lunes, 28 de noviembre de 2016

Los buenos tiranos de izquierda


Para nadie debe ser una sorpresa que los candelejones de la izquierda de todos los matices elogien a Fidel Castro, el tirano favorito del progresismo, una sombra moribunda de la era del hielo del comunismo salvaje, un déspota de la peor clase, un miserable que se apropió de todo un país para imponer su voluntad a sangre y fuego, un criminal que mandó matar a miles de cubanos y que dividió una nación sembrando el odio y llenando las cárceles con sus enemigos políticos. Sin ninguna duda, el peor dictador que ha existido jamás en Latinoamérica. Un típico embaucador de izquierdas que usó el discurso inflamado de odio y pasión para engatusar a los tontos clásicos del idiotismo infantil progresista. Cualquier intento de descripción de este monstruo del Caribe queda corto, porque siempre habrá una dimensión imposible de retratar completamente.

¿Cómo es entonces posible que la beatería progresista, siempre dispuesta a condenar con rigor las dictaduras "en defensa de la democracia y los derechos humanos", idolatre ahora a este monstruo caribeño que se ha mantenido en el poder por más de medio siglo encarcelando y asesinando a quién le daba la gana? Dejemos la teoría de la estupidez de lado ya que eso es consustancial a todo progresismo y porque eso, además, no basta. Conocemos de sobra la mentalidad infantil del izquierdista promedio que se traga todos los cuentos de fábula sobre un mundo feliz, hecho de chocolate, con una sociedad "igualitaria" donde reina eso que llaman "justicia social", sea lo que sea eso, algo que hoy les permite llamar "gran logro social" a la miseria absoluta del pueblo cubano. La estupidez queda al margen del análisis político pues pertenece a las esferas de la psicología clínica social, de modo que intentemos otras explicaciones.

La bipolaridad del progresismo respecto a los buenos y malos dictadores es bastante simple de explicar si uno recurre a la historia. Siempre será la historia y la realidad la que nos descubran la verdad oculta detrás de los misterios de las poses del progresismo. Si revisamos la historia de la izquierda desde sus orígenes en la revolución bolchevique a principios del siglo pasado, lo que veremos es un marcado desprecio por las instituciones y valores predominantes en el mundo civilizado, desde la vida humana hasta la religión, pasando incluso por la familia. El marxismo abominaba de todo porque todo lo veía como la representación de un sistema dominante perverso que había que destruir y sustituir por un nuevo modelo ideal comunista. La izquierda aprendió a detestar todo lo que había en el mundo y estaba dispuesta a destruirlo todo. Esa fue la ideología que siguieron los comunistas en la Unión Soviética, China, Vietnam y muchos otros lugares, incluyendo el Perú. Era lo que pretendían aplicar en Latinoamérica. Por eso mismo, a la izquierda nunca le importó la "democracia burguesa" ni las instituciones ni valores propios de nuestra civilización. Su plan era destruirlo todo y reemplazarlo por la sociedad perfecta que ellos edificarían según su modelo.

Esta ideología delirante llevó a la izquierda marxista-leninista-maoista directamente al genocidio en todos los países donde llegaron al poder, o al terrorismo antes de llegar al poder. En Latinoamérica causaron estragos en varios países pero no pudieron hacerse del poder salvo en Cuba y en Chile, cuando Salvador Allende fue elegido presidente por el Congreso tras unas maniobras políticas. La llegada al poder de Fidel Castro significó un gran aliento para toda esa izquierda delirante que soñaba con la revolución a escala mundial. El Che Guevara quiso ser el abanderado de las luchas guerrilleras en Latinoamérica. Su sueño era hacer "muchos Vietnam" donde derrotar al imperialismo yanki, obsesión infantil de todo izquierdista de la era castrista. Los partiduchos de izquierda se multiplicaron en todos los países llevados por la enfermedad infantil del izquierdismo revolucionario. Sus centros de adoctrinamiento fueron las universidades. Desde allí emprendieron la aventura terrorista y guerrillera para desafiar al Estado burgués. 

La respuesta natural a todos estos focos guerrilleros y terroristas de izquierda en toda Latinoamérica fue la misma: las fuerzas armadas se hicieron cargo del problema, ya sea en medio de un gobierno democrático o bien tomando directamente el poder. Así fue como los generales Videla y Pinochet se hicieron cargo del problema asumiendo el poder del Estado. En el Perú las cosas ocurrieron al revés: las FFAA habían dado un golpe de estado para implantar el socialismo, pero afortunadamente para el país el líder de la revolución, el general Juan Velasco Alvarado, cayó enfermo y fue reemplazado, aunque los estragos de las reformas socialistas hicieron mella del país por los siguientes veinte años. Tuvo que llegar Alberto Fujimori para rescatar al país de la debacle económica y del asedio terrorista, algo que hubiera sido imposible de lograr bajo los esquemas tradicionales de la democracia formal.

En suma, el único motivo por el que la izquierda detesta a estos dictadores es porque les patearon el trasero a sus guerrilleros y terroristas, metiéndolos presos o aniquilándolos. Más allá de eso, la izquierda idolatra a sus propios dictadores, aunque sean los peores genocidas de la historia. Así que no se dejen engañar por el candor de izquierda cuando se disfrazan de nobles defensores de la democracia y los derechos humanos. Nunca les ha importado un pepino ni la democracia ni los DDHH, salvo para reclamar por la suerte de sus terroristas. Por eso mismo se ha hecho ya clásico en toda Latinoamérica y España la hipocresía, cinismo y doble moral del progresismo. Para ellos solo son malos los dictadores que combatieron a la izquierda delirante y terrorista, pero idolatran a los dictadores de izquierda, aun cuando hayan sido bestias totalitarias y autócratas que llevaron a sus países a la más espantosa de las miserias, como es el caso de Fidel Castro. 

No hay forma de defender a Fidel Castro. Es un sátrapa que asaltó el poder junto a una banda de ladrones disfrazados de militares. La diferencia es que cuando asaltas un banco vas preso, pero cuando asaltas el poder y te adueñas de todo el Estado, son los delincuentes los que meten preso al que les da la gana. Eso es lo que hicieron Fidel Castro y su banda: tomaron el poder a balazos para luego robar a manos llenas y encarcelar a sus enemigos. Primero les robaron todas sus propiedades a los norteamericanos, incluyendo empresas, yates y residencias, para repartirse lo mejor entre los jefes de la banda. Luego les robaron a todos los cubanos al proscribir la propiedad privada. En seguida montaron el circo de la revolución pretendiendo que ellos construirían el paraíso. La banda de ignorantes creyó que bastaba con su verbo y matonería para aumentar la producción. Luego de sus fracasos, no les quedó más que prostituirse para vivir mantenidos por los rusos durante treinta años cual parásitos sin honor ni dignidad. Tras la debacle del comunismo chuparon la mamadera de las remesas que enviaban los cubanos libres desde Miami. Luego volvieron al parasitismo con Venezuela durante el mandato del bufón progresista Hugo Chávez.

No debe extrañarnos que la izquierda peruana salga a defender al criminal dictador Fidel Castro, mientras se llenan la boca de maldiciones ante otros dictadores. Marisa Glave ha dicho incluso que Fidel Castro sirvió de inspiración a la izquierda. ¿Inspiración de qué? Fidel Castro solo puede servir como ejemplo de perversión mental, pues fue un ser maligno que impuso su propia personalidad y voluntad a millones de cubanos durante 58 años. Hay dictadores que dejaron un legado de paz y desarrollo en sus países, como fue el caso de Pinochet y Fujimori. Al menos de ellos podríamos decir que mejoraron la vida de sus compatriotas de manera radical. Pero de Fidel Castro solo se puede decir que fue un sátrapa cruel que dividió una nación y la empobreció hasta la miseria más absoluta. No hay manera de defender a ese animal que fue Fidel Castro. Y es una lástima que la izquierda no tenga el coraje de reconocer sus errores y su situación vergonzosa ante la historia.

jueves, 24 de noviembre de 2016

Solo Saavedra salvará al Perú


Curiosamente, el progresismo y la caviarada se han vuelto cortesanos del poder. Por lo menos con respecto al ministro de educación Jaime Saavedra. Definitivamente los tiempos no son como antes, cuando la juventud y la izquierda detestaban al poder de turno y pedían la cabeza del ministro, desde los maestros del SUTEP hasta las dirigencias estudiantiles universitarias. ¿Qué ha pasado para que el rojerío, los caviares y sus hueveras se desvivan defendiendo al ministro Saavedra? De hecho, nada. Por lo menos en el sector educación las cosas siguen tan mal como siempre. 

