lunes, 27 de febrero de 2017

Llanto desgarrador de la cucufatería progresista


Conocidas las revelaciones de Odebrecht, resultó que los santones y santonas del rojerío progre-caviar nos impusieron como salvadores de la patria, defensores de la democracia y luchadores contra el monstruo de la corrupción fujimorista, una sarta de corruptos de lo peor de Latinoamérica. Nos referimos a Alejandro Toledo y Ollanta Humala, con sus respectivas parejitas. 

Lo que vemos en estos días es un patético espectáculo de indignadas cucufatas de la moral política llorando a moco tendido y encarando a sus ex líderes por haberlas traicionado. "Han traicionado la esperanza de un pueblo" dice una connotada progre de medios. La desazón es total en estos sectores pituprogres y caviares que, llevados por su odio irracional al fujimorismo, no se molestaron en ver la clase de delincuentes que apoyaban. Para ellos todo vale cuando se trata de combatir al fujimorismo, incluso votando por delincuentes, farsantes, ignorantes y trepadores de última hora. 

Estas son pues las consecuencias del voto irracional, del voto de odio, del antivoto, de las marchitas fascistas de los enfermos mentales de histeria antifujimorista alentada desde la izquierda bajo el disfraz de "lucha contra la corrupción". Buena lucha que terminó encaramando en el poder a los corruptos más estrafalarios que hayamos visto jamás. Tan fanáticos son estos malvivientes de izquierda parásita y callejera que se pasan la vida cacareando en la web todos los días sus consignas contra el fujimorismo, en una eterna campaña de odio y estupidez. Mamarrachos como ellos son los que pusieron en el poder a un cachaco mediocre y sin oficio como Ollanta Humala, y a un embustero borrachín como Alejandro Toledo. Y no digan que nadie sabía la clase de sabandijas que eran este par de personajes. Por favor. A todas luces se notaba que solo querían el poder para llenarse los bolsillos. 

No contentos con eso, la plaga infecto contagiosa de izquierda decidió apoyar a Verónika Mendoza como candidata a la presidencia, ni más ni menos. ¿Se imagina ustedes a esa pobre calabaza de presidenta? No hay duda de que los débiles mentales de izquierda son unos terroristas electorales. Como decía mi abuelo, estos votan con el culo. Ya suficiente vergüenza hemos pasado viendo ponerse la banda presidencial a impresentables como Toledo y Ollanta, para que ahora vengan con esta trepadora improvisada de Verónika Mendoza. ¿Quién es esta trepadora? Nadie. Otra calabaza hueca de izquierda que no sabe de lo que habla, que no tiene empleo ni trayectoria en nada relevante. Toda su experiencia política es haberle servido de sirvienta a Nadine Heredia siendo parte de la mafia nacionalista que surgió del basurero en el 2005. 

Así que todas esas inmundicias de izquierda vocinglera, así como sus allegados en los medios, la cucufatería que siempre anda posando como defensora de la moral y de la democracia, no son más que los eternos tontos útiles de estos corruptos y saltimbanquis que andan queriendo meterse al poder con el cuento de siempre: salvar la patria, defender la democracia y luchar contra la corrupción. Todo eso envuelto en un solo paquete que se llama "antifujimorismo". Cualquier mamarracho que sale de un basurero con su bandera antifujimorista, se siente ganador porque cuenta con el apoyo de todos los enfermos mentales de la izquierda, poseros de medios y pulpines ignorantes.

Nosotros no defendemos al fujimorismo. Simplemente no nos sumamos al circo histérico de idiotas de izquierda con su infantería de pulpines ignorantes amaestrados a base de memes. No somos tontos útiles del rojerío ni nos vamos a prestar para ser furgones de cola de la mafia caviar. Ya han pasado dieciseis años de la caida de Fujimori y hay cosas más importantes que tratar en este país, en lugar de seguir con el cacareo del antifujimorismo relamido y corrupto. Por todo esto nos resulta ridículo ver a las vírgenes de la cucufatería caviar y prensa progre lloriqueando por haber sido traicionadas. No han sido traicionadas, solamente han quedado como idiotas por no ver a quién le dan su voto preocupados más en hacer perder a su bestia bíblica. Ahora apechuguen nomás y dejen de crear cortinas de humo. 

