domingo, 28 de febrero de 2016

El candidato de las tachas


Escribe: Dante Bobadilla Ramirez

La situación en que el Sr. Julio Guzmán ha colocado al Perú en vísperas de las elecciones resulta algo preocupante. Aunque la mayor responsabilidad recae en los órganos electorales que no han tenido la entereza necesaria para aplicar la ley, tomándose libertades interpretativas que han puesto en peligro la estabilidad jurídica del país. Lo que hay en este momento es precisamente eso: incertidumbre e inestabilidad. Y justamente para evitar este escenario es que se hacen las leyes y reglamentos, y se crean y mantienen instituciones con autoridades que se estiman competentes. Pero evidentemente, todo eso es apenas una fantasía en un país tercermundista como es el nuestro.

Hasta este momento se han presentado 15 tachas en contra de la candidatura de Julio Guzmán, y no es para menos, pues los demás partidos que sí cumplieron las exigencias de ley se ven afectados. Por lo pronto el JEE y el JNE han desestimado algunas tachas por carecer del voucher de pago, algo que no debería impedir una tacha pues el derecho de tacha tendría que estar por encima de un formulismo legal, que es solo un trámite administrativo. ¿No es así como interpretan las leyes el JEE y el JNE? Ellos mismos se han colocado en esta situación de inestabilidad jurídica al jugar con la interpretación dejando de lado lo que establece la ley en blanco y negro.

Lo que agrava más el panorama es el resultado de las encuestas en las que Julio Guzmán aparece en el segundo lugar con 18% de la intención de voto, pues si se tratara de alguien que no supera ni el margen de error pues no tendría mayor relevancia. Pero curiosamente Julio Guzmán se ha convertido de la noche a la mañana en una estrella electoral. Una buena cantidad de jóvenes, especialmente de la progre pituquería limeña, según el desagregado de las encuestas, lo está apoyando con entusiasmo. Al parecer se trata del mismo electarado de siempre, el que apoyó a Ollanta Humala y luego le pidió que les devuelva su voto y el que salvó a la alcaldesa Susana Villarán.

Hay que recordar que el 80% de la PEA pertenece al sector informal. Esto quiere decir que a la gran mayoría no le interesa un comino quién gane las elecciones, porque igual no pagarán impuestos ni se verán afectados por las ridículas leyes laborales, ni les importa un pito lo que hagan con el contrato del gas. Toda esta gente que solo va a votar para no tener que pagar la multa, vota por joder o dar la contra, se sale de cualquier criterio político y apuesta por el que está más de moda, lo novedoso, el diferente, etc. En este sentido, la democracia acaba siendo otra ficción de país tercermundista. Por eso tenemos lo que tenemos en política. Es igual que la TV: hay que darle a la gente lo que la gente pide. Y si ellos piden basura, pues eso tendrán.

La tendencia es la misma desde hace 30 años, cuando el electarado prefirió votar por un mozalbete de 35 años que no sabía nada de nada. Era 1985 y Alan García apareció como la gran novedad. Solo tenía un rostro joven y una charlatanería imparable. La gente dijo que era hora de darle paso a la nueva generación, así que dejaron de lado a Luis Bedoya Reyes, el mejor alcalde que haya tenido Lima en toda su historia, y eligieron a Alan García en primera vuelta. Luego de eso el Perú por poco desapareció del mapa. Alan García, con su demagogia barata, hizo el peor gobierno de la historia y nos mandó a las puertas del infierno. Pero el electarado no aprendió.

En 1990 se presentó Mario Vargas Llosa, sustentado por una gran coalición de partidos, exponiendo ideas frescas para cambiar el país hacia un modelo liberal, dejando atrás el socialismo fracasado. Sin embargo, un chinito apareció de la nada subido en un tractor y encandiló al electarado. Para espanto de todos, Mario Vargas Llosa, uno de los más ilustres pensadores liberales del mundo, perdió ante el chinito Alberto Fujimori a quien pocos meses atrás nadie conocía. Afortunadamente hizo todo lo que dijo que no haría. Es decir, aplicó el modelo de MVLL. O sea, se burló del electarado, un ejemplo que luego otros seguirían. 

Pero el electarado realmente se ganó su título oficial en el 2011, cuando prefirió apostar por un cachaco ignorante, sin oficio ni beneficio ni trayectoria política, salvo como golpista y conspirador, sin cuadros ni partido organizado, liderando con su esposa una combi repleta de tránsfugas y trepadores, con progres y caviares infiltrados más los resentidos sociales del antifujimorismo cavernario. Eso pasó apenas luego de haber elegido a la incapaz de Susana Villarán -y su manga de progres inútiles- como alcaldesa de Lima.

Dicen que la historia debe conocerse para que no se repita. Pero en este país se repite siempre. Nada puede detener la fuerza imbatible del electarado. Hoy mismo están apostando por Julio Guzmán, un mequetrefe al que nadie conocía hace solo seis meses, un improvisado sin partido que está reclutando a última hora a toda clase de trepadores y tránsfugas, una combi electoral a la que ya se están subiendo nuevamente los mismos progres y caviares que apoyaron a Ollanta y Nadine. Y la excusa vuelve a ser la misma: librarnos del fujimorismo. Otra vez la misma historia. 

viernes, 26 de febrero de 2016

El fin de la aventura


Escribe: Dante Bobadilla Ramírez
Fuente: El Montonero

La pareja presidencial Humala-Heredia acaba su gestión arrimada contra las cuerdas. Irrumpieron en la escena política como modernos Manco Capac y Mama Ocllo, cuando en realidad eran Bonnie & Clyde. Los delirios tropicales que llevan hacia la exaltación de la propia persona, convencido de estar llamado por el destino para ser el guía del pueblo y salvador de la patria, es una patología recurrente en estas latitudes. Incluso está plasmado en la literatura en obras como Yo el supremo, El otoño del patriarca y La fiesta del Chivo. No cabe duda que los Humala-Heredia aportan material para otra novela de este corte, con un triste final señalado por el crujir de rejas cerrándose. El añadido perverso acá sería la utilización de un iluminado Ollanta por parte de una inescrupulosa Nadine. Pero más allá de estos detalles, el país necesita hacer una profunda reflexión para saber cómo fuimos timados por esta pareja de trepadores.

La parejita de marras eran inicialmente un trío, pero Ollanta y Nadine pronto se deshicieron de Antauro, quien fue la primera de sus víctimas. Luego fue Hugo Chávez, quien los mantuvo por cinco años con toda clase de maniobras para ocultar los millones que mandaba desde Venezuela, mientras Nadine los iba anotando en sus agendas. Después vendrían los brasileños, quienes le pagaron a Favre para asegurar el triunfo. Pero sin duda, la mayor cantidad de incautos engañados fueron los sectores progresistas y la izquierda caviar que apostaron todas sus fichas a Ollanta. La trampa fue montada con magistral cinismo por los embaucadores. Empezaron pergeñando el ideario del Partido Nacionalista con ideas tan delirantes que actuaron como un papel engomado para atrapar izquierdistas de toda clase. Contenía todos los ingredientes de un buen atrapabobos: condena virulenta al imperialismo yanqui, odio al capitalismo salvaje, rechazo del neoliberalismo y del TLC, con el toque infaltable de un antifujimorismo rabioso, más la exigencia de un cambio de Constitución. No faltaba nada. Era más que suficiente para hipnotizar a cualquier progresista de cafetín.