El fenómeno Saavedra tiene varias explicaciones. Para empezar, llegó en medio de harta fanfarria y fue presentado como una estrella intelectual con gran experiencia internacional. Es decir, la publicidad empezó a operar con él desde el principio, y nunca paró. Se creó el mito de que Saavedra era el hombre perfecto. Pronto muchos empezaron a rendirle pleitesía, y lo siguen haciendo aunque Saavedra no tenga nada que mostrar luego de tres años en el cargo. Algunos le atribuyen haber implementado la meritocracia, pero eso es algo que fue instituido por la reforma del ministro Chang y saboteado en parte por Patricia Salas. 

Luego se le atribuyó a Saavedra como éxito suyo el incremento del presupuesto del sector educación, pero resultó que fue incapaz de gastarlo, por lo que acabó transfiriendo partidas a otros sectores. De tal manera que el famoso incremento de presupuesto en la educación nunca pasó de ser un cuentazo. Saavedra gasta algo más de la mitad del presupuesto anual de su sector, pero es bueno para pedir más dinero en cada presupuesto. Y ahora se pretende darle el manejo a sola firma de 4 mil millones de soles para apresurar las obras de los Panamericanos. Más parece una película de terror. Una razón más para que muchos estén interesados en mantenerlo en el cargo.

Lo que pasa con Saavedra es que se trata de un tipo bien educado, a diferencia de Chang y Salas por citar solo a sus dos predecesores más inmediatos. Saavedra habla en el CADE y causa el efecto de un encantador de serpientes. Los empresarios lo aplauden de pie y sienten que al fin llegó alguien que entiende el problema de la educación en el Perú. Todos admiran su "diagnóstico certero" y sus "metas maravillosas". Las reseñas de los medios lo pintan como un elegido. Todavía no había hecho nada pero ya tenía una inmensa legión de fans enamorados a base de verbo y pose.

La razón principal de la candorosa defensa progresista del ministro Saavedra es que la interpelación es una iniciativa del fujimorismo, el Apra con otras dos agrupaciones. Y como ya sabemos, cualquier iniciativa del Apra y el fujimorismo será respondida por los enfermos mentales del rojerío, la caviarada y demás hueveras de izquierda con una oposición fanática "principista". Eso no impide que en otros sectores existan verdaderos fans enamorados, incluyendo algunos amigos de la infancia, que desde sus columnas han sacado cara por el ministro Saavedra. 

No está mal que Saavedra tenga sus amigos y fans enamorados, lo que está mal es que inventen cuentos para defenderlo, a falta de logros concretos que mostrar. El cuento favorito es que se trataría de una "mafia universitaria" que quiere sacar al ministro para seguir lucrando con las universidades chicha. En otra versión similar, se trataría de los enemigos de la calidad educativa a quienes no les importa la educación. Solo falta que los llamen "enemigos del pueblo" o "lacayos del imperialismo". Todo eso no pasa de ser basura retórica, cuentos para bebes, engañabobos.

La reforma universitaria está en marcha y no es obra de Saavedra sino, básicamente, del general Daniel Mora. Nada impide que el Congreso modifique esa ley. No hace falta botar a Saavedra para hacerlo. Con o sin Saavedra esa ley será revisada. Así que el famoso cuento de que "se quieren tumbar la reforma universitaria" es apto solo para idiotas. Pero de estos sobran, obviamente. De allí que sea el argumento fuerza. 

A Saavedra habría que cuestionarlo por varias cosas, empezando por su inoperancia en el gasto presupuestal de su sector, luego por sus desmedidos gastos en publicidad y en contrataciones de asesorías y consultorías. Además está el asunto del retraso en las obras de los Juegos Panamericanos, que al ministro parece que nunca le interesó. También hay casos de corrupción. Claro que nadie, o por lo menos yo, no dudo de la honestidad del ministro Saavedra, pero de que ha resultado ser un fiasco en la administración pública es un hecho. Ya debería irse.

La moraleja de todo esto es que tener un gran cartel de asesor en organismos públicos internacionales haciendo trabajos de escritorio no te capacita para ser un gestor público. Menos aun si no conoces el sector ni como maestro. Vamos a ver si los fans enamorados de Saavedra se cortan las venas cuando sea censurado por inepto. Esto no quiere decir que sea corrupto o que no sea bueno como consultor. Cada quien nada en su propio estanque. El sillón del ministerio de educación le quedó grande a este señor. Mejor que regrese a lo que sabe hacer.

martes, 22 de noviembre de 2016

Xi Jinping desata las iras de la cucufatería progresista


La llegada del presidente chino Xi Jinping ha servido, una vez más, para que los patéticos personajes de nuestra fauna progresista y caviar salgan a desfilar con sus clásicas poses de "defensores infatigables de la democracia".  En consecuencia, han cargado contra la presencia del "representante de una dictadura", criticando al gobierno por hacer tratos comerciales con los chinos y, para variar, al fujimorismo por la condecoración que Luz Salgado concedió al líder chino. 

El cacareo en las redes de parte del gallinero progresista ha sido total. Han señalado como "doble moral" que fustiguemos a las dictaduras venezolana y cubana pero que aceptemos convenios con la dictadura china. Lo único que faltó fue una marcha de "indignados" pulpines, artistas y figuretis de toda estofa, culminando con una vigilia en el "Ojo que llora", para rasgarse las vestiduras a gritos por la presencia del dictador chino. Mención aparte merecen los cándidos poseros de la mediocre prensa nacional, que no dejaron pasar la oportunidad para reclamar al fujimorismo una condena contra la "dictadura comunista". 

Los más felices con el alboroto debieron ser los senderistas, pues nadie odia más a este régimen chino que los dementes de Sendero Luminoso. Hay que recordar que SL inició sus acciones terroristas colgando perros en los postes de Lima con carteles que decían "Deng Xiaoping". Diez años antes de la caída del muro de Berlín, en China caía el régimen criminal de Mao Tse Tung con el arresto de su viuda Jiang Quing y de la "banda de los cuatro". De inmediato Deng Xiaoping inició el desmantelamiento del comunismo, introduciendo transformaciones radicales de tipo capitalista que iniciaron el vertiginoso desarrollo de China. Los agricultores por fin pudieron ser dueños de sus tierras y comerciar libremente sus productos en el mercado. China no hubiera salido de su estado semifeudal al que lo llevó el comunismo fanático y genocida de Mao Tse Tung, sin las radicales reformas del nuevo régimen iniciado por Deng Xiaoping en 1979. 

La China de hoy aun arrastra viejos problemas políticos de su era comunista, pero no se puede negar el inmenso avance social que ha logrado, sacando a decenas de millones de chinos de la pobreza. No es un modelo ideal pero tampoco es lo que nuestros periodistas criollos han estado pregonando. Al fin y al cabo, nuestras relaciones son esencialmente comerciales y los acuerdos son estrictamente de nivel comercial. China es uno de los principales inversionistas en la región y no estaría nada mal para el Perú captar algo de esa multimillonaria inversión. Lo demás es pura retórica barata.

El Frente Amplio publicó un ridículo comunicado de rechazo a la presencia de Xi Jinping sustentado en que las empresas chinas "no cumplen su responsabilidad laboral y ambiental". Imagínense si vamos a protestar por lo mismo cada vez que viene alguien. No podríamos condecorar a Michelle Bachelet porque las empresas chilenas tienen algunos problemas acá. Tampoco podríamos condecorar al rey Felipe porque las empresas españolas tienen algunos problemas con sus clientes y la SUNAT. Y así por el estilo, habría que rechazar la presencia de todos por culpa de las empresas de su país. Algo estúpido realmente. En el fondo el rechazo del Frente Amplio se debe a la misma razón de Sendero Luminoso: detestan al régimen que mandó a la basura al comunismo genocida y abrazó el capitalismo en China.