martes, 21 de febrero de 2017

Nueva cortina de humo antifujimorista


Escribe: Dante Bobadilla Ramírez

Lo único que le faltaba al corrupto ambiente político para convertirse en una letrina de farsantes engañando al pueblo con el circo de "la lucha anticorrupción" mientras encubren todo lo que pueden, era resucitar el macartismo antifujimorista que a mucha gente le encanta. Para tapar el mal olor de Odebrecht que amenaza con embarrar a este gobierno y a varios personajes ilustres protegidos por la caviarada, nada mejor que volver a la época de la cacería de brujas antifujimorista, desatada como una suerte de crisis de histeria por parte de medios progres, fiscales y procuradores de poca monta ansiosos por hacerse famosos, o simplemente para servir a los intereses subalternos de malvivientes de la política, en lugar de enfrentar la corrupción que se desata frente a sus ojos.

¿De qué otra manera podemos calificar esta payasada de la Fiscalía de involucrar a Keiko Fujimori en una "investigación preliminar" sobre lavado de activos, tomando como referencia el psicosocial montado por "Cuarto Poder", justo el domingo anterior a las elecciones, con el único propósito de bajarse la candidatura de Keiko?  Ese psicosocial marcó un hito de vergüenza en la historia del periodismo peruano, pues no fue más que un montón de humo sucio. Presentaron a un personaje del lumpen sacado de algún basurero, y al que seguramente le pagaron algo para difamar a Keiko diciendo que había escuchado que a su amigo le dijeron que Keiko le habría dado US$ 15 millones a Joaquín Ramírez para lavarlos. Un montaje tan burdo que solo a un perfecto imbécil podría engañar.

El irresponsable y malévolo psicosocial de Cuarto Poder dio resultado, pues en toda esa última semana pre electoral no se habló de otra cosa, llegándose incluso a afirmar que la DEA estaba investigando a Keiko. Mas tarde, los monigotes de Cuarto Poder se limitaron a decir que ellos no lo afirmaban, pero esa era justamente la idea que quisieron dejar en el público y lo lograron. Si hubiera algo de decencia en el periodismo ese reportaje de Cuarto Poder tendría que haber sido sancionado por vil y miserable. Al final lograron que Keiko perdiera por un puñado de votos. Habrìa que sospechar que esos miserables recibieron algún suculento premio por su esfuerzo y abnegación en la práctica de la prostitución periodística.

Que ese infame reportaje de Cuarto Poder se haya montado para bajarse a Keiko mediante una jugada de la más sucia, se puede asumir como gajes de campaña, pero que ahora la Fiscalía recoja del basurero ese informe canallesco para tomarlo como referente y montar una "investigación preliminar" a Keiko Fujimori por lavado de activos, solo se puede explicar como un desesperado intento por tapar el maloliente buzón del caso Odebrecht que está salpicando a este gobierno. Los papanatas de la fiscalía saben perfectamente que no tienen nada ni dónde investigar pero como tienen el poder para montar el show, simplemente lo hacen, en un acto que revela los vínculos estrechos entre el gobierno y el Ministerio Público. Ahora resulta que los medios dejaron de lado el caso Odebrecht, se olvidaron de Toledo y de sus ex ministros hoy en el poder, y todos los titulares se ocupan de Keiko y Joaquín Ramírez. Magistral jugada de esta mafia que controla los poderes del país. 

Esto no es una defensa de Keiko Fujimori. No hace falta. Es solo una nota de protesta por la forma en que esta mafia nos trata, como si todos fuéramos cretinos antifujimoristas que nos regocijamos con este circo. Estamos asqueados de que los mafiosos y corruptos se tomen al fujimorismo como el eterno chivo expiatorio de la "lucha anticorrupción" mientras roban y encubren a los delincuentes. Acá no se trata de oponerse a las investigaciones de la fiscalìa, sino de decir basta ya al cuento antifujimorista. ¿Hasta cuándo? Estos fiscales no han sido capaces de investigar a Toledo ni a Ollanta ni a Alan en todos estos años, pero son muy buenos para abrir casos contra el fujimorismo. Ni siquiera han sido capaces de hacer una buena acusación fiscal contra Toledo, a quien le han imputado el delito más leve, luego del destape en la justicia de Brasil. Hasta ahora no le dan curso al caso Ecoteva tras más de tres años de idas y venidas. No se han molestado en investigar nada sobre el corrupto régimen de los Humala-Heredia. Nada de nada, pero de pronto abren un caso alucinante contra Keiko. Ya basta, señores. No somos bobos. Está bien que los enfermitos mentales del antifujimorismo patológico salten de alegría, pero este país está más allá de estas lacras descerebradas que solo viven del odio.