Una vez en el poder, Nadine Heredia hizo a un lado a su marido y tomó el mando supremo del gobierno y del partido. Echó por la borda a los progres pero mantuvo cerca a una casta de caviares académicos, especialistas en charlatanería sobre DDHH e inclusión social, junto a una plaga de adulones fungiendo de congresistas. La tarea de montar un imperio se sustentó en la misma receta clásica: construir un relato que convierta la payasada de Locumba en gesta heroica, predicar el odio a los rivales políticos, la condena al pasado, el manejo personalista de las instituciones, la compra de voluntades convirtiendo al Estado en una beneficencia pública, y el reparto directo de dádivas de pueblo en pueblo bajo toldos de colores. Pero los escándalos de corrupción no tardaron en aparecer junto a las malas cifras económicas.

Expertos en la confrontación, acabaron peleados con todos hasta quedarse sin respaldo, pues incluso su propia gente los abandonó. Hoy, su ex abogado es uno de sus principales acusadores y su candidato presidencial no da señas de poder pasar la valla. Será la última víctima de estos aventureros. No cabe duda de que en muy pocos meses el nacionalismo dejará de existir y pasará a la historia de la infamia política. La pregunta es adónde correrán a esconderse Nadine y Ollanta.

Como epílogo, es triste ver que Nadine Heredia acaba sus días de gloria convertida en un simple troll antifujimorista. Lejos de defenderse o apoyar a su candidato o comunicar logros de su gobierno, desciende a la categoría de palomilla web para repetir por Twitter los refritos de siempre contra Keiko Fujimori. No ha aprendido nada. Es una lástima que el Perú haya tenido que tolerar a esta categoría de personajes en los más altos cargos del país. Nadine Heredia está lejos de poder ser considerada la primera dama de la nación. Ese cargo nos recuerda a mujeres de la talla de Violeta Correa y Pilar Nores, sabias damas que a pesar de su calidad nunca pretendieron opacar a su pareja ni entrometerse en sus funciones. Nadine Heredia quedará en el recuerdo como una simple palomilla que insultaba a todos desde las ventanas de palacio de gobierno, donde jugaba a ser reina pero donde jamás debió llegar.

jueves, 25 de febrero de 2016

Cronica de una chanchada anunciada


Escrito por: Elvis Occ

Es que no toma la privilegiada mente de un experimentado constitucionalista! No quieran hacerlo ver como una cuestión jurídica compleja y lejos del alcance de los mortales, porque no lo es. El ROP rechazó un pedido del partido TPP para cambiar el símbolo de su agrupacion politica, por haber sido aprobado en una Asamblea irregular. Acto seguido, el ROP también observa  y declara improcedente la inscripción de la plancha presidencial elegida en dicha asamblea. TPP apela y el JNE anuncia que dirimirá. A los pocos días el JNE por mayoría confirma la resolución de la ROP y Julio Guzmán con su partido apelan ante el JEE, mismo que declara inadmisible la candidatura de Julio Guzmán. Sin embargo le otorga dos días para subsanar. ¿Subsanar que?

Después de una corta pero trepidante espera, este pasado 24 de Febrero, el JEE admite a trámite la candidatura presidencial de Julio Guzmán tras considerar que se absolvieron las observaciones previamente hechas. Y aquí es donde todos nos rascamos la cabeza incrédulos. ¿Pero cuáles fueron las observaciones? Veamos. Las elecciones internas se hicieron con un Estatuto modificado que no se había registrado ante la ROP y con autoridades –Tribunal Electoral del partido- no reconocidas por el JNE, pues no estaban inscritas. Algunos alegan que esas son meras formalidades y que las elecciones internas se llevaron a cabo de manera democrática. Bien. Supongamos que haya sido así. Es que eso no es todo, también se modifico el Estatuto del partido en una Asamblea sin quorum suficiente y con firmantes que ni eran del partido.

¿Como se subsanaron todas estas observaciones? ¿Con el automóvil de de Viaje al Pasado? ¿O se halló el documento que muestra que hubo una Asamblea posterior a la que estaba en observación, con el quorum suficiente y con delegados del partido? Según los que saben, el JEE tomo en cuenta precedentes donde partidos subsanaron con quorum posterior mas delegados también registrados y verificados posteriormente. ¿Derecho a participar? No queremos pensar que el JNE ante el temor de una asonada morada o ante la presión de oscuros intereses, haya cedido cobardemente. No olvidemos que la diferencia entre una república y un país bananero, es el imperio de la ley por sobre todo y por sobre todos. Cuando imperan los intereses de algun gremio tipo “United Fruit Co y su amigos” o se impone el pánico político, el pueblo sale perdiendo. ¿No es ese pueblo precisamente lo que Julio Guzman y su gente dicen defender?
    

miércoles, 24 de febrero de 2016

El voto de Yahaira



Escrito por: El Hdp

-El Foro de Proetica sobre la corrupción, no pudo ser más eficiente en la selección de expositores. Varios de los cabrones eran consumados expertos en la materia, pero falto el enano de la raza distinta. Si yo fuera el chato Acuña, tampoco me hubiera presentado. ¿Para qué? Si mis trafas han sido en el sector privado. A estas alturas el enano de raza distinta va de salida. Hasta el Pastor Lay lo abandono por sus diabluras. En ese foro faltaron el “Chapo” Guzmán, Pablo Escobar y El Vaticano para escuelear sobre cómo combatir el narcotráfico mientras nos cuentan alguna sabrosa anécdota con generales. La cagada! Les falto el ronsoco Arbizu como invitado sorpresa, hubiera tenido mucho que decir sobre el negocio de la cáspita del diablo, pues fue asesor  de dos narcongresistas juzgadas y encarceladas. Otrora amixers de Nadine! 

- Más cara es la gasolina en Perú, que en el país odiado por los izquierdistas: EEUU. Es baratísimo comprarlo procesado que procesarlo, pero el gobierno quiere procesar nuestro toxico petróleo pesado y encima caro. ¿Somos cojudos o alguien está haciendo su Agosto con los cojudos?  Sin embargo dice el candidato moradito, Julio Guzmán, que él no revisaría el multimillonario contrato para remodelar esa cafetera llamada Refinería de Talara. Si, el mismo que dice ser católico, pero en una entrevista en ingles dice estarse preparando para ser judío. Para terminarla de joder un derrame de petróleo en Bagua pone en evidencia la ineptitud de PETROPERU, que fue multada por Osinergmin y que ahora pagaremos todos. Privaticen esa vaina antes que inunde de petróleo el rio Amazonas o de mas multas al contribuyente!

-Yo juraba que el anciano pedorro PPK le habia contagiado su senilidad al resto de su equipo, pero no, el problema eran sus asesores que estaban más perdidos que huevo en plato de cebiche.  Su campaña dio un frenon marca economía peruana, solo que esto último si es culpa del cachaco corcho. PPK es uno de los pocos que se salva de las observaciones hechas por el JNE a las listas al Congreso. Las listas al Congreso por Lima tanto de URRESTI, como de Barnechea y Guzmán han sido observadas, no me jodan! Ese Congreso lo va llenar los del FREPAP! La noticia del momento es la admisión de la lista presidencial moradita del TPP. Osea que para el JNE que cuatro gatos se reúnan –de más de 50 delegados- para “elegir” su plancha presidencial es suficiente, es quorum. Por enésima vez las leyes se la pasan por las bolas. Who cares? mas importante es el vpoto de Yahaira!  

sábado, 20 de febrero de 2016

El candidato de los progres


Escribe: Dante Bobadilla Ramírez

El país vuelve a ser víctima de una de sus peores flaquezas: la falta de institucionalidad. No solo porque la mayoría de los llamados "partidos políticos" en competencia son solo combis electorales, sino porque, además, las entidades creadas para velar por la institucionalidad de los partidos tampoco están a la altura de sus funciones. No tenemos autoridades capaces de tomar decisiones para hacer cumplir las leyes y asumir las consecuencias con hombría. Por eso no podemos retirar de las calles las combis de transporte público y tampoco las combis electorales que se arman en cada campaña. Nos llenamos alegremente de leyes y reglamentos pero carecemos de autoridades, instituciones e institucionalidad. Seguimos siendo un pobre país informal del tercer mundo.