En cuanto a nuestros periodistas poseros "luchadores por la democracia" les recomendamos que mejor traten de educarse. Son una lástima. Cada vez más quedan como simples payasos.

martes, 15 de noviembre de 2016

Los shipibos de Cantagallo en la disputa


Por: Juan Carlos Vásquez Peña

Si usted viaja a cualquier unidad minera (Antamina, Alto Chicama, Antapaccay, Las Bambas, etc.) verá que en las zonas cercanas o de influencia directa, hay un desarrollo en infraestructura que los diferencia del resto de pueblos cercanos. Esa infraestructura es construida por convenios entre las comunidades, gobiernos locales y las empresas mineras. Pero también verá curiosamente casas de material noble cerradas permanentemente, corrales sin ganado y caballerizas sin uso. Si ven ganados son mayormente animales famélicos que son generalmente llevados desde otros lugares pero no para cuidarlos.

¿A qué se debe tanta inversión? Si bien la minería moderna y sus programas de apoyo explican en algo esas inversiones, hay también un componente perverso, que es el hecho de que las mineras, ante la falta de regulación de un verdadero Estado de derecho, ha llegado por su propia cuenta a diferentes acuerdos con propietarios y comunidades, a los que paga cantidades determinadas, muy por encima del mercado, tanto si atropellan a sus animales, si necesitan ampliar terrenos para sus operaciones o si deben llegar a algún nuevo acuerdo de paso o tránsito. Estos montos suelen aumentar al doble o triple si el “afectado” tiene un inmueble, abundante ganadería o pastizales, lo que ha llevado a esta fiebre de construcción de casas de material noble en punas abandonadas, o a la presencia de ganado que rara vez es cuidado por sus propietarios. 

¿Qué relación tiene todo esto con el caso de los Shipibos de Cantagallo? Pues que en ambos casos las comunidades tienen incentivos perversos que aprovechan hábilmente contando con una prensa miope que sólo ve por el “Ojo zurdo”. Los Shipibos fueron traídos a Lima por el entonces candidato Alejandro Toledo para la “Marcha de los Cuatro Suyos”. Hasta ahora no se sabe qué condiciones pactaron pero terminaron quedándose en la zona de Cantagallo, invadiendo propiedad pública sin que nadie los desaloje por años. Han ido obteniendo poco a poco beneficios de sucesivos gobiernos municipales, en especial con Susana Villarán y su graciosa promesa de trasladarlos a “viviendas dignas”. ¡Todo absolutamente gratis! El paraíso socialista de Susana Villarán que sin embargo nadie condenó.

La demagogia barata de Susana Villarán metió en un lío al Municipio de Lima. La actual gestión edil trató de resolver el problema a través de créditos y facilidades con programas como Techo Propio y Mi Vivienda, pero es evidente que tales salidas no resultan tan atractivas como la gran generosidad de Susana Villarán, generosidad con dinero ajeno, como suelen actuar los progresistas. A esto habría que agregarle los recién descubiertos pagos irregulares efectuados a dirigentes y pobladores de Cantagallo para que se trasladen al nuevo terreno de Campoy, pagos que cobraron puntualmente pero sin cumplir con abandonar Cantagallo. ¿Para qué? Si allí les pagaban todas las cuentas.

En el incendio de hace unas semanas, se pudo apreciar humildes casuchas precarias donde se hacinaban las familias con varios niños en medio del tugurio, pero también talleres modernos, vehículos, maquinarias, electrodomésticos y, por declaración de los mismos afectados, ahorros por varios miles de soles perdidos en el incendio. ¿Si tenían capacidad de generar riqueza, por qué sus casas parecían tan miserables como si hubieran invadido el terreno sólo unos días atrás? La respuesta está en los estímulos perversos que les permiten seguir recibiendo beneficios y ventajas allí en donde están. En primer lugar, son idolatrados como dioses por la izquierda “progresista” que se desvive por promocionarlos. La MML les proporciona diversos medios de apoyo que perderán si se trasladan. Además es muy posible que todavía sigan recibiendo pagos. Mientras estos incentivos sigan allí no habrá solución al problema. Es del todo incoherente mimar a unos invasores y luego pedirles que se vayan, y menos cuando ya alguien les prometió “viviendas dignas” gratuitas. Vayan a buscar a Susana Villarán quien es la causante del problema en lugar de machacar la tontería de que Castañeda no los reubicó.

lunes, 14 de noviembre de 2016

La deprimente realidad del progresismo


En estos días hemos descubierto algo sorprendente: que en el progresismo sobran los expertos en salud mental, específicamente en depresión. No solo eso sino que se vuelven expertos de un momento a otro. Todo a raíz de una simple frase de Keiko Fujimori en un evento partidario. Y como todo vale para atacar a Keiko, el progresismo emprendió una vez más sus obsesivas arremetidas contra Keiko para criticar una simple frase sin trascendencia. ¿Qué se puede comentar de este comportamiento tan ridículo del progresismo? Varias cosas.

Primero, hacía rato que los progres andaban como una jauría rabiosa merodeando en la calle, impacientes por la aparición de Keiko. La extrañaban. Sin ella no viven. Se limitaban a criticarla por su silencio y poco faltó para que hicieran una marcha exigiendo la reaparición de Keiko. Hasta que ella apareció en una actividad partidaria y dio un mensaje a sus seguidores. Fue suficiente para que el progresismo emprendiera nuevamente su cruzada anti Keiko.

El motivo no importa. La expresión de Keiko acerca de que solo los perdedores se deprimen, o algo así, no pasa de ser una expresión coloquial sin mayor relevancia. Pero fue la frase elegida por el progresismo para ensañarse con Keiko asumiendo la ridícula defensa de los pacientes con depresión y que “no son perdedores”. ¿No es un chiste? No. Es la triste realidad del progresismo de este país. Lo que nos lleva a estas opciones: a) ¿Son los progresistas realmente tan imbéciles que carecen de los más mínimos niveles de comprensión? b) ¿Son tan pueriles que usan cualquier cosa para seguir con su obsesión anti Keiko? 

En cualquier caso, el asunto refleja la pobreza mental del progresismo que está llevando la política nacional hacia el chiquero donde las izquierdas discuten por sus liderazgos múltiples y baratos. Es decir, discutir por nimiedades y utilizar cualquier cosa como pretexto para atacar sin mayor sentido, solo por atacar y criticar. Ni un solo progre se ha quedado sin opinar contra Keiko por el asunto de la depresión. Ni uno solo. Han hecho cola para lanzarle su piedra a Keiko y luego tomarse una foto para La República o La Mula. Hoy mismo siguen publicando sus columnas anti Keiko. Hasta el seboso ex procurador antifujimorista, Julio Arbizu, se estrena hoy como experto en depresión, como si no bastara con verlo para deprimirse. 

Desde luego que esto no es una defensa de Keiko Fujimori. Es simplemente una defensa de la racionalidad y la decencia en la política. No se puede recurrir a tan falsas y ridículas poses de defensa de supuestos agraviados, ni a un tema del cual no saben nada ni se han ocupado jamás en sus vidas, solo para usarlo como pretexto barato en la vieja cacerías de brujas de la progrería antifujimorista. Este espectáculo patético de progres cacareando sobre la depresión debe bastar para darnos cuenta de la clase de payasos de la política que son. ¿O creen estos pobres enajenados mentales que la gente se traga el cuento de que Keiko estaba insultando a los pacientes con depresión?