Incluso el caso de Joaquìn Ramirez surgió hace casi cuatro años de una denuncia anónima sin aporte de pruebas, y luego de encarpetarlo lo han mantenido en situación de "investigación preliminar", es decir, sin tener siquiera un caso real. ¿Por qué no investigan de una vez o lo archivan? Porque no les conviene. Lo que quieren es tener siempre pendiente este caso para usarlo como espada de Damocles sobre la cabeza del fujimorismo. Mientras tanto, los perros rabiosos del antifujimorismo pueden seguir llenándose el hocico babeante con ester rollo y seguir ladrando que "la fiscalía los está investigando". Tener un caso abierto en la fiscalía es muy útil para seguir echando sombras al fujimorismo. De eso se trata. 

Hay muchas piezas sueltas que tenemos que juntar para obtener el panorama completo de lo que está ocurriendo en nuestro país en estos días. Hay que aguantar la respiración y abrir bien los ojos para mirar detrás de todas las cortinas de humo. Los verdaderos corruptos les arrojan huesos a la jauría salvaje del antifujimorismo para que sus ladridos de felicidad acallen el escándalo de corrupción y los esfuerzos macabros que hacen por encubrir a los mega corruptos del siglo XXI. Eso es lo que hay en estos días mientras pretenden seguir contándonos los mismos viejos cuentos de lucha anticorrupción. Hay que decirles a estos megacorruptos y sus amigos fiscales que no pueden seguir viéndonos la cara de cojudos. Tarde o temprano caerán, aunque sea solo por el peso de la justicia exterior.

sábado, 11 de febrero de 2017

La marcha de los cojudos


Una vez más, el sector más patético de la sociedad, esa que está conformada por la pituprogrería versión artística-posera, junto con los eternos parásitos agitadores de izquierda que han hecho del activismo callejero su único estilo de vida, acaban de convocar a otra marchita de "indignados" para protestar por la corrupción de Odebrecht, en un acto que constituye todo un hito en la historia de la estupidez, habida cuenta que fueron ellos mismos quienes pusieron en el poder a todos los farsantes de la moral que hoy están en la mira de la justicia. Por eso algunos han llamado a esta "la marcha de la concha". Demás está decir que medio mundo se está burlando de esta colonia de coliformes sociales que no saben hacer otra cosa más que alardear de su moral y salir a marchar.

En la vida no hay nada más hipócrita que alzar la bandera de la moral para juzgar a los demás, no hay nada más ridículo y triste que treparse a un pedestal pretendiendo ser la autoridad que señalará a los buenos y a los malos, a los justos y pecadores. ¿Quién ha nombrado jueces de la moral a estas lacras sociales de la pituprogrería? ¿Quién les ha conferido la autoridad para que señalen quién es justo y quién es pecador? Nadie. Por eso mismo no son más que una clase especial de farsantes de la moral y de la política que se creen la crema y nata de la sociedad. Están acostumbrados a que sus ilustres apellidos que les abren las puertas de los medios sin ser nadie, sea suficiente para que la chusma los vea como líderes. Eso es lo que se alucinan. Pero ya es tiempo de informarles a todas estas estrellitas y pituquitas del progresismo y la caviarada que no son absolutamente nadie ni nada en este mundo. No valen nada. Sus apellidos compuestos o ilustres que se remontan a la Colonia hoy no sirven para atarantar a nadie, no les otorga ningún título especial para creerse guías del pueblo. Ya es hora de que todas esas estrellitas e hijitas de papá se bajen de su cielo raso. 