Todo esto viene a colación por el sancochado jurídico generado por la resolución del Jurado Electoral Especial, que le ha perdonado las faltas al candidato de la improvisación, Julio Guzmán y su combi morada, dándole un nuevo plazo para subsanarlas, como si tuviera alguna corona. Más que corona es evidente que cuenta con un poderoso entorno de progresistas que ha presionado desde diferentes medios al JEE. Bastaría leer los artículos publicados en esta semana, patéticamente coronados por el sumo sacerdote del progresismo nacional, Gustavo Gorriti, quien se puso a llorar a moco tendido en su columna de Caretas, haciendo una pataleta de niño engreído porque no le gustan las normas. Como buen progre, afirma que la "voluntad popular" está por encima del Estado de derecho. Solo falta que salgan a tomar las carreteras y a encender llantas. Así es como el progresismo consigue imponer sus puntos de vista. Y lo han hecho una vez más.

lunes, 15 de febrero de 2016

Que se cumpla la ley


Escribe: Dante Bobadilla Ramírez

El Jurado Nacional de Elecciones ha decidido jugar al suspenso con todo el país. Sin mayor razón, ha pateado hasta quién sabe cuándo, el asunto de la inscripción de la candidatura de Julio Guzmán, quien no ha tenido mejor idea que apelar al ridículo atrincherándose con sus huestes moradas aparecidas de la nada como bichos raros y apostados a las afueras del JNE, en acto por demás cursi o de intimidación inaceptable. Un poco de circo no podía faltar en este proceso repleto de saltimbanquis y aventureros jugando a "yo quiero ser presidente" y el clásico "todos son malos yo soy el bueno".

Francamente no sabemos a qué se debe la demora del JNE. ¿Estarán cocinando alguna interpretación auténtica en busca de los cinco pies del gato para pasar por agua tibia a Julio Guzmán? El asunto es muy simple. Se han hecho leyes para que el pueblo peruano ya no sea sorprendido por los clásicos aventureros electoreros que aparecen de la nada queriendo ser presidentes. Antiguamente los aventureros aparecían a caballo, dirigiendo una banda de rufianes uniformados que usualmente entraban por Barrios Altos para asaltar palacio de gobierno a balazos y apropiarse del poder. Así de simple era la cosa, hasta que el pueblo colgó a los hermanos Gutiérrez en la plaza de armas. Desde entonces se hicieron leyes para protegernos de esa clase de mequetrefes.

Pero los tiempos han cambiado. Hoy los aventureros no salen a caballo ni asaltan palacio a balazos, sino que montan sus partiduchos políticos o contratan vientres de alquiler, que al final solo son etiquetas y carteles en un local vacío donde cuatro gatos se eligen entre ellos mismos y acaban sorprendiendo al Jurado Nacional de Elecciones. Así fue elegido Ollanta Humala candidato de UPP en el 2006, pero luego olió el dinero fácil y montó su propia pyme familiar en el rubro político, para forrarse de dinero y tentar el poder ya que lo vio fácil. En efecto, el electarado cayó en el engaño y la plaga de enfermos mentales del antifujimorismo hizo el resto. Parece que el ejemplo de Ollanta ha animado a mucha gente y esta vez tenemos 19 aventureros.

Pero ahora las leyes son algo más estrictas. Ya no queremos esta clase de trepadores y saltimbanquis. No queremos más aventureros tentando el poder con su banda de cuatro gatos y rodeado por una jauría de arrimados que salen de todos lados como zombies resucitados sedientos de mamadera estatal. El Perú no puede caer dos veces en el mismo error. Y menos dos veces seguidas. Las leyes ya existen y solo es cuestión de hacerlas cumplir. Para eso necesitamos que las instituciones funcionen. Las leyes sin instituciones no sirven. El JNE debe demostrar que está a la altura de las circunstancias históricas que vive el país y dar el ejemplo. Pero no se trata solo de Julio Guzmán. La telaraña legal parece que ha capturado a varios infractores infraganti. A todos ellos debe caerles el peso de la ley sin miramientos. Es hora de que este país cambie, y cambiará por el imperio de la ley, no por los aventureros que capturan el poder con demagogia barata y astucia digna de mejores causas.

domingo, 14 de febrero de 2016

La izquierda de los papanatas


Por Andrés Calamaro
ABC - Madrid

No soy optimista con la izquierda de los papanatas, de los resentidos, los antisistema, los antisemitas, los animalistas y marginales culturales. No soy optimista con la izquierda de los narcisistas, charlatanes, inquisidores, puritanos y moralistas dueños de la verdad. No soy optimista con la izquierda de la prepotencia, con los "pactos sociales" que no responden ni reflejan a las mayores voluntades, ni con las prohibiciones en serie o la promesa de una brecha en donde con suerte quedamos algunos de un lado y enfrente amigos, familia y conocidos separados por esa falla (eso si no caemos en el abismo de la brecha misma).

No entiendo un sistema donde la voluntad de los más no representa nada en el sistema democrático, ni entiendo una democracia que desoye las minorías con la excusa de referéndum para todo. No entiendo un sistema donde se considera normal que aquellos que recibieron más votos, sea para sostenerse o para corregirse, no tengan opciones porque deciden los pactos y no las gentes. Hay una minoría que tiene beneficios hinchados por campañas sostenidas en cadenas de televisión cautivas o cautivadas por el negocio redondo. Una minoría con derecho a llevarse los derechos por delante, empoderados por la inexperiencia de la aldea digital: una ciudad sin esquinas donde curtirse el cuero, el terreno de los bobalicones llenos de razones, la cancha de las contradicciones en una entrecomillada superioridad moral que llega desde la orilla izquierda de un río que huele a podrido.

Se allana el territorio de las libertades todas. Las tradiciones no son buenas razones por el sencillo hecho de que sin abrir siquiera un libro cualquiera puede compararlas arbitrariamente con otras tradiciones, que sirven para ofrecer el concierto de falacias incompetentes, que tanto gustan en el patio de colegio de la ciénaga digital y la opinión serial sectaria. El concierto cultural, temeroso o equivocado, parece vivir una segunda adolescencia y responde a lo más encharcado de los tópicos populistas y progresistas entre comillas.

Aturde el silencio de los músicos más que un ciento de amplificadores a volumen once. Abochorna la blanda reacción de los actores de la cultura, otrora profesionales del pasotismo y la próxima cerveza, ahora reconvertidos en mercenarios chic de la indignación por el IVA cultural más alto de Europa. Cierto es que indigna.

El acoso y derribo de las libertades individuales (que nos disgustó cuando se estrenó la ley de mordazas) parece ir a más en el desdichado concierto de prohibicionismos de tonalidad populista: la persecución de la garrapiñada calórica, el acorralamiento de los nombres de las calles como maquillaje de solución a los problemas que importan realmente, el desenfocado enfoque en una corrupción que todos sospechamos o supimos en tanto hayamos leído los periódicos en algún momento de los últimos veinte años (conflicto improcedente pero bien solventado por un poder judicial que funciona, al punto de sentar en el banquillo a miembros de la Familia Real y la real aristocracia balompédica). Se desprecia la voluntad y la alegría de nosotros, la gente. Entre la gente me incluyo: mi tribuna no son los premios al cine y mi gremio es el más castigado por la indiferencia, las vueltas de la vida, la acción tributaria, las complicidades del sistema, el fluido digital que invita a vivir concentrado en una pantalla que nos hace esclavos de una realidad virtual en forma de embudo.

No soy optimista con la nueva realidad porque es virtualmente una bomba de tiempo para el individualismo y la variedad cultural.