La política es un mundo de ideas, no de odios. Si quieren debatir, bienvenido el debate. Pero sobre ideas concretas. El mundillo progresista no es un escenario de ideas sino de odios. En ellos solo predomina el odio y el estigma hacia colectivos enteros no por sus ideas sino por lo que “representan” para los progres. De modo que para estos nada interesan las ideas ni los planteamientos. Todo lo que ellos combaten son colectivos enteros, que pueden ser clases sociales, partidos, empresarios y cualquier grupo humano que vean como enemigos. El progresismo se alimenta de odios y predica odios. Su mensaje desvirtúa las ideas para centrarse siempre en la estigmatización de estos colectivos señalados como enemigos. Su tarea es adoctrinar jóvenes en el odio a estos colectivos. Por eso siempre verán a los progres como jaurías hambrientas corriendo detrás de alguna víctima, sin importar el pretexto.

sábado, 12 de noviembre de 2016

Los odiadores condenan el odio ajeno


Ha resultado jocoso ver al progresismo criticando lo que llaman "el discurso de odio de Trump". Y es jocoso porque si hay que algo es consustancial al  progresismo es precisamente el odio. La izquierda es una postura que se sustenta casi exclusivamente en el odio. Surge en la juventud como un sentimiento de rechazo al mundo, a la autoridad y al orden establecido. Ideológicamente se ampara en el odio al "sistema" y se alimenta constantemente de odios diversos: al capitalismo, al imperialismo, a los EEUU, a las grandes empresas, a los ricos, etc. En buena cuenta el progresismo es una patología social de rechazo, odio y activismo destructivo.

Claro que todos esos odios están bien enmascarados. El progresista siempre anda disfrazado de "luchador social", una especie de súper héroe cuya misión es salir a combatir a los monstruos "en defensa de los más pobres". Todos los progres se alucinan ángeles de la justicia pero en realidad solo son pobres diablos del odio social y de la destrucción. Nunca han pasado de destruir lo que hay sin la menor capacidad para construir algo mejor y duradero. Todos sus experimentos sociales acaban en el más absoluto fracaso. Veamos a Cuba, que ha permanecido como una triste muestra de lo que fue el comunismo en el siglo XX. Veamos a la quebrada Venezuela, otro patético ejemplo de cómo el progresismo charlatán solo puede destruir y hasta quebrar al país más rico del planeta a base del discurso de odio que preconizaba Hugo Chávez. 

El progresismo ha salido a marchar a las calles con su habitual estupidez y violencia, para protestar contra el triunfo de Donald Trump. No es raro que la mayoría sean jóvenes. Son exactamente iguales a los contingentes juveniles que marchan en Lima contra Keiko. Por algo la estupidez es universal. Al progresismo no le importa un rábano la democracia, no respeta los votos ni la ley. En su mentalidad totalitaria solo cabe imponer su voluntad. Si los votos no apoyan sus posturas pues saldrán a las calles a imponer sus caprichos a pedradas. Ellos llaman a esa demostración callejera de salvajismo primitivo "verdadera democracia popular". Se escudan en un supuesto "derecho" a protestar, como si todos estuviéramos obligados a tolerar sus berrinches y desbandes callejeros con su griterío histérico. 

Nada nos sorprende al ver esas marchas o leer esas columnas contra Trump en los medios. Conocemos de sobra al progresismo y en especial, a esa fase larval del progresismo juvenil. No hacen más que confirmar lo que son: intolerantes, totalitarios, violentos y caprichosos. Nada nuevo.

lunes, 7 de noviembre de 2016

La estupidez progresista de utero.pe


Nuevamente el portal progre utero.pe se ocupa de nosotros para señalarnos como los malos de la película. Nada nuevo. Han llamado "estupidez y racismo" a los cuestionamientos que lanzamos sobre la pretensión progre de concretar el plan de Susana Villarán, consistente en regalarles vivienda a los invasores del AAHH Cantagallo, usando dinero de recursos municipales o endeudando a la ciudad. Como se trata de una idea de la progresista ex alcaldesa, debe ser santificada. Ella está exenta de toda crítica. Para el progresismo, Susana Villarán es sencillamente intocable. Es la santa patrona del rojerío, el progresismo y la caviarada. Nadie la investiga. 

Estupidez es pretender que los planes de Susana Villarán sean incuestionables. Estupidez es usar los recursos públicos para posar como santones de la bondad social. Estupidez es asumir las críticas como racismo. Acá no hay nada de racismo. Importa nada si se trata de shipibos, chalacos, norteños o rusos. Todo el asunto se resume a una sola cosa: el principio básico de la política decente que dicta no usar recursos públicos para hacer beneficiencia social de corte político, al estilo del chavismo. A los progres les encanta posar como buenos haciendo su caridad con dinero ajeno. Ya sabemos cuál es la debilidad de toda gestión de izquierda: regalar plata como cancha a cambio de votos. Por eso mismo se dice que el socialismo dura hasta que se termina el dinero de los demás.

No hay peor estupidez que la del progresismo cuando pretende apelar a acusaciones ridículas como el "machismo" cuando se critica a una mujer, o el "racismo" cuando está de por medio una etnia. El racismo corre más bien por cuenta de rojos, progres y caviares a quienes se les chorrean los pantalones cuando se trata de etnias o comunidades nativas. No es la primera vez que arde un AAHH completo en Lima y Callao, pero nunca habíamos visto tanto llanto progre como ahora, solo por tratarse de la etnia shipibo-conibo. ¿Y los demás no son ciudadanos también? 

Además de estupidez y racismo, hay que reconocer que los progres han mostrado toda su miseria al aprovecharse de la tragedia shipiba usándola como pretexto para atacar a su eterno enemigo, el alcalde Luis Castañeda. Eso ha sido lo más miserable de todo lo acontecido. Hemos visto hasta qué punto llega la perversión mental y moral de la progrería, utilizando la tragedia de los shipibos para volver a sus enfermizas campañas en contra de Castañeda. Lo han culpado de todo, incluso de haberles cortado la luz a los shipibos. ¿Hasta dónde puede llegar la estupidez progresista y el odio a Castañeda? Ahora resulta que Castañeda es el responsable por no haber continuado el proyecto Río Verde y no haber trasladado a los shipibos a un terreno "que ellos ya tenían". Por último lo han acusado de haber vendido ese terreno "de la comunidad shipiba". Mentiras y mentiras de estos enfermitos mentales que odian las obras de cemento y prefieren el floro y el arte.

Lo cierto es que el terreno no ha sido vendido ni es de la comunidad shipiba. Lo que deberían estar indagando los esforzados progres es por qué Susana Villarán compró apuradamente ese terreno a pocos días de acabar su gestión, cuando legalmente ya estaba impedida de irrogar gastos a la comuna. Nadie ha cuestionado esto ni se ha interesado por investigar los entretelones de esa compra por la que Susana Villarán pagó 17 millones por un terreno que valía 7 millones y que no iba a resolver el problema de los shipibos en lo absoluto. Así que todo ese humo que está vendiendo la jauría progre, desde los incapaces de utero.pe hasta la mermelera villaranista Rosa María Palacios, no pasa de ser nada más que basura mediática guiada por el odio.

Lo cierto es que la tragedia de Cantagallo ha servido básicamente para revelar, una vez más, el tamaño de la estupidez y de la imbecilidad de la izquierda progre y caviar. Pero sobre todo, para exponer sus grandes dotes de poseros de la caridad con dinero ajeno. Nadie más hipócrita que un progre o un caviar a la hora de posar como filántropos, siempre que sea con dinero ajeno. Nosotros no vamos a caer en esa pose barata de pedir casas y terrenos para nadie con gasto público. No hay que regalarle nada a nadie. No hay ninguna dignidad en vivir de los demás. Y menos dignidad hay en posar como filántropos con dinero ajeno. Eso es simplemente vulgar y propio de izquierdistas.

domingo, 6 de noviembre de 2016

El show progre continúa


Escribe: Dante Bobadilla Ramírez

Tremendo papelón es lo que han hecho el progresismo y la caviarada en medios y redes, atacando al alcalde Luis Castañeda a raíz del incendio en Cantagallo. ¿Qué tienen que ver el incendio con Castañeda? Nada. Absolutamente nada. Pero en el cerebro atrofiado de un progresista, cualquier cosa sirve para salir a atacar a Castañeda, incluso -y sobre todo- si se trata de una desagracia. Ninguna ocasión mejor que una desgracia para ponerse a lloriquear hipócritamente por los shipibos y señalar a Castañeda como el gran culpable. Es decir, en medio del infortunio de los nativos, estos miserables del rojerío no pierden ocasión para seguir con sus campañas de difamación y exterminio político.