Ya resulta ridículo ver, oír y leer a estas calabacitas de la izquierda lloriqueando porque sus líderes no son más que delincuentes comunes, luego de haberlos apoyado en la campaña, haber marchado junto a ellos, haber cantado y aplaudido en sus mítines, haberse colocado su camiseta, haberles servido de ayayeras y chupamedias, para acabar finalmente con el mismo sonsonete de siempre de que fueron "traicionadas". Ya pues no jodan. Ahora nuevamente pretenden salir a marchar con sus pancartas de "devuélveme mi voto". ¿Se puede ser más imbécil en la vida y encima posar como indignada? ¿Se puede ser tan idiota y encima dársela de guía moral del pueblo? ¿No es hora de mandarlas a volar y que se tomen una buena dosis de ubicaína? Alguien tendría que decirle a esta plaga de papanatas que ya es hora de que se callen y dejen de hacer el ridículo.

Claudia Cisneros, una de las más ilustres calabazas de la pituprogrería nacional, auténtica neurótica buena para nada, especialista en el floro histérico antifujimorista, acaba de escribir: "que quede claro que Toledo fue el mascarón de proa mediático y político de miles de peruanos hastiados de la descomposición nacional a la que llevó al país Fujimori", Si, claro. Odiaba tanto a Fujimori por corrupto que eligió como líder a otro corrupto prontuariado como Toledo para desquitarse. Y hoy la histérica dice sentirse decepcionada y desilusionada del choro embustero y borrachín. 

No hay que olvidar que toda esta plaga de auténticos idiotas del antifujimorismo rabioso, que vive escupiendo insultos al fujimorismo cada día desde hace 17 años, fueron quienes eligieron a Fujimori. Fueron ellos mismos. Prefirieron al chino antes que a Mario Vargas Llosa, a quien veían como el satanás del liberalismo. Si Alberto Fujimori ganó las elecciones en 1990 fue gracias a los votos del Apra y de la izquierda. Esa es la manera que tienen de votar estos enfermos mentales de la izquierda que ahora dicen que defienden la democracia. Mentira. Ellos jamás han defendido la democracia. Siempre han defendido sus intereses particulares, de grupo y partidistas. Por eso mismo es que andan siempre en disputas y peleas. Ni siquiera saben lo que es la democracia. ¿Cómo pueden hablar de democracia si se han pasado la vida alabando a Velasco Alvarado, idolatrando la dictadura cubana y defendiendo al corrupto chavismo en Venezuela? ¡Por favor!

La última hazaña de estos sectores de parásitos infecto contagiosos de la izquierda fue armar la combi electoral de Ollanta Humala, sabiendo que era un bueno para nada apoyado por la mafia brasilera. Ya antes habíamos visto la presencia brasilera en la campaña de Susana Villarán. Entonces a nadie le interesó saber quién financiaba la campaña por al "NO". Simplemente se cruzaron de brazos para posar a favor de la peor alcaldesa de la historia de Lima. Estos son los mismos rojetes que se dedican a juzgar las finanzas del fujimorismo y a burlarse de las rifas de Keiko, pero que jamás se han interesado por preguntarle a Susana Villarán de dónde sacó la plata para su millonaria campaña. ¿Quién le pagó su sueldazo a Favre? ¿Quién pagó los miles de gigantescos carteles del "NO" que se expandían por toda la ciudad? ¿Y esos artistas posaron gratis?

En resumen, debe quedarnos claro que los convocantes de esta nueva marchita de "indignados por la corrupción" no pasan de ser una plaga de farsantes sin moral ni dignidad ni cerebro ni sangre en la cara. Para colmo, una de las principales referentes de la marcha es nada menos que la ex mucama de Nadine Heredia y ex niña símbolo del nacionalismo, la calabaza roja Verónika Mendoza que está metida hasta las narices en la mafia nacionalista de los Humala-Heredia, aunque se haya corrido después. ¿Se puede ser más caradura? Verónika Mendoza es la última versión de estos ya famosos trepadores y saltimbanquis de la política que salen de la nada y se hacen famosos a punta de floro barato, y que son apoyados por los deficientes mentales de la izquierda y por la prensa caviar. No cambian ni se curan. Les encantan estos fantoches buenos para nada. Así es como la historia continua y se repite.