No creo que sea tan importante vivir conectados a una incógnita y con una potencial cámara de fotos siempre lista para perpetuar un instante sin lecturas ni buenos discos. La pregunta que me hago con frecuencia tiene relación con el conjunto de debilidades que permite semejante concierto de desconciertos. Una opinión transgénica donde no importa la voluntad de la mayoría ni se respeta la libertad de las minorías, salvo si estas minorías son tres mosqueteros complutenses dispuestos a cualquier chicana para encontrar al pobre socialismo con los pantalones bajos y dispuestos a agachadas ya demostradas en las elecciones municipales. Los previstos resultados de un pacto que es una burla a un sistema democrático, y por tanto republicano, permiten atentados contra la libertad de los trabajadores, como la pinza de minorías intolerantes que acorralan todo lo litúrgico, folclórico, poético, bonito, libre y soberano, caso de la voluntad tauromáquica del pueblo balear.

Servidor coqueteaba con la izquierda revolucionaria hace cuarenta años, hasta que cierto nihilismo en clave de cine americano y cultura rock me re convirtió en un actor dudoso para la superioridad moral de la izquierda de los papanatas.

Hace treinta años, que son años, me encontraba en actitud lisérgica y en mi trinchera contracultural, en un mundo donde la crisis social y económica es unamaldición constante y sonante.

Hace veinte años, desde mi atalaya del barrio de Malasaña, era yo un francotirador oposicional, un confeso votante de una izquierda que se presentaba unida –aquella izquierda– como actor progresista incapaz de prohibir costumbres populares, porque costumbre es cultura y eso está fuera de discusión.

Me enfrentaba con normalidad a puritanos, moralistas y reaccionarios, por el sencillo hecho de ser yo mismo y a mi manera. Hace diez años celebraba mi regreso de los infiernos de la experiencia tóxica, una herramienta para apoderarse del tiempo y escribir cien canciones por semana o por día (según las palabras dichas por el eterno David Bowie en el año dos de la era milenaria), volvía con gloria a los escenarios de España y me dejaba conquistar por América. Nada me hacía suponer que los años digitales devendrían en inquisitoriales leches y Reich animalista respondiendo a estrategias de propaganda mercenaria desde una cadena de televisión acostumbrada a los billetes iraníes de a 500 y a una ideología poliédrica, en plena construcción de una realidad virtual que puede con todo, siempre que encuentre al resto con los pantalones por las rodillas.

¡Libertad, divino tesoro!

Andrés Calamaro, músico y escritor.

Noticias insólitas


Escribe: Dante Bobadilla Ramírez

Una de las cosas más estúpidas que he escuchado en la TV es oír al ministro Pulgar Vidal diciendo que no les temblará la mano para multar a Petroperú. ja ja ja Vuelvo a reírme. ¿Qué clase de ministro es este? Debe ser un comediante. ¿A quién trata de engañar con esas poses? ¿Acaso ignora que Petroperú es una empresa estatal? ¿A quién le interesa si el Estado multa a Petroperú? ¡Si la plata de Petroperú es plata del propio Estado! ¿Acaso cree el ministro del Ambiente que a alguien en Petroperú le interesa un comino la multa que le impongan? ¿De dónde salió este ministro?

Lo único que pasará es que cambiarán el dinero de una cuenta del Estado a otra cuenta del Estado. ¿Para qué? Solo para hacer la finta. El próximo año Petroperú igual demandará dinero del Estado y este se lo entregará generosamente, porque así es como funcionan las empresas del Estado. A nadie le importa un pito lo que ocurra con la empresa del Estado porque no es de nadie. Los directivos están allí solo como burócratas y cobran su sueldo sin importar como vaya la empresa. Incluso si esta quiebra seguirán cobrando suculentos sueldos por más de una década, que es lo que se demoran en liquidar una empresa estatal. Todavía hoy siguen funcionando numerosos comités de liquidación de varias empresas creadas por el velascato. Aunque les parezca mentira.

Uno de los mayores disparates inventados por el progresismo en medio de su delirio antiempresarial es la empresa estatal. No tiene ningún sentido ya que toda empresa por su naturaleza se sustenta en el lucro, excepto la empresa estatal. ¿En qué se sustenta la empresa estatal? En nada. En la demagogia, en todo caso, pues su objetivo no es ganar dinero. ¿Para qué se les crea? En principio los enfermos mentales de izquierda los crean a partir del robo, ya que la mayoría de empresas estatales fueron exitosas empresas privadas expropiadas abusivamente por un delirante resentido en el poder, al mejor estilo de Juan Velasco Alvarado y Hugo Chávez. A continuación, la empresa estatal solo acumulará perdidas y empeorará sus servicios.

Otro argumento para crear empresas estatales es que existen "sectores estratégicos" que deben quedar en manos del Estado. Otra vez se trata de una estupidez. No existen tales sectores estratégicos. Y si existieran, mayor razón para transferirlo al sector privado y darle incentivos para su buen manejo y funcionamiento. Por ejemplo, la infraestructura vial es estratégica para el desarrollo y está reservada para el Estado. ¿Qué ha hecho el Estado? En pleno siglo XXI solo tenemos 500 Km de autopistas de doble carril en todo el Perú. Eso es lo que ha hecho el Estado: retrasarnos. 

Si la energía es estratégica, lo que deberíamos hacer es abrirles las puertas a todas las grandes empresas petroleras del mundo para que vengan a explorar al Perú y descubrir más yacimientos. ¿Qué hacemos manteniendo a los parásitos de Petroperú que se dedican solo a rentar el oleoducto norperuano que ya tiene 40 años y necesita un recambio total? ¿Quién lo hará? De hecho no lo harán los burócratas de Petroperú porque no tienen los recursos y porque tampoco les interesa un pito que el oleoducto se siga rompiendo por todos lados. Solo están esperando que acabe el gobierno para irse a sus casas. Son burócratas a sueldo. No les interesa lo que pasa con la empresa. 

Así pues, mis estimados quechueslovacos, que no les metan el cuento de la empresa estatal. Toda empresa estatal es un fracaso rotundo. Y que no vengan con ejemplos de Codelco, la empresa estatal chilena que Pinochet dejó en manos del Estado para que las FFAA chilenas pudieran tener un canon. Siempre saldrán con el argumento trillado de que "en otros países también existen". Pamplinas. Lo que pasa es que hay idiotas en todos lados pero no por eso los tenemos que copiar. Ya está probado en el Perú que las empresas estatales no funcionan. No hay que ser tan brutos para insistir. ¿Qué esperan para privatizar o liquidar Petroperú? Si no, a todos nos saldrá más caro a la larga. 

viernes, 12 de febrero de 2016

Leguleyadas del JNE


Las leguleyadas, siempre las leguleyadas. En el Perú nunca se cumple la ley, lo único que se cumplen son las leguleyadas, como esta que acaba de perpetrar el JNE al declarar nula una resolución del JEE que condenaba a Ollanta Humala por hacer una de sus típicas declaraciones altisonantes y arrabaleras contra los candidatos y/o políticos que son parte del escenario electoral. Algo que está expresamente prohibido por ley, por si no basta el simple decoro y sentido común, que el cachaco bruto obviamente no tiene.

La intervención del JEE para condenar la grosera intromisión de Humala en el proceso electoral, dando opiniones de camionero contra los políticos que odia, fue acertada y al menos debió ser ratificada ya que la condena es puramente moral. Pero al parecer, a los fantoches del JNE les tiemblan las rodillas frente a palacio. Una muy mala señal que revela falta de independencia. El argumento del JNE es ridículo. Dejando de lado el hecho real y concreto, es decir, la falta del presidente, se basa en una supuesta "falta administrativa" del JEE al no permitir la defensa de Ollanta.