Una de las cabecillas de la jauría progre-caviar que salió a difamar a Castañeda es la impresentable Rosa María Palacios, patética representante del periodismo mermelero villaranista que "acusó" a Castañeda de haber vendido el terreno "destinado a" los shipibos. Además de ser una acusación por demás estúpida, puesto que el alcalde tiene la entera potestad de administrar a su criterio los fondos y bienes del municipio según las prioridades que haya desarrollado en su plan, lo lamentable es que la acusación salga de una abogada. Pero más pueden el odio y la inquina que la razón. Nada razonable puede esperarse de alguien como Rosa María Palacios que vive del bajo oficio de la calumnia, del psicosocial y del odio. Hoy Rosa María Palacios no pasa de ser una simple difamadora profesional y activista de redes en defensa ciega de Susana Villarán. Es la principal troll del progresismo.

El Municipio de Lima ha salido a desmentir la venta. Pero eso no viene al caso, pues aun cuando se hubiera vendido ese terreno, no existiría ninguna falta de parte del alcalde. Por el contrario, lo que es muy cuestionable es la compra del terreno por parte de Susana Villarán faltando una semana para dejar el cargo. Habría que investigar por qué compró ese terreno con tanto apuro y pagando más del doble de su valor, pues desembolsó 17 millones de soles por un terreno que tres años atrás una empresa fantasma había comprado por 7 millones. Es decir, un negociazo. Ahora esa empresa ya no existe. Desapareció. O sea, se creó exclusivamente para hacer ese movimiento. Pero ese curioso proceso de compra-venta que irrogó pérdidas al Municipio de Lima no es del interés de la progrería. Para ellos Susana Villarán es intocable. Es la santa patrona de la progrería.

El cacareo general del progresismo parte de un hecho curioso: el terreno estaba "destinado para los shipibos". En realidad, la idea de la alcaldesa Susana Villarán fue copiar el modelo de la Misión Vivienda de Hugo Chávez para construir un complejo habitacional a costo del Municipio y regalarles viviendas a los shipibos. ¿No es lindo? Lo curioso es que nadie cuestiona esto. Como si regalar viviendas fuera una de las funciones de la Municipalidad de Lima. ¿Es que se nos subió el socialismo regalón a la cabeza? ¿A santo de qué habría que regalarles viviendas a los shipibos? ¿Y por qué no a otros AAHH? Después de todo, lo que sobra en Lima son AAHH llenos de invasores que viven en la precariedad y hasta se incendian de tanto en tanto. ¿Por qué nadie cuestiona esta ridícula idea de regalar viviendas? Eso es lo sorprendente. Parece que Susana Villarán tenía en sus planes reelegirse con esos votos, al igual que Hugo Chávez.

Tampoco es la primera vez que un AAHH se incendia. Ocurre con frecuencia. Solo hay que investigar en la web. En los últimos años han ardido AAHH del Callao y del cono norte. Pero claro que en tales ocasiones el progresismo no se rasgó las vestiduras ni salieron a lloriquear por las redes. Lo hacen ahora, somo vimos, solo porque tienen algo con qué atacar a Castañeda. Aunque en realidad se trata de una sinrazón. Es pura estupidez y nada más. Por último, cabe señalar que el famoso y tan mentado proyecto "Río Verde" no pasaba de ser una maqueta de cartón y un bosquejo en papel de parte del arquitecto Augusto Ortiz de Zeballos.  No había nada más. Lo del terreno comprado es algo que debería investigarse porque huele a negociado. 

Ya es tiempo pues de frenar la cantaleta progresista y el psicosocial de la prensa basura roja. Una vez más han hecho un papelón y su campaña ha quedado en el ridículo. Pobre Rosa María Palacios.

sábado, 5 de noviembre de 2016

El típico idiota antifujimorista


Escribe: Dante Bobadilla Ramírez

Mucho se habló del “típico idiota latinoamericano” en libros que retrataban al seguidor del marxismo en el siglo pasado. Mario Vargas Llosa describió también al típico progre peruano en algunas novelas. Era un recitador memorístico de versículos de Lenin y Mao, con sus libritos bajo el brazo y su infaltable revistita semiclandestina, comprometido hasta los huesos con “la causa”, presente en toda movilización estudiantil callejera, coreando consignas con el puño en alto, luchador contra el imperialismo yanqui, orgulloso de sus pasos por Seguridad del Estado, polemista combativo y apegado a las fórmulas retóricas progresistas. Soñador de la alianza obrero-campesino-estudiantil, convencido de que la lucha armada era el único camino de salvación para el pueblo. Pero todo eso ha cambiado.

Es hora de hablar del típico idiota antifujimorista. Los hay de varias clases. En primer lugar está, para variar, el estudiante universitario: el pulpín. Es casi inevitable que el progresismo se apodere de los jóvenes. Ser progre es parte del desarrollo mental. Una parte primitiva, en la que no hace falta ningún conocimiento. Bastan los sentimientos y las emociones. Un progre pulpín es básicamente un exaltado que irrumpe con violencia contra cualquier cosa que le provoca odio. Esta condición de los jóvenes ha sido aprovechada siempre por la izquierda para adoctrinarlos en ideologías del odio, en aras de un bien abstruso. Luego les dan los medios y pretextos para expresar sus odios a través del mito, la consigna y el simbolismo cursi.

Hoy los pulpines progres se pasan la vida aprendiendo a odiar a Fujimori, como “símbolo de la corrupción”. Es todo lo que saben porque en los noventa apenas se limitaban a lactar. Pero han llenado las redes sociales con cuentas basura de “la memoria” para publicitar vladivideos y la mitología antifujimorista progre. No salen de ese reducido mundillo “fujimontesinista” sazonado por el odio y la diatriba. Su perfil es siempre un avatar infantil. Su vocabulario se reduce a “Chino rata, genocida, corrupto”, llaman a cualquier opositor “fujitroll” y lo mandan a recoger su táper. Es todo lo que cabe en su chip.

Tienen un botón que activa directamente su hipotálamo para salir a marchar como robotitos contra Fujimori, cacareando las mismas relamidas consignas de odio, cargando las clásicas pancartas repletas de memes e insultos. No marchan contra los jueces que liberan delincuentes o por la crisis de la salud pública. Nada de eso les importa. El único interés del típico idiota antifujimorista pulpín es marchar contra el fujimorismo, cualquiera que sea el motivo. Para ellos es como una fiesta de Halloween.

Otra versión del típico idiota antifujimorista está en la prensa. Son parte del montón de la mediocre prensa nacional, que navega orgullosa en el mar de su ignorancia, llevando a cuestas su penosa limitación intelectual para limitarse al mito y el cliché. El antifujimorismo es una pose de moda para ellos, tal como lo fue el marxismo para la pituquería miraflorina en el siglo pasado: solo una pose intelectual y moral. Hoy el antifujimorismo es el disfraz de cualquier periodista mediocre que desee posar como defensor insobornable de la moral política y luchador infatigable de la democracia. Es el disfraz barato que popularizaron Alejandro Toledo y Fernando Olivera.

Algunos le añaden un condimento “intelectual”, mencionando las conclusiones del Informe Final de la CVR, aunque no hayan leído el informe ni entendido el entramado sociológico que lo sustenta. Sería demasiado esperar algún conocimiento histórico sobre el terrorismo y la situación del Perú en el último cuarto del siglo pasado, al menos. En realidad no pasan de la mitología caviar sobre los noventa. Estos periodistas suelen ser hipercríticos y agresivos hasta la histeria con todo lo que signifique fujimorismo. Son ciegos, sordos y mudos para las faltas y delitos de muchos, excepto con el fujimorismo. No importa lo que ocurra en el país, sus caricaturas, columnas y comentarios estarán orientados cada día en contra del fujimorismo. Algunas parecen formar un Frente Único Antifujimorista Mediático. Al oírlas, en ocasiones, he pensado que el antifujimorismo ya debería ser declarado un problema de salud mental, y diseñar políticas públicas en el MINSA para combatirlo.