lunes, 6 de febrero de 2017

La caída del choro sagrado


Por: Richard O. Campos Villalobos

La revelación de Jorge Barata de haber sobornado al ex presidente Alejandro Toledo con US$ 20 millones, pone fin a este patético personaje político, acaba con el mito nacido de la pataleta callejera, entierra a un genio de la pose barata y del gesto hipócrita. La caída de este farsante de la moral es además el triste final de toda esa jauría borreguil de tontos útiles, nacida del macartismo antifujimorista convertido en falsa bandera de lucha anticorrupción. Alejandro Toledo fue el primer ejemplar del oportunista político, personaje que acabó siendo la marca representativa de la democracia del nuevo milenio en un país carente de partidos. El primero de tantos trepadores salidos de la nada que conforman un “partido” para presentarse a las elecciones, en un acto que representa una auténtica asociación ilícita para delinquir. Toledo aprovechó una coyuntura política crítica para lanzarse como el “salvador de la democracia”, y una plaga de limítrofes mentales se lo creyó. Allí se dio cuenta que su potencial político dependía de convertirse en el adalid del antifujimorismo, pues esa ya era la forma más burda pero efectiva de engatusar a los tontos que lo seguían y que ya babeaban de odio.

Rodeado de una nube de adulones de medio pelo que nunca faltan en la política peruana, además de los oportunistas y trepadores de siempre, se construyó el mito de Pachakuti, el personaje de leyenda que había “recuperado la democracia” y que iniciaba la "lucha contra la corrupción", dando pie al más furioso macartismo de nuestra historia mediante la persecución de funcionarios del régimen fujimorista, pero también de militares que lucharon en la guerra antisubversiva, porque algo que hizo Toledo para ganarse el apoyo de la izquierda, fue entregarles en bandeja el Ministerio de Justicia, permitirles crear su circo de la CVR, y abrirles las puertas del poder a toda la plaga de caviares PUCP y ONGs rojas que se despacharon como les vino en gana. Toledo fue el creador del antifujimorismo progresista y juvenil como el falso símbolo de la lucha anticorrupción, mientras él y los caviares robaban a manos llenas con novedosas modalidades de corrupción.

Así fue como Toledo pasó de ser un provinciano pobre, inmigrante serrano que tuvo la suerte de ser acogido por una familia de extranjeros y estudiar en los Estados Unidos, para luego regresar y vender su historia como un éxito provinciano producto de su esfuerzo personal. Ese fue apenas el primero de sus embustes, pues si en algo es un especialista Alejandro Toledo es en ser un mentiroso consuetudinario, un descarado mitómano que miente hasta sin darse cuenta. Toledo es un trepador sin escrúpulos, capaz de cualquier fechoría estúpida por una falda o un trago. Carece de valores personales. Sin embargo, fue magistralmente utilizado por la caviarada rescatando su perfil provinciano para crear un personaje ficticio que sirviera para cautivar a las masas: un Pachacutec del nuevo milenio, suficiente para embelesar a tanto idiota que vive anhelando un líder.

Así fue como Alejandro Toledo se convirtió en un monigote de la izquierda. Siempre fue un ídolo de barro con aliento de alcohol. Le taparon todas sus fechorías, desde haber negado como un perfecto cobarde a su propia hija Zarai, hasta sus rochosas escapadas de putas, tragos y drogas en el Melody y el Queens. En el colmo del descaro, fue mágicamente convertido en una “víctima del montesinimo”. La cosa nostra caviar encubrió el proceso judicial que tenía Toledo por haber falseado las firmas de su partido. Desde el inicio de su gobierno se pusieron de manifiesto sus malas costumbres, como levantarse tarde, llegar impuntual a todas partes y coquetear con cuanta mujer se le cruzaba. No en vano se aseguró la presencia de Lady Bardales, la bella policía que le sirvió de resguardo, hasta que Eliane Karp hizo que la sacaran, tras un pleito conyugal que la llevó a largarse a Hawai.

En pocos días la ineptitud de Toledo en el poder hizo que su popularidad descendiera a extremos peligrosos. Medio país se levantó en paros regionales, hasta que a alguien se le ocurrió la magistral idea de recurrir por primera vez al cuento del “diálogo”. Todo el mundo pasó a dialogar a Palacio y al final acabaron firmando el mamarracho conocido con el nombre de “Acuerdo Nacional". Porque algo que es muy característico de Alejandro Toledo es hacer de cada gesto y palabra suya una gesta heroica e histórica con un nombrecito pomposo y huachafo, al mejor estilo chavista. Luego de aplacar la crisis a punta de floro y pose, Toledo tomó por costumbre irse de vacaciones a Punta Sal. Al final quién gestionaba el país era su ministro de Economía y jefe del gabinete PPK.