¿Defensa? ¿Cuál defensa? El JEE se pronunció contra un acto que todo el Perú pudo ver y oír repetidas veces por todos los medios de comunicación. A eso se refería la resolución. Es muy concreto. No hay nada que discutir. Es flagrancia. Pero siempre en el Perú está primero la defensa legal de los cinco pies del gato. Esto nos da muy mala espina para lo que sigue. Así está muy difícil que el JNE tenga los cojones para sacar de carrera al niño mimado de las encuestas, Julio Guzmán y su pandlla de tránsfugas, trepadores, aparecidos y arrimados a su vientre de alquiler.

En el próximo cambio de la Constitución, lo que deberíamos hacer es ya declarar oficialmente al Perú como una República Bananera.

jueves, 11 de febrero de 2016

Ideas trilladas en campaña


Escribe: Dante Bobadilla Ramírez
Fuente: El Montonero

La idea de que debemos dejar de exportar piedras y convertirnos en país industrializado la vengo escuchando seguido en la presente campaña, principalmente de parte de Verónika Mendoza y Alfredo Barnechea. Aunque dicen estas cosas asumiendo posturas de gurús, es la idea más trillada que hay en campaña. Ni siquiera son sus ideas. Son también ideas plagiadas. Ese rollo se escucha hace cuarenta años. Y no hay que ser un genio para darse cuenta que sería mejor que un país tuviese exportaciones diversificadas, es decir, ofrecer de todo, como en botica. No, no hay que ser un superdotado de izquierda para saber eso.

Los intelectuales de escritorio y los buenos charlatanes de campaña se manejan al nivel de las aspiraciones y de los diagnósticos. Nunca aterrizan a la realidad. En lugar de tantas preguntas estrafalarias, los periodistas deberían pedirles a estos señores que mencionen cinco medidas concretas que harían que las multinacionales del mundo vinieran al Perú a instalar sus fábricas. Esa es la manera en que otros países han dado el salto a la industrialización, como primer paso antes de crear su propia tecnología. ¿Qué harían para que el Perú sea atractivo y vengan las grandes empresas a instalarse en nuestro país? Por favor: cinco medidas concretas.

Por lo pronto ya tenemos tratados de libre comercio con buena parte del mundo y podemos llegar a mercados muy amplios, aunque por ahora solo llevemos paltas. Pero para empezar tenemos esta ventaja. Sin embargo, han sido los iluminados del progresismo quienes se opusieron tenazmente a todos los Tratados de Libre Comercio (TLC) Hay una enorme contradicción entre ser opositor a ultranza de los TLC y plantear la industrialización del país. Aunque la izquierda no lo nota.

¿Qué más necesitamos? Se necesita contar con técnicos calificados. ¿Los tenemos? En este país lo que sobran son abogados, sociólogos, psicólogos, “científicos” de la comunicación, antropólogos, guías de turismo, cocineros y cosas por el estilo. No tenemos técnicos y, peor aún, la enseñanza tecnológica está venida a menos. Acá todo el mundo quiere ser universitario de lo que sea. Los institutos tecnológicos han sido dejados de lado y menospreciados a cambio de privilegiar una plaga de universidades mediocres, con carreras baratas de escritorio.

También necesitamos capacidad portuaria. No puede ser que todo el Perú tenga que traer sus productos hasta el Callao para sacar su mercadería al mundo. Es un sobrecosto aniquilador. Para colmo, la red vial es primitiva. No tenemos infraestructura de carreteras de primer nivel como para soportar el tránsito intenso de grandes camiones de seis ejes y con remolques, que son los que llevan y traen los insumos de las grandes industrias. No olvidemos el tiempo y los costos que demandan la espantosa tramitología de nuestra frondosa y corrupta burocracia.

Para colmo, no somos nada competitivos en costos laborales. ¿Cómo harían para industrializar el país con los altos costos laborales que tenemos? ¿Se atreverán a chocar con el tótem de los sagrados derechos laborales? ¿Creen que las empresas vendrán al Perú para tener más costos que en otros países? La absurda legislación laboral que se arrastra desde épocas velasquistas ha diseñado un paraíso laboral que solo existe en la imaginación. En los hechos, el 70% trabaja fuera de esas leyes idílicas. Mientras que no se resuelva este abismo que hay entre la fantasía legal y la realidad laboral, ningún sueño de industrialización puede tener sentido. Los que pretenden seguir idolatrando el tótem de los derechos laborales no deberían hablar de industrializar el país, pues nadie va a venir a invertir un sol en este país de engreídos que andan más preocupados por defender sus derechos que por mostrar productividad y competitividad.

Los países que fracasan son gobernados por políticos que pretenden que la realidad se adapte a su ideología. Son incapaces de aprender de la realidad y de reconocer el error en sus leyes. Al contrario, creen que las leyes no funcionan porque hay una confabulación de enemigos. Se dedican a combatir a la sociedad en lugar de cambiar sus leyes. Insisten en la ideología, siguen predicando derechos y plantean más leyes de protección a más sectores, obligando a las empresas a acatar sus consignas políticas bajo amenaza. Con ese panorama de delirio tropical heredado del velascato y muy cercano al chavismo, veo ridículo soñar con la industrialización.

domingo, 7 de febrero de 2016

Gracias Alan, pero no queremos más ministerios


Escribe: Dante Bobadilla Ramírez

Alan García pretende conquistar a los jóvenes con la propuesta más demagógica de la campaña: crear un Ministerio de la Juventud, como si eso sirviera para algo. ¿Puede alguien decirnos para qué sirve el Ministerio de la Mujer? ¿Le sirve a las mujeres? No. Solo es un instrumento de propaganda política para que la primera dama se pasee en grandes escenarios, como vimos a Nadine Heredia de la mano de su ministra de la mujer y telonera de espectáculos, Ana Jara, quien se dedicaba a organizar eventos "en favor de las mujeres más necesitadas del país", a las que le llevaban regalos y floro barato.

Un Ministerio de la Juventud será, en primer lugar, un gran espacio para dar empleo a los compañeros de Alfonso Ugarte, y para elevar de categoría a los actuales parásitos que pululan en la Secretaría Nacional de la Juventud, uno de los adefesios creados por Toledo y en donde se dedican a hacer nada, como organizar congresos de la juventud, garabatear papeles con supuestos planes nacionales para la juventud, delirar con un sistema nacional de la juventud y otras basuras burocráticas inútiles por el estilo. Además, por supuesto, también se dedicarán a gastar dinero público en publicidad, como la que escuchamos a diario en las radios con mensajes huecos.

Proponer nuevos ministerios a estas alturas es una franca muestra de payasería política y demagogia. Gracias a estas poses gastadas tenemos 19 ministerios cuando solo necesitamos 10, sin embargo los demagogos nos siguen llenando de ministerios inútiles. Quieren un ministerio para cada problema. Incluso crean un ministerio para cada cosa que se pone de moda. Cuando se puso de moda la causa de la mujer, crearon un ministerio que nunca sirvió para nada. Luego el ambiente y más tarde la inclusión social. Ahora solo falta que creen el ministerio de defensa de los animales o algo por el estilo. ¿Hasta cuándo vamos a seguir con esta mala costumbre? ¿Hasta cuándo lo vamos a tolerar?

El Estado no ha mejorado nada sus servicios a la sociedad con tantos ministerios. Lo que necesitamos es reducir el aparato burocrático antes que aumentarlo y exigir mayor eficiencia. Casi llegamos a los dos millones de burócratas y el presupuesto del Estado crece más cada año, superando ya los 130 mil millones. En esta coyuntura es irresponsable que un candidato pretenda aumentar la burocracia en lugar de plantear su reducción sustancial, mejorando la calidad de los servicios que actualmente existen y que son deficitarios, empezando por la seguridad y la salud.