Hay otras presentaciones del típico idiota antifujimorista que comentaremos en otra ocasión. Pero es bueno alertar sobre la perturbación de la política y el daño que estos sectores pueden causar, como ocurrió ya con el antiaprismo en el siglo pasado.

Fuente: El Montonero

viernes, 4 de noviembre de 2016

La progrería abraza la causa de los shipibos


Escribe: Dante Bobadilla Ramírez

Hoy ha sido un día especial para la cofradía progresista limeña, esa que vive combatiendo a Castañeda día y noche, cuando no está fustigando al fujimorismo o al Apra. El incendio ocurrido esta mañana en un AAHH de Cantagallo, lugar de refugio informal de inmigrantes de la etnia shipibo-conibo desde hace 16 años, ha servido para que todo el progresismo suelte su artillería contra el alcalde Castañeda. Ahora resulta que todo el infortunio por el que están pasando los shipibos es culpa de Castañeda. Ni más ni menos. La buena de la película es, para variar, la ex alcaldesa progre Susana Villarán.

A ver, recapitulemos. Los shipibos fueron traídos a Lima por Alejandro Toledo para rellenar su marcha de los cuatro suyos. Luego de llegar a la presidencia, se desentendió de ellos dándoles la espalda por años. Pero claro, la progrería nunca culpará a Toledo. Ni siquiera lo han mencionado. Ni un solo reproche se ha oído de parte del progresismo combativo y moralista en contra del fanfarrón de Toledo.

En lugar de regresar a su tierra, los shipibos se instalaron precariamente en la ciudad invadiendo un terreno aledaño al río Rimac. Nadie tuvo coraje para desalojarlos. Como de costumbre, todos se hicieron de la vista gorda y dejaron que el problema crezca. Es la metodología política en el Perú. Hasta que un día llegó Susana Villarán a la alcaldía y alegremente se comprometió a solucionarles el problema apelando al discurso de la multiculturalidad, la diversidad, la inclusión y otras perlas retóricas del progresismo. Susana Villarán prometió a los shipibos regalarles viviendas nuevas dentro de un proyecto llamado Río Verde que nunca se terminó por completo ni se financió en su totalidad. Es decir, nunca pasó del plano y el bosquejo. Una linda y ensoñadora idea de arquitectos urbanistas progres como Augusto Ortiz de Zevallos promocionan con interés. No vamos a decir que la idea es mala. Por el contrario, es linda. Solo que poco realista para los recursos y prioridades de una ciudad caótica como Lima, que se ahoga en los atolladeros del tránsito.

Luego el alcalde Castañeda cambió la prioridad destinando esos recursos a atender el caos del tránsito para hacer un by-pass, de los muchos que necesita con urgencia la ciudad. Desde mi punto de vista resulta una medida acertada. Además es entera competencia del alcalde decidir la prioridad de los recursos y el orden de los proyectos. Nadie le puede objetar ese derecho. Así es que toda esa cantaleta progre por el uso de los recursos en el by-pass de 28 de julio carece de sentido. Además resulta sumamente estúpido andar condenando el cemento y el ladrillo. Los progresistas ya deberían darse cuenta de la estupidez de sus posturas anti obras, como si la gente viviese del floro y las plantas.

Por otro lado, no creo que la ciudad (es decir, todos nosotros) tengamos que ocuparnos de dar solución a la suerte de los shipibos. Hay muchos otros asentamientos humanos en Lima y sería absurdo atribuirle al Municipio la solución de todos ellos regalando viviendas. La Municipalidad no es una Beneficencia, por más que la progrería tenga esa idea. Es francamente risible leer comentarios como el publicado en Utero.pe como esto:

"Con la anterior gestión municipal, liderada por Susana Villarán, se planteó el proyecto Río Verde... Entre otras cosas, planteaba la reubicación de las familias a un complejo multifamiliar en la zona de Campoy. Además, se garantizaba la creación de este espacio como una forma de dinamización de su producción cultural y de encuentro con la ciudad para que esta los reconozca y valore como parte del mosaico de culturas y cosmovisiones que enriquecen a todos".

¿No es lindo? Francamente estos progres se merecen un premio: "un espacio como una forma de dinamización de su producción cultural y de encuentro con la ciudad para que esta los reconozca y valore como parte del mosaico de culturas y cosmovisiones que enriquecen a todos". ja ja ja Disculpen pero no aguanto la risa cada vez que leo la retórica progresista. Es que resulta tan jocosa. ¿Cómo pueden escribir tanta basura? Es francamente sorprendente.

El caso es que tras el incendio de esta mañana, la progrería en pleno ha salido a maldecir a Castañeda y a culparlo de todo. Ha sido una competencia de poserismo progresista para ver quién lloraba más por los shipibos y quién se indignaba más contra Castañeda. Una contienda bien difícil. Han clamado por ayuda para los shipibos, pero claro, ayuda del Municipio de Lima. Ni un solo progresista de la ciudad se ha quedado sin tuitear su indignación por la falta de apoyo de la MML a los shipibos. Han llamado a Castañeda de "insensible" para abajo. Lo que me gustaría sabes es cuántos de estos indignados progresistas se han acercado a Cantagallo a llevarles una ayuda personal, dinero de sus propios bolsillos, o han ido para acogerlos en sus casas. Tanta consternación y sensibilidad social debería darles para practicar la benevolencia y el altruismo con sus propios recursos. Pero no. Una vez más el show del progresismo en las redes ha sido solo para posar como buenos chicos, seres sensibles y altruistas, pero solo para exigir que el Municipio de Lima ayude a los shipibos. Ellos en ningún momento se mojan las manos. Una vez más la hipocresía progresista salió a la luz. 

Es muy fácil posar como buenos pidiendo que otros se encarguen del problema. Es muy cómodo salir a posar como buen altruista siempre que el dinero gastado sea el de otros. El show que esta mañana han desplegado los progres ha sido patético. Un ridículo cargamontón contra Castañeda como si él tuviera culpa de algo. Castañeda no los trajo a Lima, no los mandó a vivir en esas condiciones en ese lugar ni les ofreció nada. Ha sido Susana Villarán que se llenó de promesas y se fue sin hacer nada. Ya es tiempo de que este país aterrice y deje de soñar en el floro progresista. Nada es gratis y en esta ciudad tenemos prioridades que atender y estas no empiezan precisamente por las ayudas ni el floro ni los parquecitos. 

La masacre de Barrios Altos



Por: Víctor Robles Sosa

Casi 18 años después de la matanza de Barrios Altos, acaecida en la calle Huanta de Lima el 3 de noviembre de 1991, los entretelones ocultos de aquel episodio trágico salen a la luz pública por primera vez, en este informe especial, para que el mundo entero sepa la verdad. Durante ese tiempo, se afirmó que las 15 personas ejecutadas extrajudicialmente aquella vez eran inocentes, y que se les ejecutó como parte de una represión indiscriminada con la que el estado quiso aterrar a la población. Según este testimonio clave, todos los ejecutados, excepto el niño fallecido accidentalmente, eran terroristas o cómplices de estos.

En otro caso parecido (La Cantuta, diez muertos), los periodistas Álvaro Vargas Llosa, Efraín Rua y Ricardo Uceda descubrieron años después que las víctimas eran activistas de Sendero Luminoso, pero en lo que respecta a Barrios Altos nadie indagó a fondo lo ocurrido. En el año 2005 se supo que un agente del servicio secreto arrestado había sido testigo directo de lo sucedido en el famoso solar del jirón Huanta, pero nadie se atrevió a buscarlo y entrevistarlo por razones que no vienen al caso abordar ahora.

Aquel testigo es el ex agente de inteligencia del ejército Douglas Arteaga Pascual, quien lo contó todo ante el tribunal que lo juzga injustamente, acusado de presunto violador de derechos humanos. La Fiscalía ha reconocido que Arteaga jamás integró el Grupo Colina, pero igual lo acusa absurdamente de “complicidad”, por razones políticas.