Durante la gestión de Toledo se empoderó la perniciosa tecnocracia caviar, que empezó con su obra prima la CVR, luego empezaron a vender su dulce basura de retórica social, sus típicos cuentos de los DDHH, la memoria histórica, las reparaciones, los juicios al Estado en la CIDH en los que la caviarada del MINJUS simplemente se allanaba sin defensa, en un acto de verdadera traición a la patria. También se hicieron comunes los actos de desagravio y monumentos a terroristas, la liberación de terroristas, los nuevos juicios a terroristas ordenados por la CIDH, las jugosas reparaciones, etc., y se dio inicio a la infausta cacería de brujas contra los militares. Mientras tanto montaban mitos sobre la corrupción fujimorista señalándola como “la peor de la historia”, inventaron casos como el de las esterilizaciones forzadas, y la más estrafalaria de las mentiras que fue el cuento de los US$ 6,000 millones robados por Fujimori, etc. Hasta contrataron a una famosa agencia internacional experta en pesquisas para hallar las cuentas de Fujimori en todo el mundo y no encontraron nada. Por el contrario, ese informe de la agencia Kroll fue escondido a la opinión pública.

La caviarada tomó prácticamente el mando del país con la venia de Toledo. Eso les permitió el manejo de los medios y así les resultó fácil reescribir la historia reciente. Pues eso es lo primero que siempre hace la izquierda en cualquier país en donde se apropia del poder. La izquierda empoderada durante el toledismo se encargó del adoctrinamiento infantil vendiendo las mentiras más perversas sobre los años 90, presentándola como los años más corruptos de la República y como una dictadura criminal. Implantaron en las mentes la idea de que los 90 fueron una “dictadura”. El discurso oficial siempre hacía referencia a la “dictadura de los 90” y señalaba a Alejandro Toledo como aquel que “recuperó la democracia”. Así quedó establecido que los 90 fueron los peores años de la historia y que en el nuevo mileno se recuperó la democracia. Un disparate total y absoluto.

Durante el toledismo caviar, el antifujimorismo se convirtió en la bandera de la moralidad. De allí que ahora haya tanto infante idiota cacareando esas consignas sin tener otra visión de la realidad histórica. Nadie les ha contado cómo era el Perú en 1990, un país a punto de desaparecer del mapa en manos de Sendero Luminoso y el MRTA, bandas de izquierda que a punta de terror estaban por tomar el poder. En 1990 el Perú estaba en la quiebra total, no había un sol en el BCR ni en el Banco de la Nación y nadie nos daba crédito. La hiperinflación era tan alucinante que cada semana había aumentos de sueldo del 100%. Los servicios públicos en manos del Estado eran un desastre total, Lima no tenía agua y la luz se cortaba a cada rato por los apagones del terrorismo de los rojos. Los sindicatos que la izquierda manejaba gracias a las 160 empresas públicas que dejó el velascato y que nadie se atrevió a cerrar o privatizar, organizaban paros que paralizaban el país cada mes. La infraestructura estaba destruida, tanto las carreteras como las torres de alta tensión. El Perú llegó a estar en una situación peor a la que atravesó tras la derrota frente a Chile. Acá no se podía vivir y la gente emigraba todos los días. Eso era el Perú en 1990. Si hubo alguien que fue capaz de sacarnos de ese desastre y salvarnos la vida, por lo menos deberíamos mostrarle algo de gratitud. Pero en este país el odio alimenta más.

