral o al que no participa en elecciones, ya que no tiene sentido ser un partido político y no participar en elecciones. Eso solo demuestra falta de organización y cuadros. Tampoco se puede permitir que un partido ponga como candidato a cualquier personaje del entorno. Todo candidato debe emerger de una votación interna del partido y tener una antigüedad mínima de tres años como miembro del partido. No hay otra manera de evitar a los trepadores.

Con estas reglas elementales nos hubiéramos evitado el camión de basura que fue el nacionalismo en las elecciones del 2006 y la candidatura presidencial de Ollanta Humala en el 2011. También se hubiera evitado la aparición de Alejandro Toledo montado sobre un club de amigos en el 2001. Se habla mucho de fortalecer las instituciones pero nadie quiere imponer condiciones mínimas a los políticos y a los partidos. Mientras no se tomen medidas básicas para detener a los asaltantes del poder, seguiremos viendo la aparición de toledos y ollantas. 

sábado, 5 de agosto de 2017

La izquierda en su delirio


Escribe: Dante Bobadilla Ramírez

Una de las cosas más sorprendentes de la política nacional y mundial es la existencia de la izquierda. Lo digo porque a pesar de sus fracasos constantes, sus perversiones morales, sus genocidios y sus líderes de pacotilla, sigue teniendo acogida en muchos lugares. Desde luego, esto ya no requiere un análisis político sino psicológico. Algo tiene la izquierda que despierta no solo interés sino apoyos, al margen de sus resultados históricos y la carga ética que pesa sobre sus hombros, al haber sido causantes de miserias, hambrunas y genocidios.

Una vez más, la izquierda representada por ese mamarracho de régimen que gobierna Venezuela desde hace 18 años, tiene el cuajo de reclamar autoridad moral y predicar democracia. Lo que ocurre en Venezuela ni siquiera es novedad. Durante medio siglo acá decidieron cerrar los ojos ante lo que ocurría en Cuba, convertida en una miserable isla del cuarto mundo, cuando seis décadas atrás, antes de la llegada de las hordas comunistas lideradas por los hermanos Castro y el Che Guevara, era uno de los países más desarrollados de América Latina. 

Una vez más, la izquierda delirante vuelve a llevar a un país inmensamente rico como Venezuela a la miseria, el hambre y la emigración en masa. Lo patético de la izquierda es su obstinación con la ideología y su desprecio por la realidad y las evidencias. Hugo Chávez, tuvo la estupidez de utilizar el fracasado modelo cubano como inspiración, cuando ya era evidente que se trataba de un fracaso total. Si eso no es estupidez, ya no sé qué podría serlo. No solo se copió hasta donde pudo el modelo cubano de miseria, sino que contrató asesores cubanos para montar el socialismo del siglo XXI, nombre con que bautizó su barbaridad política. ¿Qué otro resultado podía tener semejante despropósito? No había que ser adivino para saberlo. Hoy Venezuela es ya una nueva versión de Cuba en el siglo XXI.

Mientras eso pasaba en Venezuela, la izquierda peruana no se cansaba de aplaudir el modelo chavista, al cual defendían sin pudor, tal como lo hicieron desvergonzadamente con Cuba a lo largo de cinco décadas. El mismo Ollanta Humala no ocultaba su admiración por Hugo Chávez, de quien dijo que era un "ejemplo a imitar para Latinoamérica", pese al claro abuso de poder que ostentaba Chávez, estatizando empresas y fundos, cerrando medios, amenazando a todo aquel que osara cuestionar sus medidas, incluyendo a la mismísima iglesia católica, para no hablar de los insultos que profería a cuanto líder mundial lo criticaba.

El silencio y la indiferencia ante las tropelías de Hugo Chávez, confundidas equivocadamente con la doctrina de no intervención en asunto internos de otros países, como si las cuestiones de derechos humanos no le pertenecieran a la humanidad en pleno, junto a la hipocresía de la diplomacia que recibía con brazos abiertos a Hugo Chávez a cuanto foro asistía, mientras este trataba por todos los medios de dinamitar la OEA y reemplazarla por el foro de su propia invención, la CELAC, hecho para evitar a los EEUU, introducir a Cuba y manipular los acuerdos regionales comprando los votos de los países del Caribe a cambio de petroleo, con el propósito de imponer su hegemonía ideológica, toda esa funesta manera de convivir con un demente regional tenía que llevar a lo que hoy vemos en Venezuela, un país manejado por una verdadera mafia envalentonada y desafiante.

El gobierno de Venezuela ya no es un experimento político a cargo de un demente de izquierda. Hoy es solo un país secuestrado por una banda de criminales armados, dispuestos a todo con tal de seguir saqueando la riqueza de Venezuela. Si bien a todos les cabe algo de culpa por la condescendencia mostrada con la satrapía chavista y los coqueteos con sus políticas regionales, quienes más culpa cargan son los partidos de izquierda que encubrieron al régimen que prometía resucitar el socialismo en el nuevo milenio.

La izquierda peruana vive hace tiempo sus épocas más negras. Desde la derrota de los grupos terroristas, no han tenido otra tarea más que combatir al fujimorismo obsesivamente. La lideresa de izquierda, Marisa Glave, ha tenido la desfachatez de responder a las críticas urgentes que provoca la situación de Venezuela, diciendo que "acá se habla mucho de Venezuela porque quieren hacernos olvidar lo ocurrido en los noventa". ¿Se puede mostrar mayor estupidez y pobreza mental? Y es que para la izquierda la única lucha política que existe hoy es el antifujimorismo patológico. 

Ya totalmente desprestigiados, los grupos y líderes de izquierda no tienen nada más que mostrar. Han hecho todo lo posible para pasar por agua tibia las perversiones totalitarias del chavismo, mientras se dedican a criticar todos los días el autoritarismo de los noventa. Se han negado a calificar de golpista a Maduro, pese a sus desplantes al parlamento y los ataques a sus congresistas de oposición, mientras no se pierden un cinco de abril para condenar el golpe de Fujimori. Si hay algo que identifica plenamente a la izquierda peruana es su doble moral y su hipocresía. 

Como decía al inicio, pese a todas las evidencias de lo funesto que es la izquierda, lo increíble es que todavía quede gente dispuesta a oír las boberías que proclaman sus líderes.