No se necesita un ministerio para dar empleo a los jóvenes. Lo que se necesita es destrabar las inversiones, desregular el estrangulado escenario laboral, reducir los costos laborales, promover carreras cortas de alto rendimiento como las de los institutos tecnológicos, garantizar calidad educativa, etc. No necesitamos más ministerios ni más demagogos. Alan García nos dejó de herencia los mamarrachos ministeriales del Ambiente y de Cultura que solo han servido para frenar las inversiones y aumentar la tramitología y la burocracia dorada. Gracias por su oferta, señor García, pero no. Ya no queremos más ministerios ni más gasto público inútil. Basta de burocracia parásita.

sábado, 6 de febrero de 2016

Ronald Reagan, un héroe moderno


Por: Federico Jiménez Los Santos

Ronald Reagan ha sido, sin ninguna duda, el político más importante del siglo XX. Un siglo que se abre con la revolución soviética y se cierra con la caída del Muro de Berlín, el siglo de la ignominia, del totalitarismo, de Auschwitz y el Gulag, el siglo del asesinato en masa que abrió el infame Vladimir Ilitch Ulianov, (Lenin para los amigos) seguido por Stalin y Mao, los más lúgubres y grandiosos criminales en serie que dio el comunismo. Un siglo que cerró con maestría Ronald Reagan, este viejo optimista que sólo podía haber nacido en los Estados Unidos, que sólo desde la propia reflexión política y vital norteamericana podía llegar a las conclusiones ideológicas que le permitieron cambiar el panorama internacional y que sólo desde el Poder y el poder de los USA pudo efectivamente imponer ese cambio en todo el mundo.

Reagan no fue sólo el hombre que supo ver lo que había que hacer, sino cómo hacerlo. Reagan no fue sólo el político que supo captar la esencia del gran combate del siglo XX, el de la libertad individual contra la tiranía colectivista, sino cómo utilizar el poder del Estado, del más poderoso de los Estados contemporáneos, al servicio de la sociedad, de todas las sociedades libres, empezando por la suya propia. Reagan fue el político liberal que, con su pequeña hermana británica Margaret Thatcher, entendió la obligación moral que tiene todo líder democrático contemporáneo de librar la batalla de las ideas y de la propaganda contra la hegemonía izquierdista en los medios de comunicación. Para lo cual era preciso levantar acta de que la libertad estaba perdiendo y el comunismo estaba ganando la Guerra Fría, pero que era moralmente necesario y por tanto políticamente obligado darle la vuelta a la situación y derrotar al Imperio del Mal, el creado por Lenin.

Lo admirable de Reagan no fue sólo su determinación política, su sentido de las obligaciones antes que de las contemplaciones, su convicción de que no hay razón de Estado que justifique la dimisión moral, sino la coherencia intelectual de su política nacional e internacional: América no podía liberar al mundo del colectivismo si antes no se liberaba a sí misma; el mundo no podía liberarse a sí mismo si no contaba con América. Por eso, Reagan financió la guerra más costosa de la Historia con la más colosal rebaja fiscal que ninguna gran potencia haya emprendido nunca. Reagan bajó el límite de la presión fiscal del 75% al 50% y luego, mediante pacto con los demócratas, al 27 %. De sesenta tramos y escalas las redujo a cinco y a dos. En cuanto a las infinitas deducciones, desaparecieron, con buena parte de las asesorías en triquiñuelas fiscales.

Y la economía norteamericana, contra la opinión de los expertos, despegó como un Pershing 2, símbolo de la determinación militar de los USA y de la Alemania Occidental de Helmut Schmidt, y se desplegó como un inmenso cartel de cine frente al polvoriento Imperio soviético y sus flamantes SS-20. Lo formidable de Reagan era que la libertad predicaba con el ejemplo: los norteamericanos vivían mejor defendiendo el modelo de sociedad abierta, liberal y democrática, que imitando o rindiéndose ante el socialismo. Los años 80 del pasado siglo, los años de Reagan, los vivimos en blanco y negro porque, dígase lo que se diga, las grandes opciones morales y políticas no son cuestión de matices sino de la capacidad y la voluntad de elegir. Y Reagan eligió por sí mismo, por su país y por todos nosotros. Y eligió bien, porque sabía bien lo que quería.

Entonces, en 1980, cuando Reagan llegó a la Casa Blanca, la URSS y el comunismo avanzaban en todo el mundo y los USA retrocedían. Era el peor momento para la libertad desde el desembarco de Normandía. Y ahora, precisamente cuando celebramos su sexagésimo aniversario, podemos constatar hasta qué punto si Estados Unidos volvió a ser lo que nunca debió dejar de ser, fue gracias a Reagan, pero también cómo, igual que entonces, en la Vieja Europa, la patria de Lenin y Stalin, Hitler y Mussolini, anida un rencor inextinguible hacia la libertad. Entonces, cuando Reagan viajaba a Europa, y en concreto cuando venía a España, la Izquierda sin remedio, instalada en el Poder y en el rencor, lo recibía con las viñetas de Peridis en «El País», en las que la cara de Reagan regentaba un cuerpo que era la cruz gamada nazi, y el vicepresidente del Gobierno del PSOE, Alfonso Guerra, se iba a Hungría para recordar, a la sombra de los tanques del 56, de qué lado estaba él en la Guerra Fría. 

Ayer, el Gulag; hoy, la nostalgia de aquel tiempo en que parecía que el socialismo iba a triunfar fatalmente en todo el mundo. Una fatalidad que evitaron muchos (Thatcher, Wojtyla, Sajarov y tantos anticomunistas heroicos) pero, entre ellos, uno sobre todos: Ronald Reagan, el héroe de nuestro tiempo. El tiempo en que la libertad demostró que frente al totalitarismo sólo cabe la lucha y que en esa lucha permanente por la libertad está el germen del triunfo.

Las mentiras de Oxfam


Por Manuel Llamas

"Las 62 personas más ricas del mundo poseen la misma riqueza que los 3.600 millones más pobres". Ésta es la principal conclusión que arroja el nuevo estudio de Oxfam sobre la desigualdad en el mundo. Bajo el sugerente título "Una economía al servicio del 1%", dicha entidad vuelve a cargar contra la acumulación de riqueza, el equilibrio presupuestario y los refugios fiscales con el objetivo de frenar la desigualdad extrema.

Es decir, el capitalismo, la austeridad y los impuestos bajos favorecen exclusivamente a los más ricos, perjudicando así al resto de la población mundial, especialmente a los más pobres. Un mensaje tan simple como efectivo, pero no por ello menos falaz, demagógico y engañoso, al igual que sucede con los infumables informes que periódicamente elabora Oxfam sobre la pobreza. El problema de fondo es que dicho organismo confunde y manipula datos para dar a entender que los ricos son cada vez más ricos y los pobres más pobres, en línea con lo que defienden comunistas, socialistas y populistas de toda índole y condición.

Lo primero que cabe señalar es que las cifras que contiene el informe no son de elaboración propia, sino que proceden del estudio sobre "Riqueza Global" que publica anualmente Credit Suisse, un gran banco suizo, lo cual, a priori, ya resulta curioso, dado el aroma anticapitalista que rezuma Oxfam. ¿Pero de dónde sale el famoso titular?

Lo que hace esta organización es lo siguiente: acude a la lista Forbes de millonarios y empieza a contar nombres (62) hasta que la suma de sus fortunas ronda los 1,76 billones de dólares. ¿Y por qué justo esa cifra? Porque ésa y no otra es la riqueza que concentra el 50% de la población mundial (3.600 millones de personas). En su informe de 2015, Credit Suisse señala que el mundo acumula un riqueza total de 250,145 billones de dólares (página 94).

Ahora bien ¿cómo se reparte semejante cuantía? Para averiguarlo es necesario dividir la población mundial en deciles en función de su mayor o menor riqueza (página 149), de modo que el 10% más rico posee el 87,7% de la riqueza global, el siguiente 10% (decil 9) acapara el 7% de la riqueza... Y así sucesivamente. Si se suman los cinco primeros deciles (del 1 al 5), observará que su riqueza asciende al 0,7% del total, es decir, 1,76 billones de dólares. Et Voilà! La fortuna de los 62 hombres más ricos del mundo equivale a la de la mitad de la población mundial (3.600 millones de personas).

Tan sólo hay un pequeño detalle que no tiene en cuenta Oxfam. A saber, que el estudio de Credit Suisse es sobre la riqueza, no sobre la pobreza, y, por ello, descuenta todas las deudas, de tal forma que las cifras aludidas están reflejadas en términos netos, lo cual desvirtúa por completo las conclusiones acerca de la tan cacareada "desigualdad". Si se fijan en el siguiente gráfico, donde se incluye la ubicación geográfica de los distintos deciles, observarán que los chinos no están presentes en el grupo del 10% de los más "pobres" del mundo, pero son mayoría entre los deciles 6 y 8 (riqueza media y alta), mientras que europeos y norteamericanos representan más del 20% de los más "pobres" (esquina superior izquierda), según el vocabulario que emplea Oxfam.


Dos de cada diez personas ubicadas en el decil 1 son norteamericanos y europeos. En concreto, uno de cada diez es estadounidense, por debajo de India, pero por encima de otros países mucho más pobres como Bangladesh, Pakistán o Nigeria, entre otras muchas economías del Tercer Mundo, tal y como en su día denunció Felix Salmon. ¿Cómo es posible semejante distribución? La clave, una vez más, es que el informe de Credit Suisse, en el que se basa Oxfam, no analiza la pobreza, sino la riqueza neta (activos menos deudas). De hecho, el primer decil arroja un patrimonio negativo de 750.000 millones de dólares (-0,3% de la riqueza total), pero eso no significa que sean pobres, sino que deben más de lo que poseen.

Dicho de otro modo, dentro de ese 10% con menor riqueza neta (que no "pobres") hay muchos europeos y estadounidenses de clase media e incluso ricos, pero cuyas deudas superan el valor de mercado de sus activos. En este grupo encontramos, pues, trabajadores de países desarrollados que han solicitado una hipoteca, universitarios que han pedido un préstamo para comprarse un coche o financiar sus estudios e incluso millonarios con elevadas deudas, entre otros muchos perfiles que en ningún caso pueden ser tildados de "pobres" como hace Oxfam.

De hecho, al emplear esta misma estadística se da la paradoja de que el 30% de la población mundial (deciles 1 a 3), unos 2.000 millones de personas, también registra un patrimonio neto negativo (la deuda supera el valor de sus activos en unos 250.000 millones de dólares), de modo que, siguiendo el mismo razonamiento erróneo que emplea Oxfam, basta con que usted posea 1 mísero euro en el bolsillo y esté exento de deudas para poder afirmar que es más rico que casi un tercio de la población mundial.

El sinsentido de dicho argumento es de tal calibre que, según Oxfam, un agricultor de Zimbabwe o un simple somalí sin deudas es más rico que un estadounidense recién licenciado en Harvard con un sueldo de 100.000 dólares al año y un brillante futuro profesional por delante, pero con un préstamo a sus espaldas de 200.000 dólares para financiar sus estudios universitarios.

No mide pobreza ni desigualdad

La metodología que usa Oxfam es, sencillamente, un insulto a la inteligencia. Los datos de Credit Suisse son más o menos válidos para analizar la riqueza neta y su distribución a lo largo del globo, pero del todo punto inútiles y distorsionadores si lo que se pretende es medir la pobreza o la distancia que separa a los más pobres de los más ricos.

Además, la desigualdad en el ámbito exclusivo de la riqueza neta no es hoy mayor que en el pasado, ya que en el año 2000 el decil más alto de la población poseía entonces el 88,3% de la riqueza mundial. Pero lo más importante es que la evolución histórica de este indicador tiene poco o nada que ver con la mejora real de las condiciones de vida de la población mundial o las tasas de pobreza y sí mucho con los vaivenes de la Bolsa y el crecimiento o descenso de la deuda privada en los países ricos.

Así, tal y como explica Credit Suisse, "hay fuertes razones para pensar que el aumento de la desigualdad de la riqueza desde 2008 se relaciona principalmente con el aumento del precio de las acciones y el tamaño de los activos financieros en Estados Unidos y algunos otros países de gran riqueza", así como con la reciente revalorización del dólar. Y al revés. Ahora que la bolsa cae a plomo, resulta que los 400 hombres más ricos del mundo han perdido 305.000 millones de dólares en el último mes.

Esto desmonta el eje central del discurso de Oxfam: la riqueza de los más pudientes no crece a costa de empobrecer al resto de la gente, sino que depende del mayor o menor valor de mercado que alcancen sus grandes imperios empresariales. Es una riqueza que ellos mismos han creado de la nada. Los propietarios de Microsoft, Apple, Google, Facebook o Inditex son enormemente ricos porque han triunfado empresarialmente tras atender satisfactoriamente las necesidades y demandas de cientos de millones de personas en todo el mundo, razón por la cual sus compañías valen mucho dinero en Bolsa, generando con ello jugosos dividendos para sus accionistas y millones de puestos de trabajo.

Y ello, sin tener en cuenta que otro factor importante para explicar la acumulación de riqueza tiene que ver, y mucho, con la demografía, ya que lainmensa mayoría de jóvenes parten de un patrimonio nulo o negativo debido a su escaso recorrido laboral, a diferencia de lo que sucede con los más mayores. En este sentido, cabe recordar que la edad mediana de la población mundial oscila entre los 35 y 39 años, y los jóvenes se concentran en los países pobres mientras que los mayores viven en los ricos.

Oxfam sigue sigue sin entender algo básico. A saber, que la riqueza no es algo dado, sino que se crea, siempre y cuando exista una serie de condiciones que posibiliten su surgimiento (propiedad privada, cumplimiento de contratos y libertad económica). No por casualidad, el 70% de la riqueza neta mundial se concentra tan sólo en EEUU, Canadá y Europa, donde el capitalismo lleva tiempo asentado, mientras que China y el sudeste asiático han mejorado de forma muy sustancial su nivel de vida en las últimas décadas, conforme se han ido abriendo a la globalización y la economía de mercado.

La expropiación y reparto de esas 62 grandes fortunas entre la mitad de la población mundial, que es lo parece defender Oxfam, aportaría algo menos de 500 dólares de una sola vez a 3.500 millones de personas (pobres y ricos), a costa de que desaparecieran del mapa algunas de las empresas más importantes del planeta y sus millones de empleos. Es decir, se destruiría riqueza y se generaría más pobreza… ¡Un negocio redondo! Una vez más, se trata delabsurdo y perverso argumento de arruinar a los ricos para tratar de favorecer a los pobres, como si la economía fuese un juego de suma cero, en lugar de permitir que los pobres también se enriquezcan gracias al capitalismo.

Y, en este sentido, sepa usted que casi el 40% de los españoles adultos (unos 15 millones de personas) pertenecen al selecto club del 10% más rico del planeta al poseer un patrimonio neto superior a los 68.800 dólares. Sumir en la ruina a la población de los países ricos (es decir, a usted) no va a mejorar en nada la situación de los más pobres, sino que nos hundiría a todos en la miseria. Una nefasta igualación por abajo al más puro estilo comunista.

Mientras Oxfam y sus palmeros no entiendan que la pobreza es el estado natural del hombre y que lo extraordinario es el creciente nivel de riqueza que disfruta el mundo tras el nacimiento y la extensión del capitalismo, los socialistas de todos los partidos y colores políticos caerán, una y otra vez, en los mismos diagnósticos falaces , aportando, por tanto, soluciones igualmente erróneas y contraproducentes.

Cuéntame una de Acuña


Escribe: Dante Bobadilla Ramírez

La política peruana es como una serie de ficción que nunca termina de sorprendernos, pues siempre aparece un nuevo personaje que supera al anterior. Cuando creímos haber escuchado los mayores embustes de la política con Alejandro Toledo, aparece César Acuña para mostrarnos que el horizonte de la mentira aun está muy lejos de ser alcanzado. De hecho, César Acuña ya se ha ganado su lugar en el hall de los caraduras. Estamos ante un verdadero capo di tutti capi de una novedosa "mafia intelectual", que trafica con títulos académicos y se apropia de ideas y libros enteros, gracias a leguleyadas sorprendentes como resoluciones de su propia universidad que lo convierten en coautor de un libro. 

Ante la pregunta ¿qué parte del libro le pertenece? Acuña respondió que él colaboró con opiniones y comentarios. Y lo más sorprendente es que lo dijo en serio. Lo lamentable es que en un país donde pocos leen y menos aun escriben, esta clase de embustes pueden resultar razonables y suficientes para "esclarecer" el tema, que es lo que ha pretendido hacer el señor Acuña, quien a no dudarlo, pertenece a una raza diferente, una raza de conchudos y sinvergüenzas de marca mayor. César Acuña está al mismo nivel de Rodolfo Orellana solo que en diferente rubro, uno estafa en propiedades inmobiliarias y el otro en intelectuales. No tengo ninguna duda que Acuña está en condiciones de superar al mismísimo Vladimiro Montesinos de llegar al poder, ya que cuenta con banda propia.

La historia es bastante burda. Acuña convence a su modesto profesor de publicarle su libro. Este accede y el libro se publica en la UCV pero resulta que César Acuña figura como coautor sin serlo. ¿Cómo ocurrió este milagro? Gracias a una resolución de su universidad. Tiempo después cambian la modalidad y publican tirajes separados, donde en uno figura como autor solo César Acuña. La trafa está magistralmente consumada. El humilde profesor Otoniel Alvarado Oyarce fue burlado vilmente por su alumno de la raza distinta, quien hoy nos cuenta una increíble historia: su profesor le pidió que él fuera coautor de su libro. ¡Qué tal cuento! Dentro de poco los niños pedirán que les contemos un cuento de Acuña. 

La pregunta es si este sujeto se puede burlar de todo el país y flotar en las aguas de nuestro sistema político sin que le pase nada. Es indudable que la escoria que lo rodea, entre tránsfugas convenidos, zombies resucitados y trepadores de baja estofa que no hacen más que aplaudirlo como focas, no habrá ninguna voz de condena. Ni siquiera de parte de los cándidos pastores evangélicos que aparecen sin decoro alguno en la estampita de la Alianza para el Progreso. 

Lo único que queda esperar es que alguna autoridad se pronuncie y vete al sinvergüenza. Eso es lo más seguro porque de mantenerse como candidato no sería raro que el electarado lo elija como presidente. Hay que exigir que las autoridades actúen de inmediato y detengan a este mafioso. No podemos correr riesgos y tener otros cinco años desperdiciados.

jueves, 4 de febrero de 2016

El rollo anticorrupción


Escribe: Dante Bobadilla Ramírez

Extraño y penoso resulta que los candidatos sean convocados nuevamente para hablar sobre lo mismo: la lucha contra la corrupción. ¿Acaso esperan que digan otra cosa? Hay muchos otros temas sobre los cuales deberíamos exigir a los candidatos un pronunciamiento claro, como por ejemplo, el desmesurado crecimiento del Estado que ya bordea los dos millones de empleados públicos, la persistente informalidad del 70% de la economía que nadie soluciona, el fracaso de la educación pública que no se resuelve con mayores presupuestos, el deterioro de los servicios de salud, la creciente inseguridad ciudadana, etc. Los dos foros anticorrupción solo han servido como una competencia para ver quién es el más malo con los corruptos, quién ofrece más penas y quién es el más original para ponerle nombre a su nuevo organismo publico de lucha anticorrupción.

La corrupción debería ser un tema que la Contraloría exponga para ilustrar a los candidatos en lugar de pedirles planes a ellos. Todo lo que podemos esperar de los candidatos es demagogia e ideas extravagantes. Por ejemplo, crear nuevos monstruos burocráticos con nombres tenebrosos y, peor aún, instalados en palacio de gobierno, como ha propuesto uno. Los problemas no se resuelven con retórica, amenazas, conjuros mágicos ni con más burocracia, mucho menos.

La corrupción es bastante simple de explicar. En primer lugar se debe a la facilidad que brinda nuestro precario sistema político para que cualquier saltimbanqui ingrese a administrar el aparato público. Las puertas están abiertas para cualquiera. Gran responsabilidad tiene la cacareada ley de partidos políticos promulgada con bombos y platillos en el 2003, en plena fiebre legislativa de ilusos delirantes que creyeron que todo se resolvía con maravillosas leyes grandilocuentes, y con burocracia en organismos públicos de nombres pomposos; pero casi todas esas leyes acabaron en el tacho de basura, como la de regionalización, aunque los organismos públicos permanecen en el parasitismo. Lo peor de todo es que nadie se atreve a cambiar de mentalidad y enfrentar los problemas de otra forma. Siguen apostando por mitos ideológicos como la descentralización dirigida desde Lima y por la democratización electorera forzosa en las regiones. Cosas que no funcionan.

En segundo lugar está el enrevesado escenario regulatorio creado por el Estado, que acumula demasiado poder y recursos, permite una burocracia arrogante con el poder para administrar mucha beneficencia social, y para decidir qué iniciativas privadas marchan y cuáles se quedan archivadas, hasta que una mano bien aceitada las mueva de lugar. En tercer lugar está la idolatría por los “derechos”, que permite que una burocracia inepta y corrupta permanezca en su puesto, apañada por un Poder Judicial que exige su reposición ante cualquier castigo bien merecido. Mientras que los ociosos y los corruptos se sientan seguros en sus puestos es imposible avanzar. No hay nada que apoye más la corrupción y la ineptitud que la “estabilidad laboral”, el peor rezago del velascato que nadie se atreve a eliminar de raíz.

En pocas palabras, mucho del escenario nefasto que hoy padecemos es la consecuencia directa de nuestras malas leyes, hechas siguiendo ideologías de moda (provenientes de una izquierda fracasada) antes que atendiendo nuestra realidad. Nosotros mismos hemos creado este escenario funesto. No tenemos que criticar a Venezuela por padecer las consecuencias de sus malas leyes, pues nosotros pasamos lo mismo. Los problemas que padecemos hoy son derivados de la idolatría de totems ideológicos que nadie se atreve a derribar. Por eso seguimos padeciendo el 70% de informalidad laboral, pues nadie tiene agallas para eliminar las gollerías consagradas por los demagogos de ayer, y que hoy son mal llamados “derechos laborales”. No se puede cambiar el escenario sin un cambio de mentalidad mediante un  shock de realismo pragmático. 

La ideología de los “derechos sociales” nos está haciendo pagar facturas muy altas en varios campos como la informalidad laboral, la corrupción administrativa del aparato público y hasta en la seguridad ciudadana. Se habla demasiado de derechos pero nada de deberes y obligaciones. Es tiempo de dejar de hablar tanto de derechos y empezar a hablar de responsabilidades y competitividad. Si no se tiene el valor para desterrar mitos ideológicos nada cambiará con nuevos presidentes ni con más leyes draconianas, ni con nuevos organismos burocráticos de nombrecitos dramáticos.