Debemos celebrar que el fantoche de Toledo, convertido en mito caviar, se rompió debido a sus propias mañas, a su propia personalidad. Acá nadie le ha inventado nada a Toledo. Sus propios socios lo han vendido. No hay ninguna sorpresa en saber que Toledo es un farsante y un corrupto mentiroso. Siempre fue un trepador sin escrúpulos. Ahora pretende escudarse en la trama de empresas off shore creada por sus amigos de la mafia judía para recibir las millonarias coimas. Todo está clarísimo: la creación de esas empresas de fachada a nombre de sus compinches y los depósitos. Cómo será de miserable Toledo que hasta a su octogenaria suegra ha metido como dueña de Ecoteva, otra de las empresas de fachada cuyo único fin era manejar la plata de la corrupción. Ya es hora de que la justicia caviar deje de proteger a Toledo. Es hora de que sepamos la verdad y de que todos los mitos y falsedades sean tiradas al basurero y que Toledo vaya a la cárcel.

jueves, 2 de febrero de 2017

La lucha contra el currículo escolar


Escribe: Dante Bobadilla Ramírez
Fuente: El Montonero

Es lamentable ver que la lucha contra el currículo escolar infectado de ideología progresista es asumida solo por sectores religiosos, mientras que los demás han preferido encogerse de hombros o posar como buenistas y correctos apoyando el discurso de la “igualdad de oportunidades”. Una vez más, nadie quiere mojarse para enfrentar al progresismo y quitar la ideología progresista del currículo escolar. Es algo que resulta muy frustrante.

En medio de la pereza de la derecha, medios y columnistas estigmatizan las críticas al currículo escolar señalando que se trata de sectores religiosos fanatizados, conservadores y hasta ignorantes. Es cierto que hay una reacción estridente por parte de estos sectores, pero también un silencio vergonzoso en sectores pensantes de la derecha, que usualmente se confrontan con la izquierda solo en el campo de la economía. Allí son buenos despedazando al progresismo. Pero no muestran el mismo interés en otros campos, dejándole el terreno libre a la izquierda, como si la educación no fuera tan importante como la economía.

Todas las columnas que leo a favor del currículo escolar revelan también fanatismo e ignorancia. Parten de la equivocada idea que cualquier cosa puede ser materia de enseñanza. Y eso es absolutamente falso: cuestiones que dependen básicamente de las capacidades personales o de la dinámica sociocultural no pueden modificarse mediante la enseñanza. Es ridículo pretender un curriculo que garantice una "educación integral". Eso no pasa de ser más que alucinación progresista sin fundamentos científicos. De lo contrario, sería muy fácil remediar la corrupción incluyendo un curso en el currículo. Está bien que el mercado engañe a medio mundo con falsas ofertas educativas —como talleres de literatura, creatividad, oratoria, liderazgo, etc.—, aunque ninguna de ellas sirva para nada. Incluso podríamos añadir varias carreras universitarias. Pero una cosa es que el mercado se aproveche de la inocencia de la gente, y otra que lo haga el Ministerio de Educación asumiendo el diseño social como objetivo educativo.

El igualitarismo social que pretenden predicar en las escuelas es deleznable como materia. No solo es inútil, también peligroso. Es vana toda pretensión de diseño social imponiendo conceptos ideológicos que contradicen la realidad sociocultural. Inducir a los niños a que jueguen con muñecas y a las niñas con pelotas para “equilibrar” las oportunidades entre los sexos no solo es aberrante, sino estúpido. La cultura es por sí misma el principal agente formador de individuos de una comunidad. Pretender suplantarla con ideología en las aulas solo puede explicarse con altas dosis de ignorancia sobre la dinámica cognitiva social y por fanatismo progresista.

Y no es que lo diga yo, lo dice la historia. Todos los intentos de la izquierda para cambiar a los seres humanos en busca del paraíso social han fracasado en todas partes. ¿Acaso no trataron de eliminar la religión en Rusia combatiéndola durante ocho décadas? Quemaron iglesias, expulsaron sacerdotes e impusieron el ateísmo en las escuelas; pero la religión, ay, siguió viva entre la gente y hoy la Iglesia ortodoxa rusa sigue siendo una de las más importantes del mundo, solo detrás de la católica.

A mediados de los noventa la señora que limpiaba mi oficina me contó que su marido había comprado una cúster para entrar en el negocio del transporte colectivo y estaba buscando un ayudante cobrador. Le pregunté por qué no iba ella a ayudarlo. Su respuesta se me quedó grabada: “Eso no es de mujeres”. Tiempo después una colega fue despedida y me contó que no sabía qué hacer. Le sugerí que se comprara un Tico e hiciera taxi mientras tanto. Y también me respondió: “Eso no es de mujeres”. No pasaron muchos años para que cambiara eso que “no era de mujeres”. Hoy es muy común ver mujeres cobradoras y manejando taxis y combis. No fue necesario cambiar el currículo escolar ni la intervención del Ministerio de la Mujer. Fue obra de la propia sociedad interactuando con su realidad cultural en plena libertad.

En las últimas décadas las mujeres han ganado presencia en muchos sectores sin que haga falta predicar doctrina alguna en las escuelas. El equilibrio social es parte de la dinámica cultural, no del adoctrinamiento escolar. Solo debemos defender la libertad individual y el respeto a todos los ciudadanos, sea cual sea su condición. Debemos insistir en eliminar todo contenido ideológico del currículo escolar y recobrar el verdadero sentido de la escuela. Es tarea de todos.

Lo que el huaico se llevó


Por: Juan Carlos Vasquez Peña

Estamos asistiendo al mayor espectáculo de revelación de la podredumbre política. Ha sido peor que un huaico porque ha arrasado con casi toda la clase política de los últimos años y mucho más. Nunca vivimos el actual grado de putrefacción moral. Ni siquiera en la época de Fujimori o el aprocalipsis y apenas comparable con la gran “robolución” de Velasco. El escándalo presente de megacorrupción organizado por el Foro de Sao Paulo, en alianza con las más grandes empresas transnacionales brasileñas, creó durante casi 3 lustros un imperio de corrupción internacional, para influir en la política sudamericana mediante la coima, un mecanismo sistematizado a nivel de los MBA y ejecutivos de alta dirección de los países donde operaban, contando con el apoyo de los mejores estudios de abogados para perpetrar los contratos más leoninos y fraudulentos, junto a la complicidad criminal de periodistas que actuaban como mermeleros y sicarios a sueldo. Todo un sistema bien orquestado.

La izquierda latinoamericana (con excepción, hasta ahora, de Uruguay) ha demostrado su naturaleza corrupta dejando caer su careta de defensores de la moral. La corruptela de Montesinos que compraba jueces, políticos y medios de comunicación, ha quedado como pecata minuta frente a la profesionalización de la corrupción por parte del Foro de Sao Paulo y sus aliados de la izquierda caviar. ¿Qué tienen que decir ahora los eternos acusadores? ¿Cómo se sacudirán el polvo?

Una vez más la clase alta “formadora de opinión”, los MBA de la PUCP, la “conciencia moral” del país, los caviares y pituprogres que pretenden dirigir moralmente al país desde sus columnas de opinión, vuelve a caer en el fango. Mientras seguían cacareando sus consignas antifujimoristas, sus amigos del Foro de Sao Paulo ponían al presidente y a la alcaldesa para levantarse el país en peso. Un comportamiento repetido varias veces durante la historia republicana y que, sin duda, volverá a repetirse en un futuro, puesto que esa es la esencia traidora e hipócrita de nuestra “élite”, que siempre ha preferido las poses sociales a las verdades incómodas.

Lástima que Odebrecht no haya practicado la costumbre de Montesinos de filmarlo todo, para así ver desfilando por la salita de Marcelo o de Barata a todos los corruptos del nuevo milenio, empezando por los más lustrosos estudios de abogados, los mermeleros de la prensa caviar y los políticos apoyados por la izquierda. La actual corrupción es más grave tanto por su extensión como por su cuantía, pero da más náusea porque nos han robado en megaobras inservibles y sobrevaluadas en exceso y con el mayor descaro. Pero además, esta megacorrupción se perpetró mientras los sinvergüenzas montaban su circo de “lucha anticorrupción” con lemas como “honestidad para hacer la diferencia”, posando en las calles como indignados en marchas patéticas donde se llenaban la boca con condenas rabiosas al fujimorismo. Nunca nos habían engañado tanto.

Ahora llegó el momento de señalar con el dedo acusador a toda esa piara de farsantes, exigir justicia dura y pronta, pero también llegó la hora de reírnos de todos esos payasos de la moral, de los farsantes luchadores anticorrupción, ya podemos carcajearnos de los infantes pulpines y sus cuentas basura de la memoria en las redes, una vez más, quedando como los tontos útiles de la izquierda. Ese es el papel que siempre le toca jugar a los jóvenes, lamentablemente.