Este periodista logró acceder a las actas judiciales que registran el testimonio que brindó Arteaga a la 1ª Sala Penal Especial de Lima que preside la vocal Inés Villa Bonilla, y a partir de ella hemos conocido los hechos ocultos que hoy salen a la luz en este informe.

Como consta en las actas respectivas, el agente Arteaga declaró al tribunal que vivió tres años (1989-1991) en el solar del jirón Huanta donde se produjeron los hechos, como infiltrado en una célula de Sendero Luminoso que tenía su base en esa quinta.

Arteaga rindió su testimonial en tres audiencias consecutivas de la sala Villa Bonilla realizadas los días 15, 22 y 29 de marzo del 2006. Su declaración había sido mantenida en secreto total, hasta ahora.

Infiltrado

En la primera acta, consta que Arteaga se infiltró en Sendero Luminoso en 1989 cumpliendo un plan del Servicio de Inteligencia del Ejército (SIE) llamado “Telaraña”, que tenía por objetivo original recoger información sobre la penetración terrorista en las ONG y en los partidos políticos de izquierda marxista. El agente fue “sembrado” primero en un asentamiento humano de Villa El Salvador, simulando ser un vendedor ambulante que trabajaba de noche y de día era un activista de la organización vecinal de su sector, en la que después logró hacerse elegir dirigente. Dicho cargo le permitió asistir a las asambleas de la Comunidad Autogestionaria de Villa El Salvador (Cuaves), donde fue contactado por una ONG izquierdista que le sirvió para infiltrarse en los partidos Patria Roja y Partido Unificado Mariateguista (PUM), marxistas.

Después de un trabajo paciente, y con ayuda de un supuesto militante del PUM, fue contactado por Sendero Luminoso. Un senderista, según el testimonio de Arteaga, lo buscó en su puesto ambulante y le pidió que lo acompañara a recoger latas vacías (usadas para hacer granadas artesanales) en los basurales de Pampas San Juan. Poco tiempo después lo invitó a un “bingo” que resultó ser una reunión clandestina en la que le obsequiaron ejemplares del vocero terrorista El Diario.

“Empiezo en La Rinconada, me llevan a un local en la noche, era de esteras y allí estaban reunidos jóvenes, y dicen hay un nuevo compañero, bienvenido seas… recibí clases de entrenamiento político, ideológico, como 15 días… los instructores nos hablaban de Marx, Lenin, pensamiento Gonzalo, había documentos…Lo primero que aprendí fue la regla de oro (nunca admitas que eres del partido)…”.

El SIE le ordenó entonces que trabajara exclusivamente dentro de Sendero, para lo cual le dio una identidad falsa junto con el nombre clave de “Abadía”, y le prohibió visitar las instalaciones militares. Un tiempo después, el agente llegó a ser “mando político” de la célula de Sendero Luminoso que actuaba en Barrios Altos.

Las “polladas”

Sobre su paso por la “escuela popular” de terroristas, Arteaga declaró a los jueces que aquella estaba a cargo de personas jóvenes de carácter endurecido por el fanatismo, algunas de los cuales venían de provincias. “Eran duros, me estudiaban psicológicamente para ver si estaba mintiendo. Tuve varias citas con ellos, me hicieron preguntas muy duras… pero aprobé esos exámenes, lo supe hacer porque yo sabía de interrogatorios…después me dijeron te vas compañero a tal sitio, me destacaban a varios destacamentos de células, acá en Lima”, relató.

El agente también les contó a los jueces como enviaba sus informes al Puesto de Inteligencia de Lima (PIL): “Normalmente mandaba mis informes cada 15 días, 20 días, de acuerdo a como se presentaba la oportunidad… informes, directivas, nombres, relaciones, croquis, locales donde se estaban realizando actividades… todo con lujo de detalles… me cuidaba después que los aniquilamientos fallaban… yo daba cuenta a mi comando advirtiendo que iba a haber un atentado a esa autoridad, contra ese puesto, etc…”.

En ese mismo testimonio, confirmó que en 1991 Sendero Luminoso realizaba polladas libremente en varios distintos puntos de Lima, sin que nadie molestara a su gente.

“En el año 91 todo estaba normal… las polladas que se realizaban eran normal… no solo en la zona de Barrios Altos, en diferentes lugares: en San Fernando (facultad de Medicina de San Marcos), también en el mercado de Lince, en Villa El Salvador, etc.”

“Cuando había ceremonias por el cumpleaños del camarada Gonzalo siempre se realizaban eventos… y en nuestros cumpleaños hacíamos velas con la forma de la hoz y el martillo… no había por qué temer entonces”.

Arteaga reveló luego que después de haber pasado por la “escuela popular” de formación de terroristas fue enviado a integrarse en un destacamento integrado por siete personas, encargado de realizar atentados en diferentes zonas de Lima.

Barrios Altos

Al testificar sobre lo sucedido en Barrios Altos, declaró a la sala que el solar del jirón Huanta donde se produjeron las ejecuciones judiciales del 1 de noviembre de 1991 era una base de operaciones de Sendero Luminoso. Precisó que cada vez que Sendero ordenaba que su destacamento ejecutara un ataque, él y los demás terroristas del grupo eran encerrados tres días antes en un cuarto de dicho solar, y de allí salían directamente a cumplir su misión criminal, a las 7 u 8 de la noche. Con respecto a la pollada cruenta del 1 de noviembre, Arteaga contó de manera detallada como fue organizada aquella reunión fatídica: “La actividad, la pollada que estaba prevista, la hemos hecho nosotros, el partido (Sendero Luminoso)…”

“…Los vecinos sabían y no decían nada, sabían que éramos compañeros…Yo trabajé dos años en esa casa, me conocen todos los vecinos, me conocen como de ahí, pero no sabían que me llamaba Arteaga…”

El agente precisó que durante los dos años vivió en una habitación del primer piso, que compartió con la familia del “compañero” Filomeno León León, uno de los ejecutados extrajudicialmente.

“El compañero León era mi amigo, no lo niego… vivía con él en ese cuartito que él alquilaba. León arreglaba cocinas, había un televisor grande y sobre el televisor había siempre un gato grande, le decíamos Pirincho, era nuestra mascota…”, afirmó. En otro momento, declaró al tribunal que Sendero Luminoso tenía dos locales en la quinta del jirón Huanta, y los ocupó en principio con el objeto de asesinar al entonces primer vicepresidente de la república y presidente del Congreso Máximo San Román.

“¿Por qué creen que (los senderistas) tomaron ese local de Barrios Altos?. Les voy a decir la verdad, para que sepa todo el mundo, es sorpresa quizá para ustedes: Cuando en ese tiempo estaba el ingeniero (Máximo) San Román de vicepresidente, por ese lado pasaba todos los días con su carro negro, por el jirón Huanta; entonces ¿Cuál era el objetivo? Era accionar, a través de un control remoto (una bomba), para volarlo con su carro. No se llevó a cabo eso porque peleó, hubo problemas, pero ese era el objetivo…”, narró Arteaga Pascual.

También reveló que el grupo terrorista del solar del jirón Huanta utilizaba triciclos y carros de heladeros para transportar dinamita, anfo y armas. “En esos triciclos, que vendían aparentemente macetas y abono para plantas, en Miraflores y San Isidro, llevábamos el anfo, en los maceteros vacíos llevábamos los medios…, también en las carretillas de Donofrio, de heladero…”, declaró.

Guarida terrorista

En la audiencia del 22 de marzo, preguntado por la presidente del tribunal para que haga algunas precisiones a su anterior declaración, Douglas Arteaga reveló que en el departamento que ocupaba junto con Filomeno León, había una base y una “escuela popular” que tenían como cubierta un supuesto taller de reparación de cocinas:

“En ese ambiente había una escalera de madera sobre el piso, pegada a la pared, (por la que) nosotros, de rato en rato, cada hora o media hora, subíamos al segundo piso (altillo), donde había siete u ocho camarotes, ahí dormíamos. Y no solo yo, venía gente de provincia y se alojaba allí… hacían un trabajo (atentado) en Lima y se regresaban”

“Tapábamos ese recuadro (entrada) del techo raso y quedaba como si no hubiese nada… cuando alguien llegaba, no se veía ninguna escalera y el techo raso estaba normal… se ponía un radio o un televisor encendido a volumen, y arriba, en la pizarra acrílica, se daba instrucciones… la escuela funcionaba normalmente”.

“En la puerta (del solar) había un letrero ‘se arreglan cocinas Surge’, y ahí estaban las herramientas, ahí estaba el señor arreglando, el compañero…”, pero todo era aparente, para encubrir las verdaderas actividades que realizaban los terroristas en el lugar.

Después de la matanza

En la audiencia del 15 de marzo, Arteaga contó otro hecho inédito: los terroristas que sobrevivieron a la incursión con ejecuciones extrajudiciales en el viejo solar de Barrios Altos se reunieron al día siguiente de esos hechos, para hacer un balance de lo sucedido:

“Después de este problema que hubo (la matanza) hemos hecho un arqueo, un balance, al día siguiente que pasó esto. Nos hemos reunido en Acho, donde un compañero de nosotros… hemos hecho como que hemos ganado… A mi me ha sorprendido que en el segundo piso (del solar) también se realizó una pollada… eso no estaba previsto”

Arteaga dio a conocer después que la dirigencia limeña de Sendero Luminoso había ordenado que se cancele la pollada fatídica del jirón Huanta, pero aquella orden se incumplió porque las invitaciones ya habían sido repartidas y confirmadas. Además, según reiteró, las polladas de terroristas eran frecuentes y nunca había ocurrido nada:

“El Comité (Sendero) nos dijo la actividad se va a suspender, ya no vayan compañeros, ya no vayan. Pero fue muy tarde, porque ya se habían repartido las tarjetas, 15, 20 tarjetas en cada una de las diferentes bases… para que vayan y colaboren con el partido…”.

Arteaga dijo que él mismo vendió tarjetas de la pollada a varios terroristas y miembros de base de Sendero Luminoso que asistieron a la reunión y murieron en ella. En la misma audiencia, el agente de inteligencia relató al tribunal que durante el tiempo que permaneció infiltrado en la banda armada maoísta se esforzó por demostrar que era un buen agente del servicio de inteligencia del ejército:

“Quería esmerarme, quería demostrar que podía combatir solo… las claves y señas que aprendí adentro las mandaba por escrito (al SIE). Aprendí un montón de claves dentro del partido… las daba (al SIE) y ellos las empleaban. Entonces yo desbaraté, rompí esa clave para poder capturarlos. Por eso me siendo orgulloso, siento que he cumplido mi misión…”.

“Lo he hecho porque tenía ese coraje, tenía esa valentía, digamos esa argucia, ese arte de uno que le gusta trabajar sin ser descubierto. No me han descubierto en tres años que he trabajado con ellos, ni siquiera he dejado que salga una sospecha… yo me siento como un héroe… he combatido al enemigo…”, agregó Douglas Arteaga.

Masacre de Húsares

En las actas judiciales consta además que Arteaga narró que la célula senderista de Barrios Altos perpetró el ataque terrorista contra el ómnibus de la escolta presidencial Húsares de Junín, acaecido el 3 de junio de 1989, en el que murieron seis soldados y un policía. Este hecho continúa aún en la impunidad, sin haberse esclarecido judicialmente.

Con lujo de detalles precisó que los terroristas que asesinaron a los Húsares de Junín se disfrazaron de basureros con ayuda de infiltrados en el sindicato de obreros de la municipalidad de Lima que les dieron los uniformes y carros recolectores. Aquel día los criminales colocaron una bomba debajo del bus militar y lo hicieron volar en pedazos.

En el atentado también fue asesinado un policía que repelió a los terroristas con su pistola, y quedaron heridas once personas entre militares y civiles. La onda expansiva de la potente bomba destruyó además 11 casas modestas.

La versión del agente indica igualmente que en aquel ataque resultaron heridos algunos terroristas. En el acta está registrado así:

“En (la plaza) 2 de Mayo nos juntamos en la noche (anterior) para repartir los cochecitos de hacer la limpieza en la madrugada… inclusive tengo ex camaradas que están heridos de ahí, se han quedado lisiados…”

¿Libias senderista?

En la audiencia judicial del 29 de marzo del 2006, el agente Arteaga hizo una revelación importante que tampoco mereció la atención de las autoridades judiciales, ni del representante del Ministerio Público, al testificar que el sobreviviente de la matanza de Barrios Altos Tomás Libias Ortega es al parecer miembro de Sendero Luminoso.

La abogada Milagritos Malpica Risco le preguntó así a Arteaga: “La sesión pasada usted nos mencionó de que había una persona sobreviviente que era miembro de su partido (Sendero), no recordaba el nombre, pero ¿si yo se lo digo puede usted reconocer a esta persona por el nombre de Tomás Libias Ortega?” El agente respondió lo siguiente: “Así es, doctora… exacto doctora, con él he ido varias veces a La Parada, a La Victoria, al comité (senderista) de La Victoria, doctora”

Libias ha sido presentado por algunas ONG de derechos humanos como víctima inocente, ajena al terrorismo, y en esta misma condición participó como testigo de cargo de la parte civil en el juicio a Alberto Fujimori por los casos Barrios Altos y La Cantuta. Es cierto que un solo testimonio es insuficiente para llegar a una conclusión, pero si se realizara una investigación independiente y objetiva sobre lo revelado por “Abadía”, se corroboraría su autenticidad o falsedad. No obstante, nadie ha querido investigar.

Proclamados inocentes

No obstante todo lo mencionado, la sala penal suprema que integran los vocales César San Martín, Víctor Prado y Hugo Príncipe, absolvió de toda sospecha de terrorismo a los de Barrios Altos. Esta decisión es sospechosa ya que dicha sala conoció el testimonio de Arteaga, según consta en la sentencia a Fujimori, en la que citan textualmente pasajes de dicha testimonial. Todo indica que el tribunal tomó solo la parte de la declaración que le convenía.

El 5 de mayo pasado fue presentada al Congreso de la República una denuncia constitucional contra los vocales San Martín, Prado y Príncipe, por haber exculpado indebidamente del delito de terrorismo a los de Barrios Altos y La Cantuta. 

Los graves crímenes atribuidos por Arteaga a la célula terrorista que tenía su base en la vieja quinta del jirón Huanta han sido ignorados por las autoridades jurisdiccionales que tienen la obligación de hacer justicia a las personas que fueron asesinadas por ese grupo senderista.

“Abadía” ha identificado plenamente a los autores de la matanza de los Húsares de Junín, también a los que intentaron asesinar a Máximo San Román y cometieron otros atentados, pero ninguna autoridad fiscal o judicial ha hecho algo para esclarecer tales crímenes.

Según consta en las actas, el testimonio del agente fue escuchado por las vocales Inés Villa Bonilla, Inés Tello de Ñecco e Hilda Piedra, y ninguna de ellas le demandó al fiscal que cumpliera con su deber de denunciar a los presuntos terroristas. También lo escuchó el fiscal superior Jorge Cortez Pineda, quien estaba obligado a investigar de oficio los hechos denunciados por Arteaga, pero tampoco lo hizo.

La misma actitud asumió el entonces Procurador Público (abogado del gobierno) para el caso Barrios Altos, Pedro Gamarra Johnson, actual máximo procurador anticorrupción.

Estuvieron presentes igualmente los abogados Gloria Cano Legua, David Velasco Rondón y Gustavo Campos Peralta, de las ONG Aprodeh, Fedepaz y Comisedh, quienes tampoco han defendido los derechos humanos de las víctimas de los terroristas de Barrios Altos, más bien han ocultado este tema, cubriéndolo con un manto de silencio cómplice e injusto. Esta actitud asumida por las autoridades señaladas es al parecer delictiva. Y en el caso de las ONG, no sería ilegal, pero sí es politizada, inmoral y repugnante.