lunes, 11 de noviembre de 2013

El gobierno de la familia real


Escribe: Dante Bobadilla Ramírez

Por palabras del propio presidente de la república el Perú ha sido notificado que el gobierno está a cargo de su familia. Ya no es solo un cogobierno con su esposa Nadine sino que hay una especie gobierno colegiado. Lo que no sabemos es si en el equipo familiar incluye a sus hermanos y a su padre. Todo es posible ya que el Partido Nacionalista Peruano es una empresa de la familia Humala-Heredia que materializa los sueños imperiales de don Isaac, el patriarca ideólogo que educó a sus hijos en un nacionalismo marxista andino y envió a dos de ellos al ejército, con el expreso propósito de que gobiernen el Perú.

Esto puede parecer una novela de Graham Green pero es la triste realidad que hoy vive y padece el Perú. A ver si ya nos curamos de creer en estos santos mesías iluminados que se anuncian como los salvadores de la patria, que llegan abominando del pasado, maldiciendo a todos los políticos, culpando a todos los partidos y prometiendo la tierra prometida, la redención de los pobres y un nuevo amanecer para los más necesitados. Ese es el libreto más gastado de la política peruana y latinoamericana pero se sigue usando como si fueran los programas del Chavo del Ocho, gracias a que la legión de idiotas que votan siguen creyendo en ellos.

Quienes pretendían fustigar a los Fujimori por ser un "partido familiar" se han quedado desconcertados. Ya en el pasado hemos tenido en los Belaúnde una estirpe de políticos que se inició con la notable presencia de Victor Andrés Belaúnde para llegar hasta la triste figura de Victor Andrés García Belaunde. Puno tuvo en los hermanos Cáceres Velasquez su versión de los Kennedy del Altiplano. EEUU acaba de tener a Bush padre e hijo de presidentes, además del gobernador de Florida. Así que la presencia de familiares en política no es nueva. Lo que sí es novedoso es un gobierno familiar, aunque resulta inconstitucional.

Pero a estas alturas no sería raro que pretendan cambiar la Constitución para incorporar figuras que busquen favorecer a los Humala-Heredia. Para ello tienen su banda de piquichones y chupamedias en el Congreso. El inefable Chehade está planteando que los ex presidentes asuman el cargo de congresistas vitalicios. Bueno, gran cambio no va a ser porque al menos Toledo ya disfruta de auto, oficina, personal y presupuesto a cuenta del Congreso. ¿Qué hace? Absolutamente nada. Pero se lo pagamos todos. ¿No es lindo